EN EL MARCO DE LA CELEBRACIÓN DEL 50º ANIVERSARIO DE LA PUBLICACIÓN DEL LIBRO ‘MEMORIAS DUN NENO GALEGO’
Neira Vilas compartió un encuentro con los alumnos del Colegio Santiago Apóstol de Buenos Aires
Xosé Neira Vilas vivió 43 años fuera de Galicia, una parte en Argentina y otro poco en Cuba; “pero nunca escribí nada que no fuera en gallego”, recordó durante el encuentro que mantuvo –videoconferencia mediante– con los alumnos del Colegio Santiago Apóstol. “Habría mucho que hablar en defensa de la lengua gallega, que fue una bandera imprescindible para los que estábamos afuera”, siguió comentando con los chicos como si no hubiera distancias.

Xosé Neira Vilas vivió 43 años fuera de Galicia, una parte en Argentina y otro poco en Cuba; “pero nunca escribí nada que no fuera en gallego”, recordó durante el encuentro que mantuvo –videoconferencia mediante– con los alumnos del Colegio Santiago Apóstol. “Habría mucho que hablar en defensa de la lengua gallega, que fue una bandera imprescindible para los que estábamos afuera”, siguió comentando con los chicos como si no hubiera distancias.
Como a borbotones, las palabras corrían para darle vida una vez más a sus recuerdos y anécdotas. Con ganas de no dejar nada en el tintero y a 50 años de la publicación de su libro ‘Memorias dun neno labrego’, reconoció que es el primer sorprendido de que esa novela ya haya sido traducida a “una cantidad enorme de idiomas, incluido el esperanto”. “La publicación de un libro es el comienzo de la función y no el final”, dijo y avanzó: “lo que pasa después depende de los lectores y sus circunstancias”.
“Memorias dun neno labrego”, que tiene aún dos capítulos inéditos, “es contada por un rapaz de 12 o 13 años al que le dolían los problemas”, les respondió, siempre sonriente, a los alumnos.
Con una lucidez tan extensa como sus años (y ya va por los 83) y la memoria intacta, Neira Vilas relató cómo después del trabajo, en un café, fue escribiendo esta novela que tuvo como primer lector al mozo del bar, a quien él le leía cada capítulo en la mesa de ese lugar.
El libro, que llevó el prólogo de Rafael Dieste, también cosechó elogios tempranos de Luis Seoane, quien le confesó que le había recordado su propia infancia y quien, además, ilustró la tapa de la primera edición de esta obra que la editorial Galaxia acaba de reeditar con motivo de cumplirse el cincuentenario de su publicación.
“Seoane, además de un gran artista fue un amante de la riqueza léxica”, rescató Neira Vilas, y contó que en una libreta, que finalmente fueron 30, iba anotando cada palabra gallega nueva que conocía.
Consultado por los estudiantes, relató que su galleguismo nació en Buenos Aires. Que fue lejos de su tierra donde tomó cabal conciencia de lo que significaba y que lo ha acompañado toda su vida. “Pero la morriña –aseguró– no debe ser para llorar, tiene que ser una fuerza creadora que hay que canalizar en cosas constructivas”. Los alumnos también quisieron indagar sobre sus vivencias en Cuba con el Che Guevara. Neira Vilas comentó entonces que de él aprendió el real significado de la palabra “solidaridad”. El ‘Che’, señaló, fue sobre todas las cosas un humanista y un hombre radicalmente honesto.
Sólo tuvo palabras de cariño entrañable para Anisia Miranda, su mujer –fallecida hace poco más de un año–, con quien compartió largos años de su vida pero también el amor por las letras y por “la causa gallega”, contó el escritor, aunque ella era cubana.
Finalmente, aseguró que le parece “maravillosa y extraordinaria” la labor del Colegio Santiago Apóstol.
La videoconferencia, que tuvo lugar este martes en el instituto galaico-argentino contó con la presencia del director de la Editorial Galaxia, el escritor y periodista, Víctor Freixanes, y del director xeral del Libro, Bibliotecas y Archivos de la Consellería de Cultura e Turismo del Gobierno gallego, Francisco López, quien recibió una medalla y un presente de parte de los alumnos del colegio para entregárselo a Neira Vilas, en Galicia. Entre el público también estuvieron el actor Cándido Pazó; Dolores Tobío, jefa de servicio del Departamento del Libro de la Consellería de Cultura e Turismo, docentes y directivos del colegio y del Centro Galicia de Buenos Aires y el pintor, Manuel Cordeiro, entre otros invitados.
El acto se realizó en el marco de una iniciativa impulsada por la Xunta de Galicia para conmemorar el 50º aniversario de la publicación de ‘Memorias dun neno labrego’ y se sumó a la agenda de actividades organizadas con motivo de la participación gallega en la 37ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Como a borbotones, las palabras corrían para darle vida una vez más a sus recuerdos y anécdotas. Con ganas de no dejar nada en el tintero y a 50 años de la publicación de su libro ‘Memorias dun neno labrego’, reconoció que es el primer sorprendido de que esa novela ya haya sido traducida a “una cantidad enorme de idiomas, incluido el esperanto”. “La publicación de un libro es el comienzo de la función y no el final”, dijo y avanzó: “lo que pasa después depende de los lectores y sus circunstancias”.
“Memorias dun neno labrego”, que tiene aún dos capítulos inéditos, “es contada por un rapaz de 12 o 13 años al que le dolían los problemas”, les respondió, siempre sonriente, a los alumnos.
Con una lucidez tan extensa como sus años (y ya va por los 83) y la memoria intacta, Neira Vilas relató cómo después del trabajo, en un café, fue escribiendo esta novela que tuvo como primer lector al mozo del bar, a quien él le leía cada capítulo en la mesa de ese lugar.
El libro, que llevó el prólogo de Rafael Dieste, también cosechó elogios tempranos de Luis Seoane, quien le confesó que le había recordado su propia infancia y quien, además, ilustró la tapa de la primera edición de esta obra que la editorial Galaxia acaba de reeditar con motivo de cumplirse el cincuentenario de su publicación.
“Seoane, además de un gran artista fue un amante de la riqueza léxica”, rescató Neira Vilas, y contó que en una libreta, que finalmente fueron 30, iba anotando cada palabra gallega nueva que conocía.
Consultado por los estudiantes, relató que su galleguismo nació en Buenos Aires. Que fue lejos de su tierra donde tomó cabal conciencia de lo que significaba y que lo ha acompañado toda su vida. “Pero la morriña –aseguró– no debe ser para llorar, tiene que ser una fuerza creadora que hay que canalizar en cosas constructivas”. Los alumnos también quisieron indagar sobre sus vivencias en Cuba con el Che Guevara. Neira Vilas comentó entonces que de él aprendió el real significado de la palabra “solidaridad”. El ‘Che’, señaló, fue sobre todas las cosas un humanista y un hombre radicalmente honesto.
Sólo tuvo palabras de cariño entrañable para Anisia Miranda, su mujer –fallecida hace poco más de un año–, con quien compartió largos años de su vida pero también el amor por las letras y por “la causa gallega”, contó el escritor, aunque ella era cubana.
Finalmente, aseguró que le parece “maravillosa y extraordinaria” la labor del Colegio Santiago Apóstol.
La videoconferencia, que tuvo lugar este martes en el instituto galaico-argentino contó con la presencia del director de la Editorial Galaxia, el escritor y periodista, Víctor Freixanes, y del director xeral del Libro, Bibliotecas y Archivos de la Consellería de Cultura e Turismo del Gobierno gallego, Francisco López, quien recibió una medalla y un presente de parte de los alumnos del colegio para entregárselo a Neira Vilas, en Galicia. Entre el público también estuvieron el actor Cándido Pazó; Dolores Tobío, jefa de servicio del Departamento del Libro de la Consellería de Cultura e Turismo, docentes y directivos del colegio y del Centro Galicia de Buenos Aires y el pintor, Manuel Cordeiro, entre otros invitados.
El acto se realizó en el marco de una iniciativa impulsada por la Xunta de Galicia para conmemorar el 50º aniversario de la publicación de ‘Memorias dun neno labrego’ y se sumó a la agenda de actividades organizadas con motivo de la participación gallega en la 37ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.