“Para mí es un orgullo llevar mi lengua y mi literatura por el mundo”, dice la poeta

Yolanda Castaño acercó el gallego al Instituto Cervantes de Fráncfort y Hamburgo en el Día Europeo de las Lenguas

La diversidad lingüística es una herramienta clave para lograr una mayor comprensión intercultural y un elemento primordial en la rica herencia cultural. El 26 de septiembre de cada año, desde el 2001, se viene celebrando el Día Europeo de las Lenguas por iniciativa del Consejo de Europa en Estrasburgo para difundir la conciencia de la diversidad lingüística.

Yolanda Castaño acercó el gallego al Instituto Cervantes de Fráncfort y Hamburgo en el Día Europeo de las Lenguas
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Un momento de la intervención de Rosario Álvarez durante el Día Europeo de las Lenguas celebrado en el Cervantes de Fráncfort.

El Instituto Cervantes y los organismos que promocionan las tres lenguas cooficiales en España, Institut Ramon Llull, Etxepare, Consello da Cultura Galega y la Dirección General del Libro del Ministerio de Cultura, acercaron esta propuesta en forma de recital donde los versos de Yolanda Castaño (gallego), Sónia Moll (catalán), Castillo Suárez (euskera) y Rosa Berbel (español) crearon la voz. Por la parte alemana, la poeta de origen circasiano Safiye Can interpretó una selección de su obra.

Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, dio la bienvenida a los asistentes e inauguró un precioso acto en el que no faltaron las aportaciones de Pere Almeda, del Institut Ramon Llull; Irene Larraza, del Instituto Etxepare; Rosario Álvarez, del Consello da Cultura Galega; María José Gálvez, directora general del Libro y fomento de la lectura del Ministerio de Cultura y Deporte; y de la jefa de prensa de la Consejería de Cultura de la ciudad de Fráncfort, Aino Kelle. Ferrán Ferrando, director del Instituto Cervantes de Fráncfort, dio paso y moderó una maravillosa mesa donde la poesía en las diferentes lenguas fue la protagonista.

La poesía gallega vive un gran momento de autoría femenina y así se reflejó en el Instituto Cervantes de Hamburgo y en el de Fráncfort. Yolanda Castaño, poeta y crítica literaria de 45 años y oriunda de Santiago de Compostela, se dio a conocer en el mundo de las letras con poemas sueltos y pequeños poemarios por los que recibió diferentes premios. Con una gran trayectoria internacional y fabulosas obras en su palmarés, algunas de ellas traducidas a otros idiomas como el alemán o el griego, acaba de estrenar ‘Materia’, un poemario que, según ella, se ha convertido en una dedicatoria a esa hija que no tendrá porque decidió no tener. En el marco de actividades que el Instituto Cervantes tiene programado en torno a la Feria Internacional del Libro de Fráncfort, donde España es el país invitado de honor y, coincidiendo con la celebración del Día Europeo de las Lenguas, la poeta ha acercado sus maravillosos versos en gallego a un público entregado.

Pregunta. ¿Qué es la poesía para Yolanda Castaño?

Respuesta. Entiendo que es una lengua cualificada que alcanza donde no alcanzan otras lenguas humanas como la de la ciencia o la de una lengua más técnica o, incluso, la propia lengua racional cotidiana en la que nos expresamos todos los días. Ahí, en esos matices o expresiones donde no llegan las palabras racionales o el discurso cotidiano es donde nos sirve la poesía. Es así, como se pueden violentar los límites de ese lenguaje más racional. El mundo de las emociones es un mundo muy rico lleno de matices y de sutilezas. En muchas ocasiones tenemos dificultades para expresar nuestras ideas y emociones y es cuando apreciamos que nos quedan cortos otro tipo de lenguajes.

