TAMBIéN SERá EL PRIMERO QUE CONTINúE EN EL CGCEE CON LA REPRESENTACIóN QUE TENíA ANTES DE ACCEDER A LA PRESIDENCIA

Ruiz será el primer presidente del Consejo que haga un traspaso de poderes a su sucesor

El presidente en funciones del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), Francisco Ruiz, será el primer presidente de este órgano consultivo que participe en el traspaso de poderes a su sucesor, ya que hasta ahora cada vez que se nombró un nuevo presidente estaba ausente el anterior.

Ruiz será el primer presidente del Consejo que haga un traspaso de poderes a su sucesor
Francisco Ruiz.

El presidente en funciones del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), Francisco Ruiz, será el primer presidente de este órgano consultivo que participe en el traspaso de poderes a su sucesor, ya que hasta ahora cada vez que se nombró un nuevo presidente estaba ausente el anterior.

No será así en esta ocasión pues, según explicó a ‘Crónicas de la Emigración’, Ruiz iniciará el pleno como presidente en funciones y, como tal, actuará hasta la proclamación del nuevo presidente, en puntos como la apertura, la presentación y votación del orden del día, la presentación del Informe de la Presidencia, la presentación de los nuevos consejeros generales y la votación de la propuesta de nuevo presidente. También será  el primer presidente que continúe en el CGCEE con la representación que tenía antes de acceder a la Presidencia, la de Suiza en su caso, que comenzará a desempeñar cuando comience el ejercicio del nuevo presidente.

Francisco Ruiz considera que su permanencia en el CGCEE como consejero general da normalidad al Consejo y se declara “muy contento” de volver a representar a los españoles residentes en Suiza, “para eso me presenté a las elecciones”. No cree que esto suponga ningún tipo de merma para él pues valora que “la categoría no la da el cargo ni el rango sino el cumplimiento de la obligación” y que “un consejero  general no retrocede, tiene más poder que el presidente”. Piensa, dice, “ser un consejero más”.

Respecto a este pleno, dice haber tratado con los responsables de la Dirección General los puntos previstos en el orden del día a excepción del reservado para la intervención de las comunidades autónomas, que desconocía. Dice que le parece “muy bien que lo haya” pero considera que siendo así también podrían pedir ese turno específico otros grupos de representación en el Consejo, como los empresarios, los sindicatos y los representantes de las organizaciones en el exterior.

Señala la novedad de las mesas redondas, pues es la primera vez que el Consejo albergará este formato de debate, al que desea éxito. Respecto a las propuestas remitidas por los consejeros generales, dice que no hubo bastantes para reunir a las Comisiones Delegadas antes de la celebración del Pleno. La Comisión Permanente se reunirá el domingo anterior a él y las remitirá a las Comisiones Delegadas para que comiencen a trabajar con ellas. “Creo que los consejeros generales todavía no han asumido que pueden enviar propuestas en todo momento, todavía esperan unos plazos”.

Reforma del Reglamento

Respecto a la reforma del Reglamento de funcionamiento del Consejo, anunció que él recoge algunos puntos en el informe que presentará al pleno, “para que no se olviden”, junto con otros que “la Secretaría del Consejo ha ido recopilando de las consultas de los consejeros generales”. Entre ellos figuran la idea de que cada consejero disponga de un manual que recuerde el funcionamiento del Consejo en puntos como quién y cuándo puede presentar propuestas; de limitar la participación en las Comisiones Delegadas a los consejeros titulares, limitando las suplencias a los plenos, lo que respondería a la casuística que se ha dado y que ha tenido que ser “tratada caso por caso”, y que se establezca que los presidentes de las comisiones delegadas deben ser consejeros generales elegidos por la emigración, excluyendo, por tanto, a los que representan a la Administración y a otras organizaciones.

No obstante dice que le cuesta creer que los cambios se recojan en este primer pleno y se muestra partidario de abrir un plazo para que los consejeros generales puedan presentar sus propuestas.

Ruiz  también declara su “descontento” con el funcionamiento y los medios que ha tenido para ello la Comisión Permanente, así como el mismo presidente del Consejo. Cree que éste necesita de un aparato administrativo propio para su organización, aún cuando sabe que el periodo económico que vivimos no es el más adecuado para hablar de esto.

Por otra parte, Francisco Ruiz vuelve a manifestar su disgusto con la última reforma de la Loreg, recuerda que siempre se opuso a ella tanto como representante del Consejo, que también se manifestó abiertamente en contra, como a nivel personal e ironiza sobre la representación del exterior que registrarán los comicios del 21 de  octubre, “seguro que llega al 40%”, dice, sabedor de que el índice de solicitud de voto se situaba en ese momento por debajo del 4% del censo.

Finalmente, a título personal, Ruiz se atrevió a hacernos una quiniela con tres nombres sobre su posible sucesor, cuando todavía no se sabía que sería propuesto José Manuel Castelao Bragaña. Éste precisamente era uno de sus candidatos; los otros dos: Ángel Capellán, consejero general por EE UU, y Miguel Ángel Tascón, que fue consejero general por México. Partía de la creencia de que aunque no tuviese que ser alguien del Consejo tampoco debía ser alguien ajeno “porque le llevaría mucho tiempo hacerse con el Consejo”.