Un galleguista porteño alternativo

El pasado lunes 7 de septiembre fallecía en Buenos Aires Antonio Pérez-Prado, médico y escritor descendiente de emigrantes gallegos en la ciudad porteña, conocido por su nacionalismo visceral. Pérez-Prado murió en el Centro Gallego por una neumonía, contraída tras padecer la gripe A. Su muerte provocó una gran consternación en la colectividad.
Sin estar sujeto a ninguna disciplina partidaria, su postura con respecto a la colectividad gallega de Buenos Aires no podía ser más pesimista, ya que consideraba al Centro Gallego como un instrumento de “desgaleguización”, y es que, según aseguraba en una de sus últimas visitas a Galicia, en febrero de 2000, el poder estaba en manos de la burguesía inmigrante que sentía vergüenza de su origen y renegaba de las principales señas de identidad de Galicia.
Antonio Pérez-Prado
Hijo de emigrantes gallegos en Buenos Aires, ciudad en la que nació el 19 de noviembre de 1926, sus padres, originarios de Lugo, constituyeron un hogar que no encajaba plenamente en todos los estereotipos. Eran emigrantes concienciados que habían mantenido contacto con el anarquismo argentino y pertenecían al Centro Gallego aunque sentían autoodio hacia su idioma. Tanto es así, que Pérez-Prado llegó a reconocer que conoció el gallego a través de los cuentos y cantos de su madre, así como de una sirvienta. Fue a través de diversas vivencias durante su infancia y adolescencia cuando afloró su sentimiento gallego.
El padre de López-Prado llegó a Argentina con 15 años y comenzó trabajando en una lechería y en un almacén. En 1920, tras ahorrar unos pesos, regresa a Galicia por un tiempo. A su regreso pone un despacho de alimentos y vive en el barrio de Constitución. Allí conoce a Fe Prado, que trabaja en una empresa de fabricación de cigarrillos. No tardan mucho en casarse y en que nazca Antonio.
En 1950, Pérez-Prado emigró durante unos meses a Estados Unidos y a su regreso a Buenos Aires consiguió, gracias a sus conocimientos de inglés, un empleo como traductor en el Instituto de Neurocirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, algo que compatibilizó con sus estudios de Medicina.
Ese mismo año, a pesar de no participar activamente en organizaciones y grupos galleguistas, empezó a frecuentar a algunos de los impulsores de ‘Mocedades Galeguistas’ como era el caso de Xosé Neira Vilas. Tras la desaparición de este grupo, Pérez-Prado ingresó en lo que se puede denominar galleguismo porteño alternativo, compuesto por exiliados intelectuales y de izquierda como el pintor Luis Seoane, cuyo magisterio fue muy importante para Pérez-Prado.
Asimismo, en 1956, entró en contacto con la Asociación Gallega de Universitarios, Escritores y Artistas (AGUEA), alrededor de la que se movían personajes del prestigio de Blanco Amor o Xosé Núñez Búa y donde asistió a cursos de gallego convirtiéndose así en uno de los pocos galaico-argentinos de segunda generación capaz de expresarse en gallego con fluidez y corrección.
Además, intervino de forma activa en la constitución en 1959 de la Asociación Argentina de Hijos de Gallegos, compuesta por hijos de inmigrantes gallegos que compartían inquietudes nacionalistas y vagamente inconformistas, donde llegó a ocupar el cargo de presidente y fue el responsable del boletín ‘Alén Mar’, editado hasta 1963, y a través del cual estableció contacto con los círculos culturales que giraban en Vigo alrededor de la Editorial Galaxia.
Entre 1964 y 1968 disfrutó de diversas becas de estudio para perfeccionar sus conocimientos médicos en Gran Bretaña y en Amsterdam donde residió vinculado a las actividades culturales del galleguismo porteño de segunda generación y comenzó a destacar en las facetas de médico humanista y divulgador científico, lo que le llevó a colaborar con la Radio Nacional argentina y a conocer a intelectuales de la talla de Julio Cortázar, Sartre o Jorge Luis Borges.
Dentro de sus obras cabe destacar la publicación en 1973 del libro ‘Los gallegos en Buenos Aires’, un ensayo considerado un hito en el estudio de la colectividad gallega de Buenos Aires, y de Argentina en general, en el que se defiende el buen nombre de Galicia y de los gallegos. Este volumen fue reeditado en 2007 con un prólogo del historiador Xosé Núñez Seijas.