P. ¿Considera que la escritura en gallego está en igualdad con las que se escribe en otras lenguas?

R. A nivel de creatividad no solo está en igualdad, sino que poco tiene que envidiar a la literatura producida en lenguas que nos pueden resultar vecinas u otras lenguas europeas en general. A la poesía que se cultiva hoy en día en gallego le veo una gran capacidad de riesgo, ambición creativa y excelencia literaria a la altura de las que se produce en el resto de Europa. En lo que no veo en absoluto esa igualdad es en los canales de difusión, de promoción, en los circuitos de distribución, en los apoyos institucionales e incluso comerciales. Otras lenguas disponen de este tipo de apoyos, principalmente institucionales, pues disponen de un presupuesto y una política que discurre en paralelo. Ambas partes caminan juntos de la mano con el objetivo de darse a conocer, divulgar y promocionar. Nosotros, sin embargo, por un lado, seguimos reivindicando y, por otro, me sorprendo de los logros que la poesía gallega está alcanzando en los últimos tiempos teniendo en cuenta que lo hace sin apoyos, prácticamente. A estas alturas seguimos sin tener a nuestra disposición una institución paralela o semejante a un Instituto Llull o Etxepare que realmente contribuya a la promoción internacional de nuestra literatura. Vivimos con una extrema precariedad en lo que a profesionalización o a vías se refiere que apunten hacia esa profesionalización de nuestros escritores. Tampoco tenemos ayudas para la creación, no tenemos residencias literarias, tampoco tenemos escritura creativa reconocida como una materia en una enseñanza más regulada. En definitiva, tenemos muchas dificultades para desenvolvernos como escritores y escritoras.

P. Forma parte de una generación de talentosas escritoras gallegas que supieron abrirse camino en el panorama nacional el cual reconoce vuestra labor literaria y en gallego. ¿Qué significa para usted escribir en su lengua y cruzar las fronteras del mundo con ella?

R. Me siento orgullosa de que, a pesar de todos los impedimentos y carencias por los que atravesamos, pudiésemos llegar a territorios más amplios e internacionales y por méritos propios. En mi caso he realizado grandes circuitos por California, Grecia, Fráncfort, pero el apoyo de las instituciones gallegas ha sido mínimo. Si he realizado un ciclo de cinco eventos quizá solo me han apoyado en medio. Son muy contados los viajes que realizo con el apoyo de las instituciones gallegas. Sin embargo, cuento con el respaldo de las instituciones estatales, nacionales o internacionales. Se fue abriendo camino de una forma muy personal. Por un lado, se puede ver como algo meritorio, pero, por otro lado, es un camino que se abre con poco optimismo porque si quien venga detrás no puede utilizar esa vía, todo se quedará en una anécdota o experiencia. Para mí es un orgullo llevar mi lengua y mi literatura por el mundo. Hasta el momento he estado en más de 40 países y en algunos de ellos no conocía el gallego. Si con mi presencia descubren que existe en este rincón del Atlántico una lengua como el gallego, que es una lengua tan antigua y con una lírica tan floreciente y maravillosa para mí ya es un gran logro. Es un auténtico orgullo expandir nuestra lengua y literatura y un placer ver cómo la gente se interesa por conocernos más. Creo mucho en la traducción y creo que gracias a ellas podemos viajar por el mundo y que nos permite entendernos con otros públicos y con otros lectores y lectoras. En materia artística y cultural los números poco tienen que decir. No es mejor un poeta porque escriba en una lengua masiva que uno que lo haga en menor escala. Es más importante lo que se transmite, la emoción, el talento o la belleza. Viajo gracias también a las traducciones que son tan positivas, aunque reconozco que me gustaría que esos caminos quedasen más abiertos para las poetas que vienen detrás. Hay un gran sacrificio detrás pero también me llevo grandes satisfacciones.

P. ¿Cómo ha evolucionado la poesía y la participación femenina desde Rosalía de Castro?

R. La poesía gallega ha evolucionado mucho y la participación femenina ha crecido exponencialmente desde Rosalía. La propia Rosalía de Castro fue un hito casi único. De hecho, por su brillantísimo destello no se descarta que hiciese un efecto eclipsador, pero no por culpa de ella sino por el momento histórico en el que una mujer sale a la luz. Quizás mientras se cargaban tintas hacia ella se silenciaron a otras autoras que empezaban a resurgir. Este hecho no pone en duda la creatividad de Rosalía. En la posguerra siguen siendo pocas las mujeres que salen a la luz. Paradójicamente, en la década de los 80 siguen siendo pocas, aunque estamos hablando de una generación donde la incorporación de la mujer era una realidad en ascenso. Hay que esperar a la generación de los 90, en la que yo me doy a conocer también, donde se da la esperada explosión de mujeres poetas. Los mayores avances de esa generación vinieron, literalmente hablando, de la mano de las mujeres. Hoy en día, la presencia de las mujeres poetas en la poesía gallega es un fenómeno muy llamativo. Hemos adelantado en 20 años lo que más tarde sucedería en la poesía española. Queda mucho por hacer, pero creo que estamos en el camino justo y realizando un gran trabajo.

P. ¿Cree que por el hecho de escribir en gallego le han cerrado alguna puerta en el mundo literario?

R. Sí que hay foros en los que no entramos por escribir en gallego como antologías, publicaciones, propuestas, programaciones… Algunas de ellas que, evidentemente, significan visibilización, prestigio, divulgación y promoción no entramos porque van dirigidas a autores que escriben en castellano. Igualmente, prefiero pensar que son más las ventajas que las limitaciones. Soy una persona optimista y creo que vamos caminando hacia una mejor situación donde las lenguas minorizadas o sin estado van teniendo cabida y aceptación.

P. Con motivo de la celebración del Día Europeo de las Lenguas, el Instituto Cervantes de Fráncfort y Hamburgo contó con su participación, ¿Qué nos puedes contar de esta experiencia y cuál sería para un día tan conmemorativo como éste?

R. Para mí es un gran orgullo. Me siento muy europea. Es una conciencia que sí tengo a pesar de los matices o reproches que quedan por hacer a las instituciones europeas. Siento a Europa como un crisol de culturas, un territorio de convivencia de todas ellas, la mayor parte minoritarias. Creo que Europa debe ser la referencia en atención de la diversidad en todos los niveles porque ella misma es diversa. Esa riqueza es su riqueza. Celebro que cada vez se cuente más con otras lenguas. Hay que atender también a las más desfavorecidas que carezcan de estado y que las instituciones estén de ese lado es siempre un factor muy importante.

P. Acaba de estrenarse ‘Materia’, su nuevo y exitoso poemario lleno de Yolanda Castaño en sus versos. ¿Qué es ‘Materia’ y qué podemos encontrar en su interior?

R. Materia es un poemario que gira en torno a la materia familiar de la que estamos hechos, tomándola en sus dimensiones pasada, presente y futura y en los estados sólido, líquido y gaseoso. Yo soy un tanto sospechosa en cuanto a la idea de Matria dentro del marco de mujer, territorio, identidad, nación y maternidad y prefiero convertir esa misma Matria en una materia mucho más palpable a la que nos podemos agarrar mejor. Así relaciono el sólido con el presente, el líquido con el pasado y el gaseoso con el futuro. El líquido está representado por un río subterráneo donde están las raíces. Es un río que no se ve desde la superficie, pero sí hidrata nuestras raíces, nuestra genealogía y memoria familiar. Es aquí donde aprovecho para hablar de nuestra memoria histórica. En la concepción presente de familia reconozco que somos materia familiar mucho más allá de la que revelamos y la represento en forma de iceberg, el cual asoma una parte y oculta otra. Muchas veces sacamos a la luz tan solo una parte de esa materia familiar que nos constituye. Para mí, la familia del presente no sólo la forman los parientes presentes sino también nuestra casa, las amigas, las parejas y las ex parejas. La familia futura son las proyecciones que nosotros mismos creamos en torno a la familia que formamos. En mi caso, sin embargo, aprovecho la parte gaseosa en forma de nube para hablar de mi renuncia a la maternidad. Creo que las mujeres solo podremos ser libres cuando esas opciones sean legitimadas para nosotras. Debemos apoyar todas las opciones de vida y de ser para las mujeres para que puedan ser libres de escoger. En mi caso cierro este ciclo de la maternidad pues atravieso esa edad crucial en la que decidir ser madre o no. Yo opté por no serlo y aprovecho para despedirme de ese hijo o hija de una forma reconciliada y creo que llena de dignidad y amor.