Opinión

Olimpiadas e himno gallego

Durante el gobierno bipartito del PSOE-BNG en Galiza se crearon cientos de escuelas de preescolar públicas y gratuitas, ‘Galescolas’, que antes no existían y cuya función era, entra muchas otras, permitir que las madres se incorporasen al mercado laboral y poder dejar a sus hijos en un centro educativo.
Olimpiadas e himno gallego

Durante el gobierno bipartito del PSOE-BNG en Galiza se crearon cientos de escuelas de preescolar públicas y gratuitas, ‘Galescolas’, que antes no existían y cuya función era, entra muchas otras, permitir que las madres se incorporasen al mercado laboral y poder dejar a sus hijos en un centro educativo. La educación entre 0 y 3 años no es obligatoria en el Estado español, así si una madre quiere trabajar tiene que recurrir a los abuelos (si tiene) o a una guardería privada (si tiene el dinero).
Desde a Consellaria de Benestar, encargada de la creación de estas ‘Galescolas’, se convocó un concurso público para dotar de uniformes a niños y personal, en el que resultó ganador un diseño con los colores de la bandera gallega. La consejera de Migración del PSOE de Asturias en ese momento me dijo que le parecía propio de fascistas el vestir a niños con los colores de la bandera gallega, algo que ni en la dictadura de Franco se había hecho (imagino que se refería a los colores rojo y gualda de la bandera estatal).
Propio de “dictadores” había calificado el líder de la oposición en ese momento, Alberto Núñez Feijóo, el intento de las ‘Galescolas’ de que los niños aprendiesen el himno gallego, entero, con sus cuatro estrofas. “Lavado de cerebro, contaminación ideológica”, etc, etc, fue lo que dijeron desde el Partido Popular de las ‘Galescolas’, por usas los colores de la bandera democrática y constitucional de Galiza y por pretender que los niños aprendiesen su himno.
Después del intento fallido de José María Aznar López de dotar de letra al himno español (hubo concurso y todo) con la excusa de que los atletas tuviesen algo que cantar cuando ganasen algo (pan y circo), veo al equipo olímpico español con los colores rojo y gualda en su equipación deportiva sin que a nadie se le ocurra clasificarlo como un equipo fascista.
Ridículo sería el pensar que cualquier atleta por cantar su himno fuese declarado fascista o que le lavaron el cerebro, eso sí, de los diputados gallegos del Parlamento gallego pocos son los que saben el himno completo y ya no hablemos de los diputados gallegos en el Parlamento español o del común de la gente de la calle. Ahora a la ignorancia se le llama “libertad” y al conocimiento “contaminación ideológica”.
Ahora las ‘Galescolas’ ya no existen como tal, se llaman ‘Galiña azul’. Los niños no tienen que aprender nada en gallego ni conocer la letra de su himno. Ya son “libres”, como aquellos que son elegidos por mayoría simple (la mitad más uno, ni uno más ni uno menos), juegan con plastilina y se extrañan cuando alguien se emociona cantando su himno. Cualquier día prohíben la premiación olímpica por “contaminación ideológica”.