Opinión

Joven trabajador y pobre

No estamos en un ciclo; es un cambio de modelo. Al observar con detalle la recién publicada Encuesta de Población Activa (EPA, datos oficiales de 2011, antes de la última debacle laboral en España), vemos que el 46% de los menores de 25 años con trabajo perciben un salario bruto mensual de entre 687 y 1.008 euros.
Joven trabajador y pobre

No estamos en un ciclo; es un cambio de modelo. Al observar con detalle la recién publicada Encuesta de Población Activa (EPA, datos oficiales de 2011, antes de la última debacle laboral en España), vemos que el 46% de los menores de 25 años con trabajo perciben un salario bruto mensual de entre 687 y 1.008 euros. Y uno de cada cuatro jóvenes empleados cobra incluso menos de 687 euros brutos (en la práctica, esto son bastante menos de 500 euros limpios al mes). A esto hay que sumar los millones que trabajan sin contrato o con inmorales contratos de aprendiz que no son tales. Para que los lectores americanos se hagan una idea, un enfermero del sistema público español –una profesión que siempre se ha considerado mal pagada y dura– percibe alrededor de 2.000 euros brutos al mes. Hagan sus cuentas de cómo ser pobre y trabajador. Hubo un tiempo en que los derechos laborales se consolidaban y los convenios colectivos o acuerdos personales iban superando las leyes generales (Estatuto de los Trabajadores), pero hoy se legisla para consolidar retrocesos de derechos y de salarios. Volveremos a ver en los próximos años como el PIB español se incrementa notablemente –eso sí es un ciclo– pero los derechos laborales y los salarios seguirán a la baja porque lo que ha cambiado es la manera de repartir. Por eso van a bajar las cifras del paro: porque se repartirá un sueldo digno entre cuatro miserables. Cada vez es más normal ver estos sueldos de esclavo en empresas que marchan bien, con jefes que viven a todo tren. Y los que hundieron nuestras cajas siguen percibiendo cantidades millonarias sin que nadie les queme la casa o algo peor.