Opinión

Chávez, la causa tras la persona

Esto viene de atrás, de cuando los españoles se amoldaban y entregaban en masa al franquismo alegando que el resto del mundo, las democracias del mundo, representaban el contubernio maléfico. Ahora a los españoles los martirizan otros tiranos, como los grupos financieros y grandes empresas que ordenan a sus políticos legislar contra la gente.
Chávez, la causa tras la persona

Esto viene de atrás, de cuando los españoles se amoldaban y entregaban en masa al franquismo alegando que el resto del mundo, las democracias del mundo, representaban el contubernio maléfico. Ahora a los españoles los martirizan otros tiranos, como los grupos financieros y grandes empresas que ordenan a sus políticos legislar contra la gente. Esta vez el enemigo no es el contubernio: es Hugo Chávez y todos esos líderes americanos que se enfrentan con más éxito a esas mismas empresas españolas que castigan a los españoles ¡Pero si te están haciendo un favor, palurdo ibérico indignado, te están enseñando el camino! Es acojonante –no cabe otra palabra, lector; es acojonante– que los mismos que aplaudían y aplauden los crímenes franquistas son los que más levantan la voz y la de sus periódicos para llamar dictador al presidente que más elecciones democráticas ha ganado en el mundo. Con su desmedida voracidad colonial, España (y un rey al que por imperativo judicial no se puede insultar en justa medida) perdió hace años la posibilidad de encabezar las relaciones de Europa con los hermanos de América Latina, empezando por el gobierno de Venezuela, gracias a cuyo petróleo (que antes quedaba en las haciendas de amigos ricos de los ricos españoles), por ejemplo, han recuperado la vista cientos de miles de personas operadas por médicos cubanos (esas brigadas son, por cierto, las armas y las ‘matanzas’ de Cuba). Estamos hablando de cientos de miles de ciudadanos que por primera vez en su vida tienen agua en su casa y que aprenden a leer en su primer libro. Hay que verlo –o leerlo en los informes de la ONU– para creer lo que ha hecho el chavismo. Los que le conocen en el plano íntimo –así lo cuenta la periodista más culta e interesante del momento, Eva Golinger– cuentan emocionantes detalles de compasión del presidente hacia todos los que le rodean (no se comprende su perdón a los golpistas que le encarcelaron con el apoyo de intereses españoles y yanquis) pero detrás de la persona hay una causa que empapa a todo un continente y que nos está dando lecciones de soberanía y dignidad a todos los ciudadanos europeos, que ya tenemos poco de ambas.