Opinión

Morir en Irán

Tenía 33 años y era enfermera. Un nombre con olor: Zahara. Esa tarde terminó de colaborar en el hospital y salió al pasillo cansada. Para relajarse se puso a fumar un cigarrillo –antes de seguir la historia diremos que estamos en Irán–. Un Guardia Revolucionario encargado de la ‘Moral Islámica’, la tomó de los pelos y la arrastró hacia la calle. Allí le marcó con 75 latigazos.

Tenía 33 años y era enfermera. Un nombre con olor: Zahara. Esa tarde terminó de colaborar en el hospital y salió al pasillo cansada. Para relajarse se puso a fumar un cigarrillo –antes de seguir la historia diremos que estamos en Irán–. Un Guardia Revolucionario encargado de la ‘Moral Islámica’, la tomó de los pelos y la arrastró hacia la calle. Allí le marcó con 75 latigazos.
Zahara quedó en el suelo, sin duda pensaba o lloraba. Se sentía impotente. Se levantó despacio, entró en su carro estacionado en el aparcamiento, lo empapó de gasolina, se encerró dentro y le prendió fuego.
Esto no es todo: la doctora Maryam Firuz, líder de la Organización Democrática de la Mujer Iraní, muerta hace cuatro años, ha sido la prisionera con más años en una de las cárceles terroríficas de Irán. Miembro del Comité del Partido Tudesh, se la detuvo el 6 de febrero de 1983. Durante su encarcelamiento recibió torturas físicas y psíquicas. Igual que en tiempos medievales, el fiscal la acusó de difundir “la cultura no islámica, organizar a las mujeres contra el poder de Teherán y no colaborar durante el interrogatorio”. Con todos esos ‘graves cargos’ y sin tener abogado ni poder hablar para presentar su defensa, se le condenó a la pena de muerte.
Tras la llegada del ayatolá Jomeini al poder, expulsaron a 100.000 mujeres de sus puestos de trabajo al negarse a llevar el velo. Al decir de los ayatolás, “la mente de una hembra es incapaz de comprender cosas complicadas”.
En Irán a la mujer le está prohibido trabajar en actividades artísticas, hacer deporte, vestir colores vivos y se les castiga por no llevar el ‘chador’ (vestimenta negra cubriendo todo el cuerpo). Son las féminas más olvidadas del mundo.
¿Y en Venezuela? –donde vivió–: Ellas siguen sufriendo las consecuencias de una sociedad que siempre las coloca en un segundo plano.
El mundo en general es machista. ¿No aparece a partir de la eternidad Dios o Alá haciendo siempre el papel de hombre?