En la galería de Arte de la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico

La influencia de Eugenio Granell en Puerto Rico se recoge en la exposición ‘Camino al Mirador Azul’

La galería de Arte de la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico exhibe la exposición ‘Camino al Mirador Azul’, comisariada por José Correa Vigier, y que podrá visitarse hasta el próximo 20 de marzo.

La influencia de Eugenio Granell en Puerto Rico se recoge en la exposición ‘Camino al Mirador Azul’

La galería de Arte de la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico exhibe la exposición ‘Camino al Mirador Azul’, comisariada por José Correa Vigier, y que podrá visitarse hasta el próximo 20 de marzo.

La directora del Museo Fundación Eugenio Granell, Natalia Fernández Segarra, visitará en los próximos días la exposición. Además, viajará a Santo Domingo para reunirse con el artista surrealista Iván Tovar, con motivo de la muestra retrospectiva que se inaugurará en el Museo Fundación Eugenio Granell el próximo mes de junio.

Esta exposición es el resultado del trabajo de investigación del comisario José Correa Vigier con motivo de la presentación de la tesis de bachillerato en Historia del Arte en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras. Un estudio exhaustivo que se recoge en el catálogo de la muestra.

El título alude al grupo de siete artistas que tomaron el nombre de ‘El Mirador Azul’ de un espacio donde se reunían con Eugenio Granell para pintar y practicar juegos surrealistas, tales como el cadáver exquisito. En 1957, los estudiantes de Granell alquilaron el segundo piso de una residencia pintada de azul en el barrio de Hato Rey.

La comisaria independiente y crítica de arte Cheryl Hartup hace una amplia referencia a esta muestra en la publicación ‘Visión Doble’, donde destaca la influencia ejercida por Granell en la renovación de la plástica puertorriqueña.

‘Camino al Mirador Azul’ se compone de 39 trabajos, divididos en cuatro secciones: el trabajo de Granell; las obras de Cossette Zeno y de Luis Maisonet Crespo, dos de los primeros estudiantes de Eugenio Granell, quienes se ciñeron a las tendencias surrealistas; los trabajos de El Mirador Azul; y los trabajos de dos de sus últimos estudiantes: Rafael Ferrer y Roberto Alberty, junto con el amigo y colega de Granell, Julio Rosado del Valle. Estos últimos tres artistas se sintieron atraídos por su carácter independiente, apasionado y rebelde, así como por sus intercambios con figuras míticas del movimiento surrealista.

Eugenio Fernández Granell (1912-2001), exiliado en San Juan, inspira a este grupo de nuevos artistas a acoger el nuevo y liberador lenguaje surrealista. El artista conoce a André Breton en 1941, cuando vivía en Santo Domingo, compartiendo su pasión por el surrealismo con él y con otros creadores y escritores afiliados al movimiento y que en ese tiempo visitaban el entorno caribeño.