Opinión

Islandia toca a la puerta

Islandia acaba de ingresar en la carrera por la ampliación de la UE. La petición de la Comisión Europea para estudiar la petición islandesa de admisión, aprobada rápidamente, supone un escenario tan diverso como complejo para Bruselas.En primer lugar, porque son Turquía y los países balcánicos, como Croacia, Macedonia, Montenegro, Albania y Bosnia Herzegovina, los más afectados por la preferencia de la UE hacia Islandia.
Islandia toca a la puerta
Islandia acaba de ingresar en la carrera por la ampliación de la UE. La petición de la Comisión Europea para estudiar la petición islandesa de admisión, aprobada rápidamente, supone un escenario tan diverso como complejo para Bruselas.
En primer lugar, porque son Turquía y los países balcánicos, como Croacia, Macedonia, Montenegro, Albania y Bosnia Herzegovina, los más afectados por la preferencia de la UE hacia Islandia. Las demandas turcas, croatas y macedonias de admisión son notoriamente anteriores a la islandesa, de hecho Turquía acaba de cumplir medio siglo de su primera petición de admisión.
En segundo lugar, porque Islandia fue uno de los países más afectados por la crisis económica iniciada en septiembre de 2008 a tal punto que su sistema bancario y financiero prácticamente se declaró en bancarrota. Es legítimo considerar que detrás de la petición islandesa de admisión esté la perspectiva de buscar mayor ayuda financiera de Bruselas.
Islandia ha sido un país tradicionalmente pacifista, orgulloso de su autonomía con respecto a los organismos internacionales, a pesar de ser miembro de la OTAN y de haber ingresado en otros organismos europeos de integración, como la EFTA y el Espacio Económico Europeo (EEE). Su capital Reijkjavik ha sido sede de importantes cumbres para la seguridad global, incluso en tiempos de la “guerra fría”. La isla ubicada cerca del Polo Norte apenas tuvo interés, con anterioridad, en ingresar en la UE.
Con ello, vale la pena preguntarse cuáles son las razones de la UE para responder con tanta rapidez a la petición islandesa de admisión. Islandia apenas supera los 300.000 habitantes, aunque con un PIB per capita cercano a los $40.000. Sin embargo, la recesión económica y el aparente colapso de su sistema financiero, obligarán a la UE a incrementar sus políticas de ayuda económica, en un momento dominado por la crisis.
Del mismo modo, si la petición islandesa acelera sus pretensiones, Bruselas se arriesga a propiciar un distanciamiento con los países del Este europeo que tocan desde hace años a sus puertas, así como a minar su credibilidad a la hora de negociar las futuras ampliaciones.
Bajo este contexto, el caso turco será, con total probabilidad, el más complejo y, posiblemente, el más problemático para Europa, por sus estratégicas implicaciones geopolíticas en materia de seguridad militar y energética. Bruselas debe así medir con cautela si el camino de la ampliación pasa por Reijkjavik o bien por Estambul.