JAVIER SANTOS, SUBDIRECTOR MÉDICO DEL SANATORIO DEL CENTRO GALLEGO
“La reconstrucción ha comenzado por Pediatría y el área de Clínica Médica”
La Junta Directiva del Centro Gallego de Buenos Aires convocó una reunión con el personal de la institución para anunciar la designación del doctor Horacio Búa como jefe de auditoría médica y facturación para encarar, según explicaron, una reestructuración de este sector que, aunque estratégico, venía funcionando ineficientemente.

La Junta Directiva del Centro Gallego de Buenos Aires convocó una reunión con el personal de la institución para anunciar la designación del doctor Horacio Búa como jefe de auditoría médica y facturación para encarar, según explicaron, una reestructuración de este sector que, aunque estratégico, venía funcionando ineficientemente.
Durante la reunión, que tuvo lugar el jueves pasado en el Teatro Castelao, el doctor Javier Santos, subdirector médico en ejercicio de la dirección, señaló que la casa, después de prácticamente tres meses de inactividad, está abocada a restablecer paulatinamente sus servicios para garantizar las prestaciones y la facturación de las mismas. “Algo –dijo– que hasta el momento no se venía realizando correctamente”. “La reconstrucción –precisó Santos– ha comenzado por los servicios de Pediatría, que ya está nuevamente en funcionamiento, y el área de Clínica Médica”.
La situación, no obstante, señaló Vello, sigue siendo crítica y, posiblemente, la semana que viene, la casa no pueda hacer frente al pago de la totalidad de los haberes de los empleados. “Se está haciendo el máximo esfuerzo para salir adelante y poner nuevamente esta institución a producir después de prácticamente tres meses de inactividad”, explicó Vello cuando fue interpelado por los representantes de una rama disidente del gremio de los trabajadores de la salud. La reunión finalizó abruptamente cuando un grupo de cuatro o cinco personas intentaron increpar violentamente a los directivos mientras arrojaban volantes exigiendo el pago en término de la totalidad de los haberes del mes. Tras la reunión, ‘Galicia en el Mundo’ conversó con el subdirector médico de la institución sobre la situación que atraviesa en estos momentos el sanatorio del Centro Gallego de Buenos Aires.
Pregunta. ¿Cuál fue el motivo de la reunión de hoy?
Respuesta. Es una cuestión de honestidad, el que trabaja no puede enterarse el mismo día que fue al cajero que no le depositaron el salario; si uno lo sabe con anticipación lo tiene que avisar, es honestidad, nada más. Cuando los médicos no cobraban, los enfermeros ofrecieron dar parte de su sueldo para los médicos que más lo necesitaban. Hay solidaridad. También tenemos un grupo de enfermeros más tranquilo y un grupo de enfermeros mucho más combativo y, la verdad, es que les des lo que les des siempre van a combatir.
P. ¿Cuál es la función que le asignaron al doctor Horacio Búa?
R. El doctor Búa fue designado jefe de auditoría y jefe de facturación. Él va a controlar las prestaciones a los socios y, fundamentalmente, la facturación de todo lo que hacemos, que, en definitiva, es lo primero que necesitamos y lo que no se venía haciendo o se hacía mal. Hay obras sociales a las que no se les facturó nunca nada. Una de ellas es Río Varadero, gerenciadora de una ART (Aseguradora de riesgo de trabajo) que empezó a trabajar en octubre pasado con nosotros. Hicimos los convenios, pero nunca le dieron una facturación. Evidentemente, o hay otra intención o hay incapacidad, y eso es algo que tiene que cambiar. En otros sanatorios de colectividad, como el Hospital Británico, utilizan un código de barras.
Nosotros no podemos usar el código de barras porque no tenemos las historias clínicas informatizadas, pero lo que sí podemos hacer es que, cuando el paciente se va de alta, la historia clínica se cierre, pase por auditoría, se chequee y si está todo bien que pase a facturación. Pero esto tiene que ser automático. No se puede perder nada, ni un laboratorio. Lo que se hace se tiene que facturar.
P. ¿En qué situación se encuentra el Centro Gallego de Buenos Aires en estos momentos?
R. La institución está en crisis, pero también es una de las pocas veces en las que todo el personal está unido. Médicos, personal de enfermería, no profesionales, todos estamos juntos en la meta de sacar el sanatorio adelante. Nosotros pedimos que para poder hacernos cargo y poder trabajar necesitamos confiar en la facturación. Uno de los planteos de toda la gente era ordenar el sistema de facturación. Es verdad que la institución tiene otros tiempos, la junta directiva tiene otros tiempos, pero se consiguió.
P. ¿El sanatorio ha comenzado a ofrecer servicios nuevamente?
R. El sanatorio tiene que restablecer paulatinamente sus servicios, empezar a producir y facturar bien lo que produce. No podemos abrir las puertas de repente, que se interne todo el mundo, y luego no cobrar por lo que trabajamos porque nos fundimos.
P. ¿Cuáles son las alternativas en esta dirección?
R. La alternativa es tener alguien que ordene el área de facturación y la ponga a funcionar y a eso ya lo tenemos. El doctor Horacio Búa es un médico cirujano que trabaja hace muchos años en el Centro Gallego y que, además, lleva el área de facturación y auditoría médica en un hospital del conurbano bonaerense. Es de confianza nuestra, de los que estamos subvencionando al Centro Gallego, que son los socios con su cuota y el personal con sus sueldos adeudados. El segundo punto es reconstruir los sectores que fueron devastados. Por eso, desde mi punto de vista, habría que reincorporar al personal que quiere volver a trabajar en la institución; médicos que se fueron por falta de pago. Pero, repito, esa es una opinión personal, no sé qué opina la Junta Directiva al respecto, ni estoy al tanto de las cuestiones legales.
P. ¿Cuáles son los sectores que ya han comenzado a funcionar?
R. Pediatría está comenzando a funcionar. La anterior coordinadora de sala renunció y yo he solicitado por nota a la Junta Directiva del Centro que nombre en su lugar al doctor Ignacio Das Neves, que es un médico muy reconocido y de referencia del Centro Gallego. Mi intención es que se haga cargo de la jefatura de pediatría y esto incluye: consultorios, guardia, piso y la UTI pediátrica, cuando la tengamos. Estoy esperando la aprobación. Otra de las áreas que estamos comenzando a reconstruir y poner en funcionamiento es la residencia médica.
P. Durante la reunión con el personal usted mencionó que es vital para el sanatorio que el área pediátrica entre en pleno funcionamiento cuanto antes, ¿por qué?
R. Tenemos encima una pandemia de bronqueolitis y todavía estamos esperando la aprobación de la designación de un jefe de área. Sería muy desafortunado, en las actuales circunstancias, que el área de pediatría no esté funcionando a la mayor brevedad posible. La reabrimos el viernes pasado y el sábado ya teníamos 8 pacientitos internados.
P. ¿En qué situación está el área de Clínica Médica?
R. Clínica médica también se está reconstruyendo. Despacio. Todavía nos falta mucho y tenemos un gran déficit en este sector que no es de ahora. Lo urgente es garantizar la atención médica, por una cuestión legal y por una cuestión económica también. Si a las tres de la mañana a una persona le pasa algo, el médico de piso tiene que estar allí para verlo y asentarlo en la historia clínica. Quiero decir, primero necesitamos ordenarnos y luego estaremos en condiciones de abrir las puertas. Por ejemplo, hoy se incorporó una médica nueva, lo que nos dio la posibilidad de garantizar prestaciones a quince pacientes más y así es todos los días; cada día un poquito más.
P. ¿En estos momentos tienen pacientes internados?
R. En Pediatría tenemos internados seis pacientes, más dos pacientitos crónicos, son ocho. Además, tenemos internados un total hay 86 pacientes, de los que 23 son de obras sociales y 63 socios del Centro Gallego. La meta es contar, en un futuro, con un 60% de internaciones por obras sociales y un 40% de socios del Centro Gallego.
P. ¿Se adeudan salarios?
R. A los médicos se les deben los meses de diciembre de 2011 y enero de 2012. Al personal de convenio se le debe un mes y un ítem por lavado y planchado del uniforme de trabajo de este mes que pasó. El problema es que la semana que viene hay que abonar los salarios y probablemente no haya dinero.
P. Doctor Santos, usted es el subdirector médico en ejercicio de la dirección, ¿no le han ofrecido la dirección o no la ha aceptado?
R. Efectivamente, soy el subdirector médico en ejercicio de la dirección y voy a seguir así hasta tanto no se designen las cuatro personas que pedí que me acompañen en la gestión, porque solo no puedo. Son médicos que llevan mucho tiempo trabajando en esta casa y cada uno de ellos es referente en sus respectivos sectores. Son el doctor Felipe Rossi, jefe de Traumatología; el doctor Carlos Giménez, jefe de Cirugía; el doctor Marcos Robles, jefe de Quirófano y el doctor Elio Geamdet, jefe de Nefrología. Ellos tienen visiones distintas a la mía y la idea es formar un equipo de trabajo con personas que tenemos miradas diferentes para ir buscando soluciones a los problemas que se presentan.
En lo personal, sinceramente, lo que me interesa es que esto salga adelante. Si la Junta Directiva considera oportuno designar a otra persona en la dirección, no hay problema. Yo he presentado mi renuncia tres veces a este cargo para volver a mi función anterior. Considero que quien esté en la dirección necesita un voto de confianza y libertad para trabajar y, luego, si no se cumplen las expectativas o si se cometen errores, se tomarán las medidas correspondientes, pero hay que hacer y rápidamente.
Durante la reunión, que tuvo lugar el jueves pasado en el Teatro Castelao, el doctor Javier Santos, subdirector médico en ejercicio de la dirección, señaló que la casa, después de prácticamente tres meses de inactividad, está abocada a restablecer paulatinamente sus servicios para garantizar las prestaciones y la facturación de las mismas. “Algo –dijo– que hasta el momento no se venía realizando correctamente”. “La reconstrucción –precisó Santos– ha comenzado por los servicios de Pediatría, que ya está nuevamente en funcionamiento, y el área de Clínica Médica”.
La situación, no obstante, señaló Vello, sigue siendo crítica y, posiblemente, la semana que viene, la casa no pueda hacer frente al pago de la totalidad de los haberes de los empleados. “Se está haciendo el máximo esfuerzo para salir adelante y poner nuevamente esta institución a producir después de prácticamente tres meses de inactividad”, explicó Vello cuando fue interpelado por los representantes de una rama disidente del gremio de los trabajadores de la salud. La reunión finalizó abruptamente cuando un grupo de cuatro o cinco personas intentaron increpar violentamente a los directivos mientras arrojaban volantes exigiendo el pago en término de la totalidad de los haberes del mes. Tras la reunión, ‘Galicia en el Mundo’ conversó con el subdirector médico de la institución sobre la situación que atraviesa en estos momentos el sanatorio del Centro Gallego de Buenos Aires.
Pregunta. ¿Cuál fue el motivo de la reunión de hoy?
Respuesta. Es una cuestión de honestidad, el que trabaja no puede enterarse el mismo día que fue al cajero que no le depositaron el salario; si uno lo sabe con anticipación lo tiene que avisar, es honestidad, nada más. Cuando los médicos no cobraban, los enfermeros ofrecieron dar parte de su sueldo para los médicos que más lo necesitaban. Hay solidaridad. También tenemos un grupo de enfermeros más tranquilo y un grupo de enfermeros mucho más combativo y, la verdad, es que les des lo que les des siempre van a combatir.
P. ¿Cuál es la función que le asignaron al doctor Horacio Búa?
R. El doctor Búa fue designado jefe de auditoría y jefe de facturación. Él va a controlar las prestaciones a los socios y, fundamentalmente, la facturación de todo lo que hacemos, que, en definitiva, es lo primero que necesitamos y lo que no se venía haciendo o se hacía mal. Hay obras sociales a las que no se les facturó nunca nada. Una de ellas es Río Varadero, gerenciadora de una ART (Aseguradora de riesgo de trabajo) que empezó a trabajar en octubre pasado con nosotros. Hicimos los convenios, pero nunca le dieron una facturación. Evidentemente, o hay otra intención o hay incapacidad, y eso es algo que tiene que cambiar. En otros sanatorios de colectividad, como el Hospital Británico, utilizan un código de barras.
Nosotros no podemos usar el código de barras porque no tenemos las historias clínicas informatizadas, pero lo que sí podemos hacer es que, cuando el paciente se va de alta, la historia clínica se cierre, pase por auditoría, se chequee y si está todo bien que pase a facturación. Pero esto tiene que ser automático. No se puede perder nada, ni un laboratorio. Lo que se hace se tiene que facturar.
P. ¿En qué situación se encuentra el Centro Gallego de Buenos Aires en estos momentos?
R. La institución está en crisis, pero también es una de las pocas veces en las que todo el personal está unido. Médicos, personal de enfermería, no profesionales, todos estamos juntos en la meta de sacar el sanatorio adelante. Nosotros pedimos que para poder hacernos cargo y poder trabajar necesitamos confiar en la facturación. Uno de los planteos de toda la gente era ordenar el sistema de facturación. Es verdad que la institución tiene otros tiempos, la junta directiva tiene otros tiempos, pero se consiguió.
P. ¿El sanatorio ha comenzado a ofrecer servicios nuevamente?
R. El sanatorio tiene que restablecer paulatinamente sus servicios, empezar a producir y facturar bien lo que produce. No podemos abrir las puertas de repente, que se interne todo el mundo, y luego no cobrar por lo que trabajamos porque nos fundimos.
P. ¿Cuáles son las alternativas en esta dirección?
R. La alternativa es tener alguien que ordene el área de facturación y la ponga a funcionar y a eso ya lo tenemos. El doctor Horacio Búa es un médico cirujano que trabaja hace muchos años en el Centro Gallego y que, además, lleva el área de facturación y auditoría médica en un hospital del conurbano bonaerense. Es de confianza nuestra, de los que estamos subvencionando al Centro Gallego, que son los socios con su cuota y el personal con sus sueldos adeudados. El segundo punto es reconstruir los sectores que fueron devastados. Por eso, desde mi punto de vista, habría que reincorporar al personal que quiere volver a trabajar en la institución; médicos que se fueron por falta de pago. Pero, repito, esa es una opinión personal, no sé qué opina la Junta Directiva al respecto, ni estoy al tanto de las cuestiones legales.
P. ¿Cuáles son los sectores que ya han comenzado a funcionar?
R. Pediatría está comenzando a funcionar. La anterior coordinadora de sala renunció y yo he solicitado por nota a la Junta Directiva del Centro que nombre en su lugar al doctor Ignacio Das Neves, que es un médico muy reconocido y de referencia del Centro Gallego. Mi intención es que se haga cargo de la jefatura de pediatría y esto incluye: consultorios, guardia, piso y la UTI pediátrica, cuando la tengamos. Estoy esperando la aprobación. Otra de las áreas que estamos comenzando a reconstruir y poner en funcionamiento es la residencia médica.
P. Durante la reunión con el personal usted mencionó que es vital para el sanatorio que el área pediátrica entre en pleno funcionamiento cuanto antes, ¿por qué?
R. Tenemos encima una pandemia de bronqueolitis y todavía estamos esperando la aprobación de la designación de un jefe de área. Sería muy desafortunado, en las actuales circunstancias, que el área de pediatría no esté funcionando a la mayor brevedad posible. La reabrimos el viernes pasado y el sábado ya teníamos 8 pacientitos internados.
P. ¿En qué situación está el área de Clínica Médica?
R. Clínica médica también se está reconstruyendo. Despacio. Todavía nos falta mucho y tenemos un gran déficit en este sector que no es de ahora. Lo urgente es garantizar la atención médica, por una cuestión legal y por una cuestión económica también. Si a las tres de la mañana a una persona le pasa algo, el médico de piso tiene que estar allí para verlo y asentarlo en la historia clínica. Quiero decir, primero necesitamos ordenarnos y luego estaremos en condiciones de abrir las puertas. Por ejemplo, hoy se incorporó una médica nueva, lo que nos dio la posibilidad de garantizar prestaciones a quince pacientes más y así es todos los días; cada día un poquito más.
P. ¿En estos momentos tienen pacientes internados?
R. En Pediatría tenemos internