EL TEMA CENTRAL FUE LA NECESIDAD DE DIÁLOGO ENTRE LOS PAÍSES EUROMEDITERRÁNEOS Y SUS VECINOS DEL SUR

El Cervantes de Berlín clausuró el ciclo de actos del ‘Año del Diálogo Intercultural’

El Instituto Cervantes de Berlín clausuró el ciclo de actividades en torno al ‘Año Europeo del Diálogo Intercultural 2008’ con un coloquio sobre el mundo mediterráneo. Tema central fue la necesidad de diálogo entre los países euromediterráneos y entre éstos y sus vecinos del sur.
El Cervantes de Berlín clausuró el ciclo de actos del ‘Año del Diálogo Intercultural’
 Gaspar Cano –a la dcha.–.
Gaspar Cano –a la dcha.–, con la senadora de desarrollo y alcaldesa de Berlín, Ingeborg Junge-Reyer, y el rector de la Universidad Humboldt, Christoph Markschies, durante el programa ‘Arden los libros’.
El Instituto Cervantes de Berlín clausuró el ciclo de actividades en torno al ‘Año Europeo del Diálogo Intercultural 2008’ con un coloquio sobre el mundo mediterráneo. Tema central fue la necesidad de diálogo entre los países euromediterráneos y entre éstos y sus vecinos del sur.
La escritora e investigadora María Àngels Roque, directora de la revista ‘Cuadernos del Mediterráneo’, del Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed); Mohand Tilmatine, profesor titular de la Universidad de Cádiz y director de proyectos de investigación lingüística de la Casa de las Lenguas de Barcelona; Germinal Gil, de la Fundación Tres Culturas; y Knut Graw, sociólogo investigador del ‘Zentrum Moderner Orient’ (ZMO), fueron los especialistas  que se dieron cita en el Cervantes, el pasado 11 de diciembre, para debatir, bajo la moderación de Sonja Hegasy (ZMO), temas de relevancia política relativos a ese espacio geográfico, tales como la inmigración, la búsqueda de la identidad cultural, la diversidad y conservación de las lenguas, el medio ambiente y el desarrollo industrial. El ‘Diálogo de Civilizaciones’, promovido inicialmente por España y Turquía para hacer frente a los conflictos contemporáneos en el área mediterránea, responde a la necesidad de propiciar ese diálogo a largo plazo.


El diálogo intercultural como herramienta
Los movimientos migratorios originados por la expansión de Europa, por un lado, y, por otro, el atractivo que los países europeos ejercen para muchos jóvenes de los países de la frontera sur del Mediterráneo y los países subsaharianos, que ven la emigración como único instrumento de supervivencia, exigen nuevas normas para la convivencia pacífica entre personas de diferente origen, lengua, cultura, religión y costumbres, algo que será posible en la medida en que los gobiernos sepan dar respuestas políticas efectivas, crear herramientas para promover el diálogo y la tolerancia, poner de relieve valores comunes y evitar imágenes estereotipadas y prejuicios que dificulten el entendimiento. Actualmente, Europa corre el riesgo de apartarse de los países del sur del Mediterráneo, preocupada con sus propios problemas y la búsqueda de una identidad común.
Teniendo en cuenta que “la política euromediterránea es uno de los flancos claves de la política europea común”, los participantes en el coloquio trataron de identificar las posibles claves para ese diálogo intercultural necesario, un diálogo cuyos retos, según Mª Àngels Roque, no habrían hecho otra cosa que crecer durante la última década, a causa de conflictos bélicos y atentados terroristas.


Un ciclo de actividades enriquecedor
La Comisión Europea declaró el año 2008, que ahora finaliza, como Año Europeo del Diálogo Intercultural. En todos los países comunitarios tuvieron lugar múltiples eventos relacionados con el tema. El Instituto Cervantes de Berlín, apoyando la idea de la Comisión, puso en marcha un amplio programa de actividades centrado en el diálogo de culturas, que enfocó desde diferentes ángulos: “la defensa de la tolerancia política, el debate sobre la identidad y la convivencia y la necesidad de potenciar el papel de las bibliotecas como mediadores culturales idóneos para el fomento del respeto a la diferencia”. En la realización del programa participaron renombrados sociólogos, escritores, politólogos, historiadores, periodistas y artistas de España, Alemania y otros países.
El director del Cervantes en la capital alemana, Gaspar Cano, valoró el conjunto de actividades como muy enriquecedor, “hemos aprendido mucho, se han creado vínculos con nuevas instituciones y hemos tenido la oportunidad de conocer a personas muy interesantes”, dijo. El interés del público por los temas tratados, su actitud participativa en los debates y su preocupación por lo que está sucediendo en la cuna de Europa, serían motivo suficiente para continuar trabajando en esta línea, más allá del Año Europeo de la interculturalidad, teniendo además en cuenta el interés de España por “poner sobre el tapete la realidad del mundo mediterráneo”, dijo Cano.


Migrantes con nombre y apellido
Entre las intervenciones de los especialistas participantes en el coloquio final del programa sobre el mundo mediterráneo, la que posiblemente más impacto causó entre el público asistente fue la del sociólogo e investigador Knut Graw, quien habló sobre los movimientos migratorios postcoloniales y presentó historias individuales de personas procedentes de Senegal y Gambia, que consiguieron traspasar la frontera a España y desde allí pasaron a otros países europeos; historias reales y cercanas de hombres, mujeres y niños, con nombre y apellido, que el sociólogo conoció en sus investigaciones de campo y acompañó en su trayectoria desde el “continente olvidado” a Europa. Según Graw, los emigrantes africanos suelen ser protagonistas anónimos de una emigración cuyas causas se definen globalmente, en muchos casos, como falta de desarrollo de los países de procedencia, crisis ecológicas, conflictos político-militares, pero el problema, según su teoría, es sobre todo económico. Los mercados europeos están muy protegidos y para los países de África es muy difícil poder exportar sus productos. Ante la imposibilidad de vivir de su trabajo, los africanos tratan de introducirse en Europa para buscar oportunidades laborales que les permitan sobrevivir a ellos y a sus familias, una emigración llena de riesgos e incertidumbre que, al lado de aspectos positivos, conlleva también retos para los países receptores.
Con este programa sobre la frontera sur de Europa y el espacio mediterráneo, el Cervantes  puso punto final a las actividades programadas con el sello del “diálogo intercultural”, que habían comenzado el pasado mes de mayo con la conmemoración del 75° aniversario de la quema de libros por los nazis en la plaza berlinesa ‘Bebelplatz’, un proyecto iniciado por el Instituto español en colaboración con varias instituciones políticas y culturales,  entre ellas la Fundación Tres Culturas, la Universidad Humbolt de Berlín, la agrupación del Partido Socialista Alemán de Berlín (SPD-Mitte) y los institutos Ramon Llull y Yadvashem, y que bajo el título ‘Donde arden los libros’, realizó en esa plaza histórica, durante todo un día, actos conmemorativos de carácter participativo.
Emilio González Ferrín, profesor de la Universidad de Sevilla; Sami Näir, de la Universidad de París VIII; Enrique Ojeda, director de la Fundación Tres Culturas; Juan Goytisolo, escritor; Ignacio Sotelo, sociólogo; Jaume Cabré, escritor; Barbara Göbel, directora del Instituto Iberoamericano de Berlín; Radka Neumannova, directora de proyectos del Centro Multicultural de Praga; Enrique Peñalosa, ex alcalde de Bogotá; María Beatriz Medina, del Banco del Libro de Venezuela, son solamente algunas de las personalidades participantes en los eventos. Pero también la música tuvo cabida en el programa y estuvo representada por un concierto conjunto de los ensembles ‘Zéphyr al Andalus’ y ‘Diábolos in Musica’, que ofrecieron música medieval francesa y arábigoandalusí.


Instituciones participantes
Para la realización de los programas, el Cervantes colaboró, entre otras instituciones, con el Instituto Europeo del Mediterráneo, un centro de reflexión y debate creado en 1989 en Barcelona con el fin de promover el diálogo y la cooperación entre la Unión Europea y los demás países de la cuenca mediterránea; con la Casa de las Lenguas, un consorcio formado por el Gobierno Catalán, el Centro Unesco de Cataluña y la Fundación Forum Universal de Culturas, que tiene como objetivo la preservación, uso y desarrollo de las lenguas como vehículo de comunicación, patrimonio cultural de la humanidad y derecho de personas y comunidades, con la Fundación Tres Culturas, una de las instituciones elegidas por el Ministerio de Cultura español para desarrollar proyectos en el ámbito del Año Europeo del Diálogo Intercultural.