Opinión

Galicia y Cuba

Con motivo de la reciente Feria Internacional del Libro de La Habana, celebrada entre el pasado 4 y 15 de febrero, Galicia y su cultura fueron las invitadas especiales. Por primera vez en su historia, esta feria hacía homenaje a una entidad nacional que no posee Estado independiente.La presencia gallega en Cuba es tan centenaria como emocionalmente simbólica y real. Más allá del peso de la emigración, otros factores amplían esta relación.
Con motivo de la reciente Feria Internacional del Libro de La Habana, celebrada entre el pasado 4 y 15 de febrero, Galicia y su cultura fueron las invitadas especiales. Por primera vez en su historia, esta feria hacía homenaje a una entidad nacional que no posee Estado independiente.
La presencia gallega en Cuba es tan centenaria como emocionalmente simbólica y real. Más allá del peso de la emigración, otros factores amplían esta relación. El himno gallego nació en La Habana en 1907, mientras en la isla caribeña se ha conservado durante décadas el valor documental de los archivos gallegos de la emigración. Cuba es el único país del mundo que publica textos y libros en gallego.
La numerosa presencia institucional y cultural gallega en la feria cultural de La Habana coincidió en sus últimos días con el histórico anuncio de Fidel Castro de renunciar a sus altos cargos institucionales en el Estado cubano. Así, en un momento decisivo para el futuro de Cuba, también era notoria la presencia gallega.
Con el impacto mediático y político provocado por este anuncio, mucho se especula sobre lo que puede pasar en Cuba. Resulta claro que el final de la era Fidel no corresponde con un cambio radical de la estructura del poder ni con una transición rápida hacia la democracia.
La renuncia de Fidel legitima el traspaso de poder iniciado en julio de 2006 a favor de su hermano Raúl y una ‘troika’ conformada por altos cargos del Estado, como son Carlos Lage, Ricardo Alarcón y Felipe Pérez Roque. Con ello, Fidel hizo un lógico cálculo al retirarse de los cargos (mas quizás no del poder), ya por razones de salud y racionalidad política.
Este traspaso de poder a favor de Raúl Castro cuenta con el absoluto respaldo de las Fuerzas Armadas y que se institucionalizará con la elección del presidente del Consejo de Estado, durante la votación en la Asamblea Nacional del Poder Popular, prevista para el 24 de febrero. Así, la autoridad de Raúl parece legítima e incuestionable.
Por supuesto, se abren nuevas perspectivas que pasan por una urgente y necesaria reforma y apertura económica favorable a implementar sistemas de libremercado, sin menoscabar la estructura socialista del Estado. La apertura política será, en todo caso, lenta y gradual, no inmediata ni radical. Para Raúl, el estamento militar y la estructura de poder, todavía predomina el temor al caos y la inestabilidad si las reformas no se realizan con serenidad.
Con una más que probable apertura económica que no llevará inmediatamente a algún tipo de apertura política, al menos no como se desea desde el exterior y el exilio cubano, Raúl Castro espera diseñar una reforma controlada, probablemente basada en su aparentemente preferido ‘modelo chino’. Pero las demandas sociales y el inevitable relevo generacional ofrecerá otras perspectivas para Cuba, aunque más enfocadas a mediano plazo.
Sean cual sean los pasos, Cuba puede estar viviendo una ‘segunda revolución’, ahora enfocada hacia la reforma del socialismo instaurado por Fidel. En esta nueva etapa, Galicia no olvida que su presencia puede contribuir a un mayor acercamiento y una mayor estabilidad.