Opinión

Cortázar y Galiza

En el ‘Cuaderno de bitácora’ de Rayuela, Julio Cortázar escribe el nombre del juego en varios idiomas: español, catalán, inglés, francés y también en gallego, “Mariola (Galicia, A Coruña)”.
Julio Cortázar estuvo en Galicia con su mujer, hija de gallegos, Aurora Bernárdez. Ésta, que había nacido en Buenos Aires (Argentina), llegó a vivir unos años en Lugo. Pero más que estar físicamente en la Galicia territorial, Cortázar tuvo contacto con la Galicia expatriada del exilio político y económico. En Buenos Aires exiliados, nacionalistas gallegos, tuvieron relación con él; el escritor y editor Arturo Cuadrado Moure, el poeta y traductor Jesús Lorenzo Varela Vázquez, el artista plástico y escritor Luis Seoane López o el profesor y escritor Rafael Dieste Gonçalves, que le prestará a Cortázar su casa, en 1949, cuando se marcha a dar clases a Inglaterra. Cortázar escribe en ese apartamento Imagen de John Keats, editado finalmente en 1996, en el que las referencias gallegas son constantes. La llegada a Keats vino de la mano de su profesora de inglés, de origen gallego, María de las Mercedes Arias, con la que mantendrá una relación epistolar de años.
En 1943 Cuadrado y Seoane fundan la editorial Nova en Buenos Aires. En Nova, colección Espejo del Mundo, publicará Cortázar las traducciones de El hombre que sabía demasiado de Chesterton y Memorias de una enana de Walter de la Mare.   
Hoy, gracias a Aurora Bernárdez, todo el legado fotográfico de Cortázar está depositado en el Centro Galego de Artes da Imaxe (CGAI) en A Coruña. Cuando se cumple medio siglo de la primera edición de Rayuela, debemos recordar que fue un editor y traductor gallego-argentino (Corcubión, 1922), quien se la publicó, Francisco ‘Paco’ Porrúa.
“Yo vivo en un tiempo de disolución y quizá de reconstrucción”, le dirá Cortázar a su amigo y editor Paco Porrúa en uno de las cientos de cartas que le enviaba desde París.