Opinión

Mario Vargas Llosa y Hugo Chávez Frías

El semiólogo Umberto Eco aseguraba que el hecho de que incluso los genios pueden decir tonterías es una fuente de gran consuelo. Sí y no, depende de la repercusión de las tonterías y del tonto. A Mario Vargas Llosa lo conocemos por sus artículos reaccionarios, aunque últimamente le ha dado por escribir tonterías y quedar como un ‘tonto’, paradójicamente, un tonto con un Nobel de Literatura.
Mario Vargas Llosa y Hugo Chávez Frías

El semiólogo Umberto Eco aseguraba que el hecho de que incluso los genios pueden decir tonterías es una fuente de gran consuelo. Sí y no, depende de la repercusión de las tonterías y del tonto. A Mario Vargas Llosa lo conocemos por sus artículos reaccionarios, aunque últimamente le ha dado por escribir tonterías y quedar como un ‘tonto’, paradójicamente, un tonto con un Nobel de Literatura. Un caso enfermizo de mentira e insulto reiterado es su actitud contra el hoy fallecido presidente Hugo Chávez Frías (al que compara con Josef Stalin, Leónidas Trujillo…) y su menosprecio contra el pueblo venezolano chavista y los presidentes de izquierda latinoamericanos.
No me llama la atención que un tan buen escritor pueda escribir burradas envenenadas que lo dejan muy mal parado en el exclusivo Olimpo de los seres pensantes. No se trata de ser o no ser chavista –yo lo soy por cierto– sino de decir la verdad y no repetir lugares comunes y consignas, que no hacen más que demostrar que se es tonto.
Si queremos un mínimo de credibilidad no podemos hacer de la opinión propia una información. Chávez Frías no lo hizo todo bien, faltaría más, pero el artículo que firmó en el diario español ‘El País’, ‘La muerte del caudillo’, denota una soberbia y un racismo tonto que empequeñece y lastra al escritor. Caudillos tenemos muchos aquí en el Estado español, sobre los que por cierto el hispano-peruano nunca escribe nada… será porque son blancos y como se dice en Venezuela “ellos son blancos y se entienden”.
Lástima. Podría haberse ahorrado insultos y lugares comunes que más bien, para cualquier persona mínimamente enterada de la historia y la actualidad de Latinoamérica, no dejan de ser tonterías y demuestran el profundo desprecio que siente Mario Vargas Llosa por los que no piensan como él y lo hacen quedar como un tonto o más tonto de lo que creíamos que era.