El escultor gallego Rivero de Aguilar expone ‘Miradas de autor’ en la Casa de Galicia en Madrid

El escultor gallego Alfonso Rivero de Aguilar inauguró el pasado jueves en la Casa de Galicia en Madrid la exposición de esculturas de pequeño formato ‘Miradas de autor’, compuesta por obras de carácter “figurativo-abstractivo” realizadas en ónices, serpentinas, mármoles de griotte, granitos, cuarcitas y calcitas, pizarras y maderas.

El escultor gallego Rivero de Aguilar expone ‘Miradas de autor’ en la Casa de Galicia en Madrid

El escultor gallego Alfonso Rivero de Aguilar inauguró el pasado jueves en la Casa de Galicia en Madrid la exposición de esculturas de pequeño formato ‘Miradas de autor’, compuesta por obras de carácter “figurativo-abstractivo” realizadas en ónices, serpentinas, mármoles de griotte, granitos, cuarcitas y calcitas, pizarras y maderas. Entre el público que asistió al acto se hallaban el escultor Luis de las Cuevas y los pintores Fátima Rueda y Juan Barreto. La muestra podrá verse hasta el próximo 30 de octubre.

En la presentación, el escultor estuvo acompañado por el coordinador de Actividades Culturales de la Casa, Ramón Jiménez, quien valoró que las esculturas presentadas en la muestra se expresan de forma elocuente, una elocuencia que, opinó, proviene “del diálogo que desde el primer momento de creación de una pieza entabla con ella” el artista “para desentrañarlas literalmente del útero pétreo que las ha preñado desde tiempo inmemorial”. “A Alfonso el origen le fascina, él mismo parece tener recuerdos embrionarios, de cuando estaba en el seno materno, y a esto atribuyo yo la presencia de tantas maternidades y sensuales formas femeninas en sus obras, ese culto a la madre y a la mujer, dadora de la vida, y en esta muestra hay varias”, añadió.

También observó que en la muestra hay obras “que nos recuerdan por su acento el arte negro, como algunas máscaras; o el precolombino, como esas otras máscaras de narices incas o aztecas; las hay también que sugieren el arte egipcio, pues por lo menos yo veo sarcófagos”.

Rivero de Aguilar explicó que comenzó en la escultura “conociendo la obra del escultor Camilo Otero en su estudio en París” y estudiando a los grandes  escultores de principio del siglo XX, como Bárbara Hepworth, Henry Moore y Brancusi.

 “Mi técnica consiste, primero en observar la piedra en su estado natural, la miro, la acaricio en definitiva. Me voy metiendo cincelada a cincelada en las entrañas de su ser que, unido al mío, me va llevando y sumergiéndome en ella casi de forma catatónica, le devuelvo su fascinación su gratitud y voy componiendo. Gracias a su complicidad emana en mí  lo que yo llamo creatividad, es en ese punto cuando la piedra se convierte en obra, le doy forma, sensualidad y cobra vida, es un ser”, detalló sobre su forma de trabajo.

Respecto a su estilo, indicó que “es de carácter figurativo-abstractivo, porque precisamente en la abstracción está el comienzo de libertad del que mira la obra pues me gusta enseñar pero no entregar fácilmente, prefiero que las personas interpreten al hilo de lo que yo marco, en eso más o menos consiste mi trabajo a la hora de crear, transmitir en definitiva la libertad  de ver la obra bajo el punto de vista de cada persona”.

También Pilar Sampedro, en su prólogo al catálogo de la exposición, incide en que Rivero de Aguilar “escucha a las piedras” y las deja “que guíen su mano de escultor”. “Dialoga con ellas en un marco de respeto por lo natural y de admiración ante la belleza de una materia que puede llamarse semipreciosa, sin faltar a la verdad”. “A veces, el creador decide homenajear a otro escultor, como sucede con las ‘chillidas’,  obras que ocupan el espacio que dejan vacío las del escultor vasco”, presentes en la muestra.

“Alfonso Rivero de Aguilar bebe de la misma fuente que otros artistas que le precedieron como Chillida, Brancusi, Barbara Hepworth o Pablo Serrano, jugando con la figuración hasta destapar el surrealismo o asumiendo la abstracción como algo tan cercano que forma parte de su cotidianeidad”, afirma Sampedro.

Rivero de Aguilar es natural de Ferrol y se siente especialmente vinculado a Santiago de Compostela. Durante muchos años ejerció como fotógrafo y cámara de televisión. Sus comienzos en el mundo del arte están vinculados a la pintura y se remontan a hace más de treinta y cinco años, pero nunca se sintió satisfecho en ese campo, “al contrario que en la escultura, con la que me siento lleno y plenamente realizado”. Ha expuesto en ciudades gallegas y ha sido seleccionado para el ‘Salón d´Automne’ 2014 celebrado en París. Ésta es su primera exposición en Madrid.