Llegó en agosto de 2022 desde Venezuela y solicitó la ayuda extraordinaria para retornados

Gladis Margarita Rodríguez: “Lo que nos trae a España es darles un mejor futuro a mis dos hijos”

Con su marido y sus dos hijos, Gladis Margarita Rodríguez regresó a Galicia en agosto de 2022. “Lo que nos trae a España es darles un mejor futuro a mis dos hijos”, explica esta venezolana cuyo padre es de la localidad pontevedresa de O Porriño.

Gladis Margarita Rodríguez: “Lo que nos trae a España es darles un mejor futuro a mis dos hijos”
Gladis
Gladis Margarita Rodríguez, junto a su familia, en la muralla de Lugo, donde residen desde agosto de 2022.

Ahora vive en Lugo porque, aunque todavía mantiene mucha familia en O Porriño y en Vigo, se decantaron por la ciudad de las murallas porque ahí estaba la carrera universitaria que quería estudiar su hija.

“Cuando salimos de Venezuela –explica– dijimos vamos y conseguimos trabajo. Teníamos un pequeño capital inicial suficiente para mantenernos mientras encontrábamos trabajo, pero no fue como esperábamos porque es muy complicado buscar trabajo después de cierta edad”.

Pero esta no era la primera vez que venía a Galicia, ya que en 2018 estuvo de vacaciones y en contacto con la familia, “sobre todo papá que me llevo a ver a la familia porque había venido de pequeña y ahora era otra etapa en la que él me estaba trayendo porque yo le había comentado la idea que teníamos mi familia y yo de volver a España”.

Por el momento, sus padres siguen en Venezuela y no tienen previsto regresar porque “ya tienen muchos años en Venezuela y están un poco mayores”. Además, el clima no les motiva mucho. En todo caso, comenta, no lo han descartado “porque van mayores y están solos allí y las condiciones de Venezuela son cada vez peores”.

Actualmente, su marido teletrabaja desde Lugo para una empresa de Madrid y Gladis hace un curso con el que espera conseguir la certificación profesional y un trabajo.

Esta venezolana reconoce que no conocía las ayudas que otorgaba la Xunta para el retorno de emigrantes y sus descendientes y que se enteró porque unos amigos de su marido le comentaron que había en Lugo un taller de FEVEGA (Federación Venezolana de Galicia) sobre ayudas extraordinarias para emigrantes retornados.

“Estuve en la charla, pero cuando me fui no creí que pudiera optar, pero una chica de aquí de Lugo que representa a Fevega me llamó, porque contactó con todos los que estuvimos en esa charla, y me asesoró y me habló de estas ayudas”, explica Gladis Margarita desde Lugo.

Desde Fevega le dijeron que lo primero que tenía que hacer es darse de alta en la Xunta como retornada en la Oficina de Emigrantes Retornados de Lugo “y así lo hice”. “Allí–explica– di con dos personas excelentes que me asesoraron muy bien y me empezaron a hablar de todos los derechos que tenía aquí. Lo primero que opté fue a la subvención por desempleo en la subdelegación del Gobierno de la que por desconocimiento ya había perdido bastantes meses”. “Después –continúa– me hablaron de esta ayuda extraordinaria. De hecho, ya había perdido el primer año, pero como hay dos años para solicitarla, la pedí ahora” cuando se ha abierto de nuevo el plazo.

Rodríguez destaca la ayuda y el apoyo de la Oficina del Retorno de Lugo y la facilidad para hacer los trámites en el momento que se abrió el plazo.

La familia está muy contenta en Lugo y valora mucho la seguridad de la ciudad. “Nosotros llegamos en agosto de 2022 y meses después, en octubre, que son las ferias principales de Lugo, salimos y veníamos caminando hasta el apartamento de madrugada y cuando sentíamos una moto teníamos miedo porque pensábamos que nos iban a robar”, comenta Gladis, quien incide en que “el tema de la inseguridad que vivimos en Venezuela y aquí se siente totalmente distinto”.

Además, recalca, que como madre también se siente mucho más tranquila en Galicia sobre todo cuando su hijo, que tiene 16 años, sale de noche. “En Venezuela también salía y nos daba terror, pero aquí tienes la tranquilidad de que está bien y que van a llegar a casa andando porque no le va a suceder nada”, reconoce Gladis. Explica que a eso hay que sumarle que allí “no hay agua, ni luz ni combustible”, así que el cambio supone “un giro radical”.

Para ella también es muy importante la educación que se ofrece en Galicia porque el nivel educativo en Venezuela “se vio muy afectado”, ya que la “gente capacitada ha emigrado del país y lo que queda no es lo mismo”.

En todo caso, reconoce que dar ese paso no fue fácil porque tenían una vida hecha en Venezuela y “un importante arraigo”. Para los hijos, asegura “es mucho más sencillo, están más jóvenes y son de más fácil adaptabilidad”.