Durante los actos organizados por la Agrupación Aragonesa que preside Antonio Pargada Gil

Los aragoneses en Venezuela celebraron con entusiasmo la Fiesta del Pilar

Como ya se ha hecho costumbre en Venezuela, el Día de la Hispanidad se celebra con los aragoneses, que ese día festejan a su patrona, la Virgen del Pilar, también patrona de España.

Los aragoneses en Venezuela celebraron con entusiasmo la Fiesta del Pilar
ARAGONESES DA PILAR 2014 13
Antonio Pargada Gil entrega la distinción ‘Huella Aragonesa’ a Fernando Aznárez Vicente.

Como ya se ha hecho costumbre en Venezuela, el Día de la Hispanidad se celebra con los aragoneses, que ese día festejan a su patrona, la Virgen del Pilar, también patrona de España. El motor todos los años es Antonio Pargada Gil, presidente de la Agrupación Aragonesa de Venezuela, la cual sin sede y con escasos recursos, mantiene en contacto afectivo y permanente a maños, baturros y cazurros con sus raíces de Zaragoza, Huesca y Teruel.
Cada 12 de octubre la jornada festiva se inicia en la mañana con una misa, que no por solemne deja de ser animada y alegre, en la cual no falta la homilía del sacerdote jesuita Javier Duplá Bernal, que por aragonés cumple cabalmente su papel como capellán de la Agrupación.
La ceremonia se celebró en la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, ubicada en la Urbanización Santa Fe Norte de Caracas, templo construido con donaciones a las que contribuyó la colonia aragonesa residenciada en Venezuela. Allí acuden todos los años con flores a su patrona y los tradicionales cachirulos anudados en el cuello, y algunos niños lucen el traje tradicional de las tierras de origen de sus padres y abuelos. También este año asistieron en pleno las autoridades diplomáticas y consulares españolas acreditadas en Venezuela.
En la invitación al día del Gran Encuentro Aragonés, se convocaba haciendo alusión a los momentos difíciles que se vive en el país: “Necesitamos, ahora más que nunca, reforzar la huella que vamos dejando en Venezuela y el ejemplo de nuestros paisanos la hará patente. Necesitamos reafirmar que este país nos necesita y allí estaremos demostrando que, ante las dificultades, los aragoneses nunca agachamos las orejas”.
Una vez finalizada la ceremonia, los niños que aún no habían recibido el ‘bautizo aragonés’ fueron pasados por el manto de la Virgen del Pilar, entregándoles a sus padres el diploma correspondiente. Seguidamente todos los presentes entregaron sus ramos de flores en honor a la Pilarica.
El aporte del Gobierno de Aragón permitió a la Agrupación subvencionar los costos del almuerzo, que se ofreció en horas de la tarde a precio solidario. El salón se llenó de familias que compartieron, al igual que las autoridades diplomáticas, de la buena mesa y el vino aragonés. No faltó la interpretación espontánea de una jota por parte de Bárbara Tolosana, como agradecimiento a tantas atenciones.
El embajador de España en Venezuela, Antonio Pérez-Hernández y Torra, madrileño que se confesó “aragonés por afecto”, transmitió a los presentes la salutación de afecto y solidaridad del rey Felipe VI, y expresó su “satisfacción” por compartir con los aragoneses un día tan importante para España.
Este año se homenajeó al periodista y escritor Antonio Pérez Esclarín, quien nació en Berdún (Huesca), pequeño pueblo del pirineo aragonés, y quien tiene una larga y fructífera trayectoria como educador en el país. Y este año la ‘Huella Aragonesa’, distinción que entrega la Agrupación Aragonesa para reconocer a sus paisanos, recayó en los educadores María Dolores Ara y Fernando Aznárez, quienes desarrollan una meritoria labor en Venezuela.


La misa del Pilar
A las puertas de la iglesia, los aragoneses presumían del cachirulo al cuello y algunos niños lucían sus trajes aragoneses. La Junta Directiva saludaba a los paisanos y recibía a las autoridades e invitados mientras a cada asistente se le entregaba flores preparando la ofrenda a la Virgen. A las 10.30 de la mañana la iglesia estaba repleta y Carolina Omedas, vicepresidenta de la Agrupación, empezaba la ceremonia dando la bienvenida a los asistentes.
Presidieron la misa el capellán, padre Javier Duplá Bernal, y los padres Marcos Sánchez Rafale y Eduardo Durán.
La alegre y contagiosa música del coro parroquial convirtieron en coral a los asistentes. Niños vestidos de baturros acompañaban cada lectura y participaban en la presentación de las ofrendas.
Duplá Bernal, en su homilía, comentó las lecturas del día. “En el fragmento de la carta a los filipenses que hemos leído San Pablo habla de los cambios que ha tenido en la vida, abundancia y escasez, comer bien y pasar hambre, pero todo lo ha superado en aquel que le da fuerza, en quien se apoya con fe, que no es otro que Cristo su maestro y señor. Por esa situación han pasado muchos aragoneses en su propia tierra y cuando tuvieron que emigrar, porque la vida del pobre siempre está amenazada. Pero estoy seguro de que les ayudó la fe en Dios, la confianza en que Él les iba ayudar, como así ocurrió.
Siguen apareciendo nuevas generaciones de aragoneses en Venezuela y sus padres no se olvidan del ‘bautismo aragonés’, pasando a sus hijos por el Manto de la Virgen del Pilar. Los asistentes conocieron y aplaudieron a los aragoneses más jóvenes nacidos en Venezuela: David Ramiro Nevot Rodríguez, Rodrigo Comín Briceño, Paulo Padilla Domínguez, Franco Padilla Domínguez, Andrea Padilla Oropeza, Samuel Padilla Oropeza, Daniel Padilla Oropeza, Clarisa Sogbi Suárez y Oriana Sogbi Suárez.
Cada niño con su familia subió al altar para que el padre Duplá Bernal les bendijera y les pasara por el manto de la Virgen. Un certificado personalizado dejó constancia de haber cumplido con esta tradición tan aragonesa.
Las palabras de Antonio Pérez Esclarín sacudieron lo más hondo, se sintieron como lluvia que cae en tierra quebrada por la sequía. En la expresión de los rostros brotaba un nuevo afán por defender la vida y no permitir que nos roben la esperanza.
“Llegados de todos los rincones del Alto y del Bajo Aragón, hicimos nuestra esta tierra bendita que nos abrió los brazos. Aquí levantamos una familia, mezclamos sangres y costumbres, nacieron nuestros hijos y nietos. Y muchos decimos con orgullo que somos venezolanos nacidos en Aragón”.
“Es verdad que vivimos tiempos difíciles en Venezuela, tiempos donde es preciso sacar lo mejor de nuestra rasmia para contribuir a enrumbar este bendito país por los caminos de la prosperidad, el reencuentro y la paz”.
“A pesar de los graves problemas y contradicciones, los venezolanos, especialmente los venezolanos nacidos en Aragón y los venezolanos con sangre aragonesa, no podemos renunciar a la esperanza y debemos seguir trabajando con tesón, ilusión y pasión, por constituirnos en una nación moderna, eficiente y solidaria, en la que todos podamos vivir con dignidad y, al mirarnos a los ojos, nos veamos como ciudadanos y hermanos y no como rivales o enemigos. Venezuela nos necesita hoy más que nunca. Necesita de lo mejor de nosotros”.