La exposición ‘Fuertes Hechizos’ se compone de 40 obras de diferentes medidas

La Casa de Galicia en Madrid inauguró la primera exposición de 2022, la de dibujos de Mingos Teixeira

La Casa de Galicia en Madrid inauguró, este martes 11, la primera exposición del presente año 2022, la de dibujos del artista vigués Mingos Teixeira titulada ‘Fuertes Hechizos’. La exposición, que se compone de 40 obras de diferentes medidas, ocupará las dos salas de la planta baja del edificio hasta el próximo 30 de enero inclusive.

 

La Casa de Galicia en Madrid inauguró la primera exposición de 2022, la de dibujos de Mingos Teixeira
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Un asistente al acto de presentación contempla uno de los dibujos de la exposición de Mingos Teixeira.

La Casa de Galicia en Madrid inauguró, este martes 11, la primera exposición del presente año 2022, la de dibujos del artista vigués Mingos Teixeira titulada ‘Fuertes Hechizos’. La exposición, que se compone de 40 obras de diferentes medidas, ocupará las dos salas de la planta baja del edificio hasta el próximo 30 de enero inclusive.

El pintor no pudo asistir a la presentación de la muestra por encontrarse convaleciente aún de una importante intervención quirúrgica que se le practicó en octubre del año pasado, por lo que la única intervención en el acto correspondió al coordinador de Actividades de la Casa de Galicia, Ramón Jiménez. Éste, en sus palabras, se refirió a cómo, en sus nuevos trabajos, Mingos Teixeira había prescindido del color, él, que siempre ha sido un artista obsesionado por el color, para ofrecer ahora una serie entera de obras en blanco y negro.

Según explicó el coordinador, basándose en las afirmaciones tanto del prologuista del catálogo, Miguel Fernández-Cid, crítico de arte y director del Museo de Arte Contemporáneo (MARCO), como del propio Mingos, el cambio cromático se ha debido, por un lado, al confinamiento provocado por la pandemia, y, por otro, a una cruel enfermedad; circunstancias que le obligaron a abandonar su habitual pintura y materiales. Fue entonces cuando tuvo el coraje de convertir los apuntes o bocetos que conservaba para la creación de posteriores cuadros en color, en obra final en blanco y negro, profundizando en la elaboración de sus paisajes sin línea y sus personajes mágicos. Por ello, y según Jiménez, esta es la exposición de una superación personal, y comparó al artista con el castillo que, reducido a la torre del homenaje, se reconquista a sí mismo; que se reconstruye, en el caso de Mingos, gracias a su gran fuerza, vocación y valía, que le han hecho acreedor de importantes premios y reservado un lugar en una docena de museos y colecciones públicas y privadas, como la Thyssen Bornemisza o la del Centro Unesco de Oporto.

Y es que el Arte con mayúsculas le ha servido para conjurar el dolor provocado por el cáncer y la pandemia, lo que él mismo expresa en palabras emocionadas cuando dice que “la divina experiencia de vestir con ropajes de domingo las alas de la imaginación, le hace saborear la pueril y fatua ilusión de parar el tiempo”, o de cómo, “cuando dibuja al amparo de la soledad, y se siente en trance, surgen de repente de la nada las formas, los reinos de ángeles y demonios, los planetas y continentes llenos de estrellas livianas y alejadas, pletóricas de códigos proféticos de delirios y sueños, siempre presentes en la placenta ancestral del pensamiento simbólico”. Así espanta, como por arte de magia, sus desasosiegos. Así Mingos, desde el blanco y negro, exorciza el mal con sus hechizos para salir nuevamente a flote.