Opinión

Clases de alemán

La semana pasada estuve en la Facultad de Socioloxía de la Universidade da Coruña. Mientras esperaba vi los tableros de anuncios llenos de ofertas de clases de alemán.Estuve con unos estudiantes del último año de carrera, hablando sobre temas migratorios, y los imaginé en Hamburgo o en Berlín haciendo cualquier cosa.

La semana pasada estuve en la Facultad de Socioloxía de la Universidade da Coruña. Mientras esperaba vi los tableros de anuncios llenos de ofertas de clases de alemán.
Estuve con unos estudiantes del último año de carrera, hablando sobre temas migratorios, y los imaginé en Hamburgo o en Berlín haciendo cualquier cosa. Cuando las cosas estaban ‘bien’ tampoco  hubiesen tenido trabajo en España, a no ser que decidiesen ponerse a trabajar en la construcción o en la hostelería. Ahora ni eso. El alemán en el Estado español se convirtió en el chino de Valencia. Un brindis al aire. Francisco Camps, el ex ‘Molt Honorable Senyor’ doctor Camps, introdujo el chino en la educación obligatoria en la Comunitat Valenciana. Al poco tiempo lo dejaron por imposible.
La fijación con el alemán de los españoles es comparable a la fijación que sus políticos tienen con hacer referencia a investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en sus discursos. Pero poca I+D+i necesita un Estado que asentó y funda su economía en los ladrillos, en los bancos marrulleros, en las tapas y en el sol. Existe una neurona atávica en los cerebros españoles que les indica que el idioma inglés está de vacaciones en Mallorca (Illes Balears), completamente borracho, y el idioma alemán está inventando cohetes, coches a nitrógeno y planos de ingeniería.
En las calles de las ciudades españolas reparten folletos de escuelas de idiomas en las que incluyen el noruego y el chino (además del alemán) “para que puedas emigrar”… con lo “cerca” que está Latinoamérica y lo lejos que está Alemania.
Aprovechando el tema de los idiomas, quiero desearle a todos los lectores de ‘Magazine Español’ una Feliz Navidad, Bo Nadal (galego), Bon Nadal (catalá), Gabon Zoriontsuak (euskera), Happy Merry Chritsmas (inglés), Froehliche Weihnachten (alemán), y en noruego God Jul; y por no dejar también en chino shèng dàn kuài le.