María José Rodríguez, retornada de Venezuela y beneficiaria de la ‘Tarxeta Benvida’

“Con la Tarxeta Benvida pude comprar para el bebé cosas costosas que sería difícil adquirir de otra manera”

Las ayudas que la Xunta dispone para los retornados constituyen una fuente de ingresos nada desdeñable para un colectivo que llega falto de recursos económicos y con necesidades perentorias que cubrir. Máxime cuando se tienen hijos pequeños, que necesitan alimentos y cuidados adecuados a su edad. 
“Con la Tarxeta Benvida pude comprar para el bebé cosas costosas que sería difícil adquirir de otra manera”
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Los hijos, los padres y el esposo de María José, en su casa, en A Estrada.

Las ayudas que la Xunta dispone para los retornados constituyen una fuente de ingresos nada desdeñable para un colectivo que llega falto de recursos económicos y con necesidades perentorias que cubrir. Máxime cuando se tienen hijos pequeños, que necesitan alimentos y cuidados adecuados a su edad. Para ello, la Consellería de Política Social tiene operativa desde 2016 la ‘Tarxeta Benvida’, que les permite sufragar los gastos de los primeros meses de vida. “Es una ayuda a la natalidad”, asegura María José Rodríguez, llegada hace dos años de Venezuela, junto a su familia.

Iniciar una vida nueva conlleva asumir riesgos e incertidumbres que solo los más osados están dispuestos a afrontar. De un tiempo a esta parte, miles de gallegos residentes en países de Latinoamérica, como Venezuela, se han visto obligados a dejar sus casas para lanzarse a la aventura en cualquier otra parte del mundo. 

Debido al problema demográfico que presenta –que amenaza con agravarse en el futurto–, Galicia se ofrece como lugar de acogida para todos ellos y trata de atraerlos con ayudas de tipo social, económico y familiar que les puedan resultar atractivas a la hora de escoger asentamiento.

El propósito es convertir a Galicia en el lugar ideal para formar una familia, así como para crecer y hacerse mayor y en el proyecto se incluye también a los que vienen de fuera, que se pueden beneficiar igualmente de las medidas adoptadas por el Gobierno gallego para fomentar la natalidad.

Entre las iniciativas más sobresalientes destaca la ‘Tarxeta Benvida’, que la Consellería de Política Social de la Xunta puso en marcha en 2016 con la idea de ayudar a todas las familias gallegas a sufragar los gastos derivados de la maternidad durante los primeros meses de vida del bebé, lo que se puede prolongar hasta los tres años.

María José Rodríguez, proveniente de El Junquito (Caracas) en 2019, disfruta, desde la llegada de su tercer hijo, Martín –hace ahora un año y cuatro meses–, de los beneficios de la ‘Tarxeta Benvida’.

Se instaló con sus padres (Julio César y María), su esposo (Jorge Alejandro Díaz) y sus dos hijos (Alejandro y Manuel) en el municipio pontevedrés de A Estrada, de donde es natural su madre, y el cambio de domicilio trajo aparejada la incorporación de un nuevo miembro a la familia.

Nada más nacer Martín, solicitó la ‘Tarxeta’, pero, en su caso, tuvieron que transcurrir siete meses hasta que le llegó la aprobación. Lo más habitual es que tarde alrededor de cuatro meses, pero las circunstancias familiares motivaron el retraso. Como familia numerosa que son podían ampliar la cuantía de la ayuda de 1.200 euros a 2.400, pero para ello tenían que disponer de la nacionalidad de sus otros dos hijos y el proceso se hizo largo.

Así que, hasta los siete meses, los gastos que ocasionó Martín los tuvo que afrontar la familia, pero una vez le llegó la ayuda de los 2.400 euros, el pasado mes de abril, pudo comprar “ropa, pañales y comida” para el bebé, que entonces ya empezaba con purés a base de “frutas y pollo”. También adquirió “la silla del coche y la de paseo, un saquito de invierno para el carrito y la trona para comer”, dice.

“Son cosas costosas que es difícil comprar” si no se dispone de estas ayudas, comenta. Tanto es así que Martín ha gozado de otras ventajas que los otros dos hijos no tuvieron, debido a la situación de Venezuela, corrobora.

La ayuda, que en su caso asciende a 200 euros al mes, se percibe toda junta una vez al año, así que “hasta abril del año que viene” la familia de María José no vuelve a recibir dinero para Martín por este concepto. 

A otras medidas de Política Social para fomentar la natalidad en Galicia sí puede acogerse. Al igual que ocurre con otras familias gallegas que tienen a sus hijos en la escuela infantil, puede disfrutar, y de hecho lo hace, de la escolarización gratuita del bebé hasta que cumpla tres años, puesto que la medida está pensada para las familias a partir del segundo hijo. De esta ventaja se enteró en el propio centro educativo al que lleva a su hijo. “Fue la directora de la guardería quien me informó”, comenta. Además, “lo pone en un cartel a la entrada”, añade. 

La tarjeta contempla ventajas añadidas para los gallegos retornados, como es el caso de esta familia, para que puedan adaptar los plazos de solicitud a las circunstancias del regreso, de tal manera que disponen de hasta un máximo de tres meses desde su llegada para realizar la solicitud. 

La Xunta destinó hasta el momento un total de 176 millones de euros a cargar las ‘Tarxetas Benvida’, a las que cabe añadir la ‘Cesta Benvida’, que contiene productos básicos como la cartilla sanitaria del bebé, pañales, champú, muselinas, bolsas de tela para muda, cuentos o un CD de nanas, entre otros enseres.

La familia formada por María José y Jorge Alejandro Díaz decidió abandonar la República Bolivariana agobiada por la situación que atraviesa el país. Y eso a pesar de que trabajaban los dos. Ella, profesora de dibujo técnico, dando clase y en una agencia de festejos y él, técnico electrónico, en un concesionario de coches.

Pero la “escasez de alimentos” y “salarios que no alcanzan” para vivir fueron los motivos que les impulsaron a buscar una salida alternativa. 

En la decisión pesó también el problema que arrastra el padre, Julio César, minusválido, quien, después de sufrir varios ictus y una fractura de cadera, necesitaba cuidados especiales que un país como Venezuela está lejos de poder proporcionar.

Así que se trasladaron a A Estrada, de donde su madre partió siendo niña junto a sus padres –los abuelos de María José– rumbo a Venezuela, siguiendo la estela de unos abuelos que hacían visitas frecuentes al país por motivo de negocios, aunque estos no llegaron a instalarse nunca en la República venezolana.

A Estrada no era el lugar preferido para establecerse, ya que pensaban que “en los pueblos todo es más difícil’, mientras que una ciudad grande ofrece más “oportunidades de trabajo”. Pero hoy en día se encuentran muy a gusto en esa localidad, porque “nunca hemos sentido rechazo”, asegura. Además, les ofrece la “tranquilidad y seguridad” de la que carecían en El Junquito donde estaban “sometidos a mucha inseguridad” y donde podían trabajar, pero “el dinero no alcanzaba”. 

Esa “no era vida”, atestigua María José, para quien “no es bueno no tener los servicios sociales” necesarios, y los suministros más elementales como es “el agua” o “la luz”.

Así que, “la idea es quedarse”, porque es una “tranquilidad” ver a los hijos en un colegio donde se respira “seguridad”.

Teniendo en cuenta que la ‘Tarxeta Benvida’, por la que reciben 2.400 euros anuales durante tres años, es compatible con otras ayudas, como el ‘Bono Concilia’ y la gratuidad de las escuelas para los segundos y sucesivos hijos, y que existen deduciones fiscales para la compra de vivienda, así como ‘casas niño’ –pequeñas escuelas– en el rural, la familia Díaz Rodríguez puede disfrutar también de las ayudas de la Xunta para emigrantes retornados que, en su caso, ascienden a 4.000 euros anuales.

Son cuantías que considera importantes, porque, a pesar de que María José trabaja de camarera en un restaurante –su esposo quedó recientemente en el paro–, “el dinero hace falta”, porque les ayuda a pagar el piso –viven los siete en el mismo inmueble– y el coche.

Conocedora de los programas del Gobierno gallego para colaborar con los que deciden retornar a su lugar de origen, anima a los que se encuentren en países en situación inestable y dispongan de la nacionalidad española a que den el paso, principalmente a su hermano, quien se quedó en Venezuela, y a sus primos, que “se quieren venir”, dice.