Opinión

Abstemios

Ahora que se están decretando una serie de normas bastante absurdas en Galicia sobre el botellón, sería interesante ver qué sucedería si los jóvenes se comprometieran a no probar una gota de alcohol pero manteniendo los gestos más molestos practicados por algunos de ellos: ruido, cánticos regionales y peleas nocturnas, meadas en los portales, suciedad sin límites, etc. Estarían cumpliendo la ley antibotellón.
Ahora que se están decretando una serie de normas bastante absurdas en Galicia sobre el botellón, sería interesante ver qué sucedería si los jóvenes se comprometieran a no probar una gota de alcohol pero manteniendo los gestos más molestos practicados por algunos de ellos: ruido, cánticos regionales y peleas nocturnas, meadas en los portales, suciedad sin límites, etc. Estarían cumpliendo la ley antibotellón. Esto pasa porque tenemos unos políticos y una sociedad tan preocupada de lo políticamente correcto en temas sociales que nunca toma el toro por los cuernos. Sucede igual con la educación de los hijos, pues los padres han pasado del látigo a la dejación de funciones disciplinarias. A la gente, en líneas generales, no le preocupa que haya jóvenes que abusen del alcohol. Seamos sinceros: la gente lo que no quiere es que miles de jóvenes invadan su calle durante la noche y no se pueda dormir. Es así de simple, y no está mal pensar así, no pasa nada por impedir gritar durante horas los fines de semana en una calle en la que todos los vecinos quieren dormir. Pero hay que legislarlo así, sin eufemismos paternalistas. El día que en realidad se quiera atajar el problema del alcohol excesivo y las secuelas que en el futuro tiene para la salud ciudadana, para la productividad y para las relaciones humanas, habrá que decretar nuevas medidas realistas como la prevención y la educación, pero llamando a cada cosa por su nombre.