Opinión

El cuarto ¿rescate?

España, la cuarta economía de la zona Euro, acaba de convertirse en el cuarto país de la UE en ser objeto de un rescate financiero por parte del Banco Central Europeo (BCE). Un secreto a voces pero finalmente un ‘fait accompli’ que durante los últimos meses el gobierno de Mariano Rajoy había intentado evitar o, al menos, ocultar a la opinión pública.Con un fondo máximo de 100.

España, la cuarta economía de la zona Euro, acaba de convertirse en el cuarto país de la UE en ser objeto de un rescate financiero por parte del Banco Central Europeo (BCE). Un secreto a voces pero finalmente un ‘fait accompli’ que durante los últimos meses el gobierno de Mariano Rajoy había intentado evitar o, al menos, ocultar a la opinión pública.
Con un fondo máximo de 100.000 millones de euros de rescate, tanto el BCE como el FMI consideran que el sistema financiero español necesita una inyección urgente de liquidez, valorada en 40.000 millones de euros. Si bien el propio Mariano Rajoy Brey justificó esta petición evitando incesantemente mencionar la palabra “rescate”, lo cierto es que la economía española se someterá, más que nunca, a las decisiones de Berlín, del BCE y del FMI, una ‘troika’ sumamente celosa de mantener su tutela e influencia económica.
Como todo rescate, este no estará exento de contrapartidas. La austeridad como regla servirá para mantener una serie de compromisos financieros que harán de la economía española un mero ‘protectorado’ de la ‘troika’, a un nivel similar aunque probablemente con marcadas diferencias en comparación con Grecia, Irlanda y Portugal, los otros tres países ‘rescatados’, y cuyo peso económico en la UE es visiblemente menor que el español.
La única certeza de todo este proceso se enfoca en la veracidad de la recesión económica española, el deterioro de su sistema financiero y la sensación de zozobra en la zona Euro, en un momento en que las presiones de salida de Grecia de la moneda única son cada vez mayores, bajo un reloj político y electoral de alto riesgo como antesala de la repetición de las elecciones legislativas griegas, pautadas para el 17 de junio.
El descalabro del sistema financiero español tras la caída de Bankia y su posterior estatización deja igualmente al gobierno de Rajoy sumamente atado con este ‘rescate’. La incertidumbre es saber si la inyección de capital del ‘rescate’ servirá para salvar a los bancos (o más bien a los banqueros) en detrimento del ciudadano común, sumamente golpeado por la crisis en el país con mayor tasa de desempleo en Europa. Con líneas de crédito cerradas, desahucios, impagos, desempleados, caída del sector inmobiliario y un retorno cada vez más consistente de la emigración, el panorama socioeconómico español es desalentador.
Vendiéndolo bajo una visión optimista de “rescate light”, a Rajoy Brey sólo le queda cumplir con los designios de la ‘troika’ y esperar que los efectos de esta inyección de liquidez no le perjudiquen políticamente. Pero en la recámara está un nivel de conflictividad social que estallará en cualquier momento, toda vez los efectos de este ‘rescate’ no sean los deseados. Ni ganando España la Eurocopa lograría aliviar un malestar que amenaza con expandirse.