Representante del Centro de Castilla y León de Bahía Blanca en el II Congreso de casas regionales

Matías Peinado: “Si me decidiera a establecerme en Castilla y León, utilizaría un programa de retorno”

Las cosas no están nada claras en Argentina. El país austral lleva años mostrando inestabilidad, tanto política como económica y, en ese ambiente de incertidumbre que rodea a uno de los países con más recursos naturales del mundo, muchos de sus jóvenes se plantean emigrar como alternativa a las circunstancias que les toca vivir. Como descendiente de castellano y leonés en el exterior, Matías Peinado es de los que más fácil lo tiene gracias a los planes de retorno de la Junta.

 

Matías Peinado: “Si me decidiera a establecerme en Castilla y León, utilizaría un programa de retorno”
Matías Peinado
Matías Peinado, representante del Centro de Castilla y León de Bahía Blanca en el II Congreso de casas regionales.

Los planes de retorno específicos que se aplican en la comunidad castellana y leonesa para colaborar con la vuelta a casa de la población residente en el extranjero –implementando medidas económicas y sociales que les facilite el establecimiento en su territorio de origen–, constituyen una importante herramienta a la hora de tomar la decisión, y su efecto llamada, al amparo del programa ‘Pasaporte de vuelta’, lleva un tiempo dando cobertura a los retornados.

El II Congreso Internacional de Centros de Castilla y León en el Exterior –celebrado el pasado mes de octubre, en Salamanca– discurrió precisamente por el camino de difundir entre la colectividad que reside fuera el programa de retorno elaborado por el Gobierno autonómico. Un proyecto para estimular el regreso de las generaciones de descendientes de emigrantes de una comunidad que contabiliza más de 183.000 residentes fuera, lo que la convierte en la sexta de toda España con más población en el extranjero.

Animado por las bondades de los planes específicos para el retorno que diseña el Ejecutivo de esa comunidad autónoma, “si me decidiera a establecerme en Castilla y León, utilizaría un programa de retorno”, aseguró Matías Peinado Merino a ‘Castilla y León en el Mundo’, durante el mencionado congreso, al que acudió en representación del Centro Castilla y León de Bahía Blanca.

Ingeniero agrónomo en Río Negro

A sus 28 años, este joven, descendiente de castellanos y leoneses emigrados a Argentina, reconoce que, al igual que otras personas de su edad, se planteó abandonar su país en busca de la estabilidad económica que en él se le niega y, de paso, cumplir su “sueño”, que no es otro que “regresar a la tierra” de sus antepasados. De animarse a hacerlo realidad, no dudaría en apoyarse en las ayudas que se prestan a los que regresan a la región, tanto en el apartado económico, como social y familiar. Unas ayudas que considera “muy positivas”, porque están enfocadas a “intentar integrar” en su lugar de origen a los castellanos y leoneses que forman parte de la colectividad en el exterior, destacó Peinado Merino.

Ingeniero agrónomo de profesión, trabaja en Río Negro, una de tantas “zonas productivas” del país, que favorece un desarrollo profesional importante, aunque dependiendo de “cómo te desenvuelvas en el ambiente”, reconoce. El problema reside en la “inestabilidad política y económica” que se respira, que, según constata, “es lo único malo”. Porque zonas productivas en Argentina “tenemos muchas”; es una nación “muy rica y hay muchas actividades” que se puede hacer, pero esa inestabilidad “nos saca las ganas”, lamenta el joven, quien apunta que es precisamente esa circunstancia lo que anima a las nuevas generaciones a buscar una alternativa en España, para “poder vivir o formar una familia estable y económicamente segura”.

Vinculado al Centro Castilla y León en Bahía Blanca

Peinado es uno de tantos ‘hijos’ de la diáspora que creció al calor de las tradiciones y costumbres del lugar de origen de sus progenitores, emigrados a una tierra que los acogió cuando las circunstancias se presentaron adversas. Desde niño, comenzó a frecuentar el Centro Castilla y León en Bahía Blanca, acompañando a su familia y participando en las actividades programadas en la entidad, y fue gracias a esa vinculación que, desde el otro lado del Atlántico, tuvo ocasión de conocer aspectos de la cultura castellana y leonesa que difieren de la propia. Actualmente, su actividad profesional en la provincia de Río Negro lo mantiene alejado de la vida asociativa del centro, aunque permanece en comunicación con los jóvenes que se agrupan en torno a ella, lo que le permitió acudir al Congreso de casas regionales en el exterior en representación de ellos.

El pasado octubre era la primera vez que pisaba el territorio del que es originario y la experiencia le resultó “positiva”. Porque, actos como el que tuvo lugar en Salamanca “abren las puertas” a los jóvenes que se quieren integrar en Castilla y León. Son “muchos los interesados en venir a conocer” la tierra de donde proceden, asegura Matías, para quien, lo importante es que se creen alicientes que lo favorezcan.

“Para atraer a los jóvenes hay que llamar la atención; hay que brindarles algo a cambio”. “La juventud lo tiene muy claro: si en un lugar de trabajo no se siente cómoda o no le dan las oportunidades que demanda, se retira”. Y “eso pasa en España y en Argentina, también”. Así que, si se quiere captar su atención, hay que “darles incentivos”, “económicos” o en forma de “becas”, remarca.

A juzgar por las políticas de retorno, Castilla y León “lo está empezando a hacer, y es muy positivo” que así sea, también para los centros, porque ello favorece “el intercambio cultural” entre los jóvenes de una zona y de la otra.

Una vez de vuelta, y al igual que se le encomendó al resto de participantes, debería cumplir con el cometido de su viaje a España para asistir al Congreso: actuar como informador, divulgando entre los jóvenes “las posibilidades que hay en Castilla y León” gracias a los programas de retorno en activo y a las oportunidades de establecimiento que brinda a sus ciudadanos de fuera.