Opinión

Mercado libre nuclear

La reciente decisión del presidente Donald John Trump de suspender el acuerdo nuclear suscrito en 1987 entre Estados Unidos de América y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) abre la veda para la carrera de proliferación nuclear sin ataduras que varios aspirantes a potencia nuclear ansían desde hace décadas. Por contraproducente, Trump pareciera sumir al mundo ante una renovación de la confrontación bipolar con una Rusia hoy más fortalecida y decidida. Pero no sólo con Moscú.

Si bien los análisis se centran en las expectativas de Trump por dinamitar el sistema internacional vigente desde el final de la II Guerra Mundial, la guerra fría y la postguerra fría tras la disolución de la URSS, su decisión evidencia aún más la incongruencia de una política exterior carente de sentido estratégico. Se abre así un leitmotiv para la proliferación nuclear en la que países ‘forajidos’ para Washington, como Corea del Norte e Irán, pueden sacar partido. Pero también para aspirantes a potencia nuclear, como Israel y Arabia Saudita, sin menoscabar el riesgo estratégico que implicaría dentro del conflicto geopolítico entre India y Pakistán.

Pero los cálculos se centran ahora en Washington y Moscú. Para Rusia, el asunto es capital, y puede justificar con mayor énfasis los planes de modernización militar que adelanta el presidente Vladimir Putin. El conflicto de Ucrania y el retorno de Crimea a la soberanía rusa han reproducido un nuevo ‘telón de acero’ en la que Estados Unidos de América, la OTAN (Organización de Tratado del Atlántico Norte) y Rusia juegan sus cartas geopolíticas en una Europa desunida y ausente.

Donald J. Trump también piensa en clave electoral. Las estratégicas elecciones del mid-term el próximo 6 de noviembre renovarán el Congreso y un tercio del Senado, abriendo las expectativas de reelección ‘trumpiana’ para 2020. Romper el equilibrio nuclear con Rusia parece ser el efecto deseado por Trump tanto para complacer a los ‘halcones’ del Pentágono como para sepultar cualquier atisbo de presunta trama rusa en las elecciones estadounidenses.