Fallece en La Habana a los 102 años Constantino Díaz Luces, un referente astur
El centenario asturiano Constantino Díaz Luces falleció, de muerte natural, en La Habana a los 102 años. Hijo de Mariano Díaz y Josefa Luces, nació el 11 de marzo de 1910 en el concejo de Caravia. Trabajó la tierra familiar antes de emigrar a Cuba en busca de un porvenir más halagüeño.
El 2 de diciembre de 1924, con 14 años de edad, arribó a La Habana a bordo del vapor ‘Alfonso XIII’. Fue acogido por su tío paterno, Ricardo Díaz, con quien trabajó como dependiente durante cuatro años. En esa mismo fecha se asoció al Centro Asturiano de Cuba y posteriormente trabajó en la Compañía Nacional de Perfumería antes de retornar al comercio. En 1940 trabajó para el Centro Asturiano de la Habana. Desde 1960 y hasta su jubilación laboró en el Ministerio de Salud Pública.
En 1944 se casó con la cubana Estela Martínez Posada, de cuya unión nació una hija. Díaz Luces impregnó a su familia el amor por Asturias, España y Cuba país donde le nacieron tres nietos y tres biznietos.
Lo más significativo de este centenario emigrante astur fallecido la semana pasada fue su abnegación por la diáspora y las acciones concretas en favor de la emigración española, cuya muestra más visible fue el trabajo que realizó en diferentes cargos directivos de varias sociedades asturianas.
Fue vocal del Centro Asturiano de La Habana desde 1924 hasta su disolución en 1960 de la Sección de Recreo y Adorno. En la Sociedad Asturiana de Beneficencia ingresó en 1950 y ocupó varios cargos directivos hasta ser electo presidente en 1988 por 21 años consecutivos.
Díaz Luces ocupó diferentes cargos en las juntas directivas de varias sociedades asturianas, como la Sociedad Juventud Asturiana y la Unión Cabranense, cuyo Ayuntamiento le declaró ‘Hijo Adoptivo’ de Cabranes. También ocupó diversos cargos en las sociedades Cudillero y su Comarca, Círculo Avilesino Cultural, Unión Gozoniega, Sociedad Naturales de El Franco y de la Sociedad Hijos del Partido Judicial de Llanes. En 1986 ocupó el cargo de presidente de la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba.
Tiene en su haber los reconocimientos ‘Gaspar Melchor de Jovellanos’, otorgada por la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba; la distinción ‘Miguel de Cervantes y Saavedra’, conferida por la Federación de Sociedades Españolas de Cuba; y el diploma de ‘Emigrante Distinguido’, del CRE.
Su fallecimiento conmocionó a la colectividad asturiana y española en La Habana por decir adiós “a un emigrante que jamás olvidó su condición de asturiano. En su vida desarrolló una intensa labor asociativa para contribuir a mantener viva la raíz, la cultura, el folclore y las tradiciones asturiana en Cuba”, según la presidenta de la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba, María Antonia Marcos.
