La entonces presidenta del Centro Hispano de Villa del Cura aseguró que “la gente se quedó muy contenta”

Marante recordó a Torres “lo importante que son las ayudas que manda el Gobierno de Canarias para mantener los centros”

“La gente se quedó muy contenta” con la visita del presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, al Centro Hispano de Villa del Cura, por su “sencillez” y porque “conversó con todas las personas que estaban allí”, comentó Arelis Marante sobre uno de sus últimos actos como presidenta de la entidad.

Marante recordó a Torres “lo importante que son las ayudas que manda el Gobierno de Canarias para mantener los centros”
Arelis Marante con el presidente y Junta Directiva 2
Torres, acompañado por Zamora Padrón y José Montedeoca, posan con Arelis Marante y el resto de la directiva del club.

Respecto al anuncio del presidente Torres de incrementar las ayudas para los canarios en el exterior, Marante explica que durante la reunión que tuvieron los presidentes de los centros en Caracas, hicieron hincapié “en nuestra realidad y le aclaramos cuál es la situación de nuestros centros y lo importante que son las ayudas que manda el Gobierno de Canarias para mantener los centros hispanos en Venezuela”. Sobre las ayudas para alimentos y medicación “también hicimos hincapié en que deben mejorar y él nos dijo que iba a aumentar el número de personas beneficiarias y ahora estamos a la expectativa de qué va a pasar y si se va a hacer realidad porque si bien es cierto que los que tienen las tarjetas están contentos, hay mucha gente que todavía no la tiene”.

Arelis Marante estuvo tres años como presidenta del Centro Hispano de Villa del Cura, pero no se presentó a las pasadas elecciones porque no cuenta con tiempo suficiente para atender las necesidades del club y, por eso, el pasado 15 de febrero dio el relevo a Carmelo Rizi, quien ya había sido presidente hace cinco años. En todo caso, subraya que ella se queda con la parte de la atención a los canarios y será la encargada del tema de las tarjetas de alimentación y medicamentos. “Me quedo –dice– por el compromiso con el delegado y el viceconsejero y lo voy a seguir haciendo porque ya está esa afinidad con esos canarios y no los quiero dejar desamparados”.

El Centro Hispano de Villa del Cura cuenta con un total de 450 socios, de los que 152 son canarios. “La población de los canarios nacidos en las islas ya son todos mayores, superan los 65 años, y luego están los hijos de canarios, que somos unos cuantos, y nuestros hijos a los que ya estamos enseñándoles lo que es la cultura canaria para que mantengan el mismo amor que a nosotros nos enseñaron nuestros padres”, destaca Marante, quien recuerda que en la visita del presidente Torres estuvo uno de los fundadores del club que tiene 94 años.

La población mayor es la que tiene más necesidades, “sobre todo porque son personas que se están quedado solas. Muchas veces, sus hijos, debido a la propia situación de Venezuela, se han ido del país y los mayores se están quedado solos”, señala Marante, quien pone de ejemplo a una señora de 94 años cuya hija murió hace tres años y ella está sola y encamada por lo que necesita ayuda social. No recibe tarjeta de alimentos ni de medicamentos, pero sí cuenta con una pensión contributiva que, aunque “no le alcanza, es una ayuda y se recibe con mucho gusto porque ellos no tienen nada”.

Esta institución está en una zona rural y agrícola en la que hay muchos canarios que vinieron de niños y hasta que el año pasado se organizó un operativo no sacaron el pasaporte. “Ahora, han ido regularizando su situación, son personas muy sencillas que necesitan mucho las ayudas”, asegura la responsable de asistencia a los canarios.

Esta institución cuenta con numerosas actividades, ya que celebra las fiestas de la candelaria, el día del inmigrante canario, el día de la madre, el día del padre y el día del niño, entre otros.

También cuenta con actividades culturales, folclóricas y deportivas, además de una parte social, ya que ayuda al asilo de Villa del Cura y también participa en la procesión de Villa del Cura.

Por el momento, no cuenta con asistencia sanitaria, pero la directiva está tratando de que un médico de la Fundación España Salud se desplace a la entidad para atender a la población española de la zona. En principio, “se hará una vez al mes para ver la receptividad e iniciar el programa”.

El centro también valora la posibilidad de crear un centro de día, pero, según comenta Marante, hay un problema, ya que para recibir ayudas el centro debe estar operativo y “nosotros como club no tenemos las posibilidades económicas de formarlo y después esperar la ayuda porque si bien una vez arranca te lo dan al año, siempre llega con un poco de retardo y hay que cubrir gastos y nosotros no tenemos la capacidad para hacerlo”.

Una de las alternativas que estuvieron hablando con los responsables del Gobierno de Canarias es empezar con actividades una o dos veces por semana, pero sin comida, para ver cómo responde la gente. “De hecho, –explica– quedé en reunirme con el delegado en Caracas para presentarle el proyecto y ver cómo podemos iniciarlo. También contamos con canarios que están en una posición económica un poco mejor que nos dijeron que nos podían ayudar para el inicio del centro de día”.

Encuentro de tradiciones canarias

El Centro Hispano acogió el Encuentro de Tradiciones Canarias al que asistió el presidente Torres y “salió todo excelente, pero la verdad es que estábamos muy temerosos con el tema de seguridad y protocolo”. “La alcaldesa del municipio nos prestó apoyo y todo salió maravilloso”, sostiene Marante, quien vio al presidente “superelajado y eso nos relajó a nosotros. Que llegara tan tranquilo y tan sencillo nos relajó a nosotros que estábamos muy preocupados”.

En total se reunieron en la institución más de 800 personas entre los 24 grupos participantes, autoridades y público en general.

La organización fue complicada porque “queríamos que el presidente viera todas las agrupaciones y por eso tuvimos que limitar el tiempo”, pero finalmente se organizaron dos escenarios para que en uno tocasen las rondallas y en el otro actuasen los cuerpos de baile para que mientras unos se preparaban, actuasen los otros. “Fue bien intenso porque la idea era aprovechar hasta el último segundo”, destaca Marante, quien reconoce que el esfuerzo mereció la pena porque “al final mucha gente te abrazaba y te felicitaba”. Entre todas estas felicitaciones, Arelis Marante destaca la de un señor de 96 años de Yaracuy que tocaba en una de las rondallas y al finalizar, con lágrimas en los ojos, le dio las gracias por poder volver a vivir un día de rondallas.

Por su parte, “el presidente estaba muy sorprendido y me decía que tocaban y bailaban perfecto. Él sabía más de lo que yo imaginaba porque parece que él estuvo también en rondallas. Estaba muy sorprendido de la calidad de las agrupaciones”, concluye Marante.