Opinión

José Canalejas Méndez, intelectual ferrolano del siglo XIX

José Canalejas Méndez fue hijo de José Canalejas y Casas, quien fuera ingeniero y director del periódico gallego El Eco Ferrolano. Nació en Ferrol, calle Real, el 31 de julio de 1854. Estimado cual niño prodigio, a los diez años confeccionaba un periódico manuscrito, traducía del idioma francés, al tiempo que escribía una obra titulada Luis, el joven emigrado.
José Canalejas Méndez, intelectual ferrolano del siglo XIX
José Canalejas Méndez fue hijo de José Canalejas y Casas, quien fuera ingeniero y director del periódico gallego El Eco Ferrolano. Nació en Ferrol, calle Real, el 31 de julio de 1854. Estimado cual niño prodigio, a los diez años confeccionaba un periódico manuscrito, traducía del idioma francés, al tiempo que escribía una obra titulada Luis, el joven emigrado. Cuando contaba once, era corresponsal político de prensa bajo el seudónimo de ‘El cantor de Mugardos’. Con su familia se traslada a Madrid y en seguida testimonia su precocidad estudiantil, cursando Derecho y Filosofía y Letras y doctorándose en ambas carreras. Queda a las puertas de obtener unas oposiciones frente a Don Marcelino Menéndez Pelayo: se trataba de la cátedra de Literatura de la Universidad Central madrileña.
Formado en el ‘krausismo’ –el célebre pensamiento educativo liberal creado por el filósofo Krause–, de asombroso empaque intelectual, alcanzará los más elevados cargos de tan diversas como reconocidas instituciones. Decano del Colegio de Abogados de Madrid y presidente, en tres oportunidades, de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia. Miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, al igual que del Ateneo madrileño y vicepresidente de la Sociedad Geográfica. Sin contar las numerosas colaboraciones en diarios, conferencias y escritos en folletos, José Canalejas Méndez publicó las siguientes obras: Apuntes para un curso de literatura latina, Madrid, 1875, y Derecho parlamentario comparado, Madrid, 1888, además de Estudios sobre las ‘regalías’ de la Corona de España, Madrid, 1910.
Canalejas Méndez, asumiendo la ideología liberal de izquierdas, arrancó en 1880 en su rauda carrera política con su militancia en el Partido Republicano de Ruiz Zorrilla. En ese mismo año funda El demócrata y más adelante dirige El Heraldo de Madrid. Con tan sólo veintisiete años, es nombrado diputado en Cortes por la provincia de Soria. En Alcoy creó unos recios cimientos políticos que le hicieron posible tener asegurada su elección como parlamentario, sin verse obligado a depender de los grandes partidos. Si bien estuvo en la dirección de un escaso grupo de diputados, jamás consiguió discípulos incondicionales ni especiales colaboradores. Demostró un carácter dialogante y una defensa de una democracia avanzada. Fue, no obstante, señalado como “traidor” e “inconsecuente” debido a sus circunstanciales alianzas ya con los liberales, ya con los conservadores.
Personalidad dotada de ímprobas cualidades de trabajo y fecunda oratoria, su vida política le otorgó gloria, mas también la misma muerte. Fue ministro de Fomento, de Gracia y Justicia, de Hacienda, de Agricultura, Industria y Comercio. Asimismo, presidente del Congreso y del Consejo de Ministros, siempre manifestó su condición de “hombre de Estado”. Reglamentó el trabajo en las minas, prohibió el trabajo nocturno de las mujeres y el servicio militar obligatorio. Inauguró una nueva ley de Enseñanza y concedió a Cataluña un régimen preautonómico. Instauró la libertad de cultos, actuando acerca de las instituciones religiosas. De anticlerical fue juzgado a causa de tales medidas, de modo que incluso precipitaron las relaciones de España con el Vaticano en 1910, llegando a la ruptura.