Opinión

Lo que oculta el paro en España

Llegan cartas a esta sección unipersonal  –‘Estamos rodeados’– de personas de fuera de España que preguntan por qué los gallegos hemos optado por el “suicidio” electoral votando mayoritariamente a ‘el’ partido de los recortes sociales, el paro y el apoyo a la corrupción financiera.
Lo que oculta el paro en España

Llegan cartas a esta sección unipersonal  –‘Estamos rodeados’– de personas de fuera de España que preguntan por qué los gallegos hemos optado por el “suicidio” electoral votando mayoritariamente a ‘el’ partido de los recortes sociales, el paro y el apoyo a la corrupción financiera. Habría que decir que se votó mayoritariamente a ‘uno’ sólo de los partidos, porque el PSOE habría hecho lo mismo, continuar el proceso de convertir a Galicia en un desierto laboral: en unos años, en nuestra Galicia querida sólo habrá trabajo para funcionarios amargados, camareros y reponedores de supermercado. Nada más. Como sabe, lector, la última estadística sobre el empleo acaba de confirmar que superamos un 25 por ciento de desempleo en España, cifra histórica y pavorosa pero que oculta otros datos que, a mi juicio, son incluso peores. Primero, que el poco trabajo que se mantiene activo es cada vez peor: peores sueldos, peores condiciones, peor cualificación. Segundo, que las personas en paro quedan en peor situación que nunca: menos tiempo y cuantía de los subsidios, desempleo en personas de más de 45 años que no volverán a encontrar ningún trabajo y se hunden de por vida, dificultades únicas en la historia reciente para sobrevivir con pocos recursos (las pocas subvenciones del Estado se destinan hoy a alimentar organizaciones sindicales y empresariales corruptas, y no llegan al ciudadano) y que se están muriendo los últimos abuelos con pensiones aceptables que mantenían a familias enteras en la indigencia. Pues sí, los gallegos hemos votado al cataclismo. Y no tiene remedio –por suerte en España todo el mundo tiene derecho a voto, por mucho que les cueste aceptar esto a los que rodean el Congreso cada dos días como si no hubieran elecciones– porque el centroderecha español (PPSOE) acapara un voto cautivo de muchos millones de ciudadanos que jamás tendrán en cuenta la coyuntura económica para votar: tendrán más peso sus valores ultracatólicos y/o el miedo a la democracia de millones de electores de edad que estuvieron cómodos con el franquismo. Esto está decantando las elecciones. Cuando esto desaparezca, empezaremos a ser un modelo, con todos sus nuevos problemas y vicios, más parecido al del resto de Europa.