El coordinador de Actividades de la Casa anunció su despedida durante el acto

Mª Jesús Domínguez Sío regresa a la Casa de Galicia con su nuevo libro ‘Pinzón, el marino que adelantó a Colón’

Con la asistencia de numeroso público, que recordaba los tiempos anteriores a la pandemia, la Casa de Galicia en Madrid sirvió de marco, el jueves 27, para la presentación del libro ‘Pinzón, el marino que adelantó a Colón’, de María Jesús Domínguez Sío, publicado por la editorial Almuzara. María Jesús Domínguez Sío, natural de Porriño (Pontevedra) y residente en Madrid, ha sido catedrática de Lengua y Literatura en institutos de Madrid y el Extranjero.
Mª Jesús Domínguez Sío regresa a la Casa de Galicia con su nuevo libro ‘Pinzón, el marino que adelantó a Colón’
Casa Madrid-Libro Pinzon 1
De izda. a dcha., Mª Jesús Domínguez Sío, autora del libro; Ramón Jiménez, coordinador de Actividades de la Casa de Galicia; y Ángeles López, de la editorial Almuzara.

Con la asistencia de numeroso público, que recordaba los tiempos anteriores a la pandemia, la Casa de Galicia en Madrid sirvió de marco, el jueves 27, para la presentación del libro ‘Pinzón, el marino que adelantó a Colón’, de María Jesús Domínguez Sío, publicado por la editorial Almuzara.

María Jesús Domínguez Sío, natural de Porriño (Pontevedra) y residente en Madrid, licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Santiago de Compostela y doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense, ha sido catedrática de Lengua y Literatura en institutos de Madrid y el Extranjero. Autora de importantes ediciones críticas y otros textos sobre diversos autores, es especialista fundamentalmente sobre Juan Ramón Jiménez, el Nobel de Moguer, al que ha dedicado varios libros, el último de ellos el titulado ‘Monumento de amor. Epistolario y Lira’, de 2017, que recoge la correspondencia entre el poeta y Zenobia Camprubí. Curiosamente, como señaló el coordinador de Actividades de la Delegación, Ramón Jiménez, y confirmó luego la autora porriñesa, la familia de Juan Ramón está entroncada con los Alonso Pinzón. El coordinador, que pronunció unas palabras de bienvenida, señaló que “en esta misma sala presentamos también, en 2013, ‘La bebida de las avispas’, una colección de relatos cortos de María Jesús”. 

En cuanto al actual libro sobre Pinzón, el coordinador destacó que se trata de una “apasionante novela sobre la verdadera historia del navegante y conquistador español”, “una documentada recreación novelada de los hechos que cambiaron el mundo a finales del siglo XV, unos hechos tan trascendentales que sólo podrían compararse, desde la perspectiva de nuestro tiempo, con la llegada del hombre a la Luna”. 

La autora, por su parte, en una nota inicial, precisa que los personajes de la novela son “casi” en su totalidad históricos, recreados a la luz de la bibliografía; y que lo mismo puede decirse de la trama argumental, apenas modificada en algún aspecto necesario para dotar al relato de vital plasticidad. Más adelante, en otra nota preliminar, confiesa que la fue la nota de Martín Alonso Pinzón, que ilustra el paseo de su nombre en Baiona, el “origen anclado en su inconsciente de la idea reivindicadora”. Y este es el punto clave, la piedra angular sobre la que se sustenta todo el discurso de esta novela, puesto que Martín Alonso, capitán de la carabela ‘Pinta’, que arribó a Baiona en el viaje de regreso de América, desviada por una tempestad, fue la mano derecha de Colón y quien, con su gran predicamento entre los hombres de mar y la población local, que no confiaba en el genovés, logró las tripulaciones necesarias para las naves que al fin se iban a aventurar en el viaje que concluiría con el gran Descubrimiento. Gloria que, según se desvela en los entresijos de esta novela, en la intrahistoria compuesta por su autora en base a las conversaciones más secretas de los personajes, siempre con apoyatura histórica, se reservó para sí por completo el almirante, cuando debía ser compartida con Pinzón. Gracias a éste pudieron las naves, a pesar de la oposición inicial de Colón, que no quería desviarse del rumbo oeste, orientarse acertadamente hacia el sudoeste, y así alcanzar con éxito el 12 de octubre de 1492 las costas de la isla de Guanahani, rebautizada San Salvador, en el actual archipiélago de las Bahamas. Desde la ‘Pinta’ precisamente, la carabela que iba en cabeza, se lanzó el grito histórico del avistamiento por Rodrigo de Triana, a las dos de la madrugada, acompañado de un disparo de lombarda. Mérito que Colón se atribuyó exclusivamente, alegando haber visto él primero esa tierra varias horas antes, con lo que privó al marinero de la recompensa prevista para esa circunstancia.

La novela de María Jesús Domínguez Sío, en definitiva, trata de elevar a Martín Alonso Pinzón a la altura que le corresponde, es decir, a la de codescubridor en vanguardia del Nuevo Mundo; asegurando su autora que si su figura se ha relegado, esto se ha debido a su temprana muerte y a la rivalidad y enemistad que mantuvo siempre con Cristóbal Colón, quien ocultó gran parte de la información sobre la realidad de los hechos que ocurrieron, lo que perjudicó la imagen del palermo de manera interesada a fin de que apareciese únicamente él ante la Historia como triunfador.

En el acto participó también, en representación de la editorial Almuzara, Ángeles López, quien en su elogio del libro y de su autora mostró su satisfacción por contar con ella en el catálogo de una editorial que tantos títulos de calidad, principalmente de temas históricos, está poniendo en el mercado. 

Despedida de Ramón Jiménez

A continuación, fue la intervención de María Jesús Domínguez Sío y, para terminar, como colofón del acto, tras un animado coloquio, el coordinador de Actividades de la Casa, Ramón Jiménez Pérez, anunció que con la presentación del libro sobre Pinzón concluía su vida profesional como funcionario y coordinador de actividades de la Casa de Galicia en Madrid, en la que transcurrieron los últimos de su vida laboral, más de 28. Y es que –afirmó– también él, zarpaba ahora, el próximo lunes 31 de enero, hacia un Nuevo Mundo, el de la jubilación. “Aquí quedará –dijo– la memoria de gran parte de mi vida laboral, de los miles de actos en cuya organización he colaborado en las más diversas circunstancias. Aquí, en esta sala y su entorno, he aprendido muchas lecciones gracias al trato entrañable de tantas personas que me dieron su confianza y su afecto. Lecciones del mundo, como decía Clarín, que están escritas en un idioma del que no se pueden traducir: el de la experiencia. Vaya para todas esas personas que me honraron con su amistad y su comprensión, que me mantuvieron en su indulgencia cuando lo necesité, que me obsequiaron con su sabiduría, mi eterno agradecimiento, estén donde estén. Me voy después de todos estos años, aunque parezca un tópico decirlo, con la satisfacción del deber cumplido, y más que el deber, puesto que en todos los actos en que he participado he puesto el alma. Desde el primer momento fui consciente de la importancia de cada celebración para las personas protagonistas, de la singularidad de cada una, lo que me planteaba el desafío de ser único yo también, y esto suponía poner a prueba mi creatividad a fin de evitar que se entendiera cada acto como uno más en serie. En algunos casos habrá habido algo más de alma que en otros, pero créanme, creedme, que he apuntado siempre hacia ese objetivo. 

Así que éste ha sido mi último acto oficial en esta Casa, y la diosa Fortuna (Oh, Fortuna, Imperatrix Mundi), ha querido que fuera el de la presentación del libro de una amiga, y además que el tema tratado me facilitara tanto las palabras, por las comparaciones preciosas que me permite hacer. Porque puedo decir, por ejemplo, que el próximo lunes también yo, como Pinzón, iniciaré una emocionante singladura hacia las nuevas oportunidades que me ofrecerá, sin duda, la jubilación; o que imploraré el favor de los vientos alisios en busca de otros mares y otros cielos; o que se me conceda, al igual que a esos hombres intrépidos que lograron sortear los peligros del Mar Tenebroso, valor para sobreponerme a epidemias, huracanes y corsarios, o a esos monstruos marinos inconcebibles hasta para la imaginación más desaforada. Ya dijo Joseph Conrad en ‘El espejo del mar’ que este es muy traicionero, y que de él, aunque parezca en calma, puede surgir cualquier cosa en el momento más inesperado y darnos un susto.

Puedo decir, gracias al proverbial lenguaje marinero, que deseo fervientemente que Eolo, con su mágico soplido, me haga navegar viento en popa a través del verde mar de oscuridad, o azulado o verde esmeralda, y que a la proa de mi nave le sea dado apartar con facilidad, tan sólo con un leve crujido del caso, el espectáculo de las algas si por casualidad debo atravesar el Mar de los Sargazos. Y podría hablar de muchas cosas más, de la firmeza en el timón, del mantenimiento del rumbo, de la Rosa de los Vientos, de la orientación por las estrellas, del astrolabio, y sobre todo de la travesía, que se me conceda, como pedía Kavafis en su poema Ítaca, un camino largo y rico en experiencias y en conocimiento, sin temer ni a Lestrigones ni a Cíclopes ni al airado Poseidón. En fin, creo que es suficiente para despedirme de la larga travesía que ha sido también mi estancia en esta Casa, que es a su vez un barco, el buque insignia de la Xunta de Galicia en Madrid, por cuyo próspero periplo durante muchos años más hago votos, con su tripulación a salvo. Y que ustedes lo vean, pero de momento Feliz Año Nuevo chino del tigre el próximo 1 de febrero. Gracias por escucharme y buenas noches”.