EL PRESIDENTE DEL INAES DESTACA QUE SE HA REALIZADO UN “GRAN ESFUERZO PARA SALVAR UNA ENTIDAD SEñERA”

El Centro Gallego de Buenos Aires reabrió una sala de atención pediátrica de día

El Centro Gallego de Buenos Aires reinauguró una sala de atención pediátrica de día –cerrada durante la crisis que atravesó la entidad hasta el año pasado– para atender a pequeños con patologías que puedan ser tratadas a lo largo de una jornada.

El Centro Gallego de Buenos Aires reabrió una sala de atención pediátrica de día
El presidente del INAES, Patricio Griffin, junto a directivos del Centro Gallego, inaugura la sala de atención pediátrica de día.

El Centro Gallego de Buenos Aires reinauguró una sala de atención pediátrica de día –cerrada durante la crisis que atravesó la entidad hasta el año pasado– para atender a pequeños con patologías que puedan ser tratadas a lo largo de una jornada.

La sala, con 12 camas, que permanecerá abierta de 7 a 20 horas y cuenta con servicio médico y de enfermería propios, está preparada para recibir a pacientes infantiles con intervenciones de baja complejidad, como pueden ser cirugías plásticas, traumatología, dermatología, algún procedimiento endoscópico, etc.

No obstante, destacó el jefe del servicio pediátrico, el doctor Ignacio Das Neves, “si se presenta la circunstancia de que el paciente no pueda retirarse a las 20 horas pasa al piso y si fuera necesario, incluso, tenemos la terapia intensiva infantil”. En este sentido, añadió, “los pacientes están absolutamente protegidos”.

En la actualidad, el servicio pediátrico del Hospital tiene una capacidad de 30 camas en piso, 14 camas de terapia intensiva infantil y 12 más del servicio ambulatorio. El sector volvió a funcionar el pasado mes de enero, indicó Das Neves, luego de la interrupción que sufrió el servicio, en el marco de la grave crisis que afectó a la entidad hasta el año pasado.

Reiniciada la actividad, el área pediátrica trabajó “a pleno” a lo largo de los meses de invierno, con 47 camas de internación en piso y más de 14 camas de terapia intensiva pediátrica.

En esta dirección el jefe del Servicio explicó que no solo se brindó atención a los socios del Centro Gallego sino que también se recibieron pacientes derivados de otras obras sociales. En esta línea, precisó que este año, “por primera vez, la casa firmó un convenio de colaboración con el Hospital de Pediatría SAMIC Prof. Dr. Juan Pedro Garrahan, por el cual se le asignaron 20 camas durante los meses de invierno y 10 plazas hasta fin de año.

Asimismo, apuntó que también se atendieron pacientes del Hospital Posadas y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En otro en orden, informó que el Centro Gallego, en estos meses, ha adquirido aparatología moderna, “desde una torre de anestesia pediátrica de origen alemán, hasta aparato instrumental quirúrgico exclusivo para pediatría”, detalló y destacó que el nosocomio cuenta con todos con todas las subespecialidades necesarias.

Durante el acto de inauguración –en el que estuvieron presentes los directivos del Hospital, el interventor del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), Carlos La Blunda, y personal del Hospital–, el presidente del INAES, Patricio Griffin, señaló que “el Gobierno argentino se ha caracterizado por asegurar que haya trabajo”. “Se ha caracterizado –ahondó– por asegurar que haya 5 millones más de puestos de trabajo”. El lunes 30, Griffin apeló a la memoria colectiva: “Creo que hay que acordarse de cómo estábamos en 2001, para que nos sirva de comparación con lo que pasó en este Hospital”, apuntó y avanzó: “Hace un año y medio el Centro Gallego estaba como la Argentina en 2001, para Ezeiza, y fue por una decisión de este gobierno que apostó a salvar los puestos de trabajo”. “Desde el Estado –aseguró– podríamos haber encontrado cualquier otra situación para los 8.500, 9.000 abuelos socios del hospital gallego, pero sin la continuidad no podíamos resolver el destino de 1.400 familias”.

Asimismo, destacó que desde el INAES se ha realizado un “gran esfuerzo para salvar una entidad señera y para mantener su carácter mutual”. Por otra parte, sostuvo que “de acá a fin de año” van a “tener todo esto mucho más ordenado, así que es el último empujón que queda”.

Consultado sobre los plazos de la intervención, el presidente del INAES planteó que “por un lado hay gente que pide que nos vayamos rápido y, por otro lado, hay muchísimos asociados que nos piden que nos quedemos para siempre”. “Ninguna de las dos cosas vamos a hacer –dijo–, de lo que se trata es de hacer un esfuerzo para recuperar la moral y la convicción que yo creo que ya está muy avanzado, muy resuelto”.

Asimismo, apuntó que “hay que resolver después cómo se hace funcionar el esfuerzo económico que ha hecho el Estado argentino, cómo se reconoce, cómo se paga, cómo se devuelve” y avanzó: “Fundamentalmente cómo conseguimos que este esfuerzo sea reconocido en un participación de los trabajadores en la construcción futura de esto”.

En esta línea, Griffin planteó que lo que se necesita es “restablecer la confianza” y que el asociado vuelva. “Nosotros creemos que en un plazo muy razonable, de 8 a 10 meses, podemos llevar adelante el proceso de regularización”, reflexionó y adelantó: “Sabemos que para la ley de mutuales cada socio representa un voto y cuando hay intermediarios como son las agrupaciones está muy bien en la medida en que garanticen que expresan eso, y como yo no creo que los socios del centro hayan decidido desmantelarlo creo que o no les llegó bien el mensaje o no pudieron participar como hubieran querido”. “Más que plazos lo que buscamos es la participación activa de los socios”, concluyó el máximo responsable del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).