La reunión, seguida en directo por cientos de socios a través de una pantalla gigante

Se pospuso al 24 de abril la asamblea extraordinaria que debe decidir el destino del Centro Gallego de Buenos Aires

La asamblea extraordinaria de socios del Centro Gallego de Buenos Aires del jueves 12 de abril, convocada por la Intervención Judicial del INAES para decidir la venta (o no) del inmueble y el traspaso del gerenciamiento de los servicios de salud al grupo inversor constituido por Rivera Salud y la Fundación Favaloro, pasó a cuarto intermedio hasta el próximo martes 24 de abril.

Se pospuso al 24 de abril la asamblea extraordinaria que debe decidir el destino del Centro Gallego de Buenos Aires
Centro Gallego desde el hall central del hospital 1
Cientos de socios siguieron la asamblea desde el hall central por una pantalla gigante.

La asamblea extraordinaria de socios del Centro Gallego de Buenos Aires del jueves 12 de abril, convocada por la Intervención Judicial del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) para decidir la venta (o no) del inmueble y el traspaso del gerenciamiento de los servicios de salud al grupo inversor constituido por Rivera Salud y la Fundación Favaloro, pasó a cuarto intermedio hasta el próximo martes 24 de abril.

Durante la sesión, que tuvo lugar en el Teatro Castelao de la institución, los representantes de los socios requirieron a las autoridades de la intervención la estimación exacta del pasivo total real acumulado por la entidad (incluyendo el monto preciso de la deuda por los juicios a los que se enfrenta la entidad) y autorizaron al interventor, Martín Moyano Barro, a que ponga a disposición del potencial comprador las cifras del pasivo total de la entidad.

Con 41 votos a favor y uno en contra, la asamblea facultó al interventor a que negocie a la baja la deuda con la AFIP y determine la fecha de inicio de atención sanitaria a los socios del Centro.

Asimismo, los representantes de los socios se negaron a aprobar los balances institucionales del 2012 al 2017 argumentando que los mismos ya habían sido rechazados por unanimidad en la asamblea de noviembre pasado y que no correspondía volver a tratar ese tema.

Además, condicionaron la venta a que, “con lo obtenido por la transacción del edificio al grupo inversor, se asegure que todos los pasivos, tanto con acreedores como por acciones judiciales contra la institución, puedan ser saldados, dejando indemne a la mutual del Centro Gallego de toda deuda”.

La asamblea fue seguida en directo por varios cientos de socios a través de una pantalla gigante dispuesta en el hall central de la institución. Inquietud y congoja parecía ser el sentimiento predominante entre los gallegos emigrantes, que, ya mayores, están sufriendo en carne propia los avatares del Centro que ha reducido y en muchos casos suspendido sus prestaciones de servicios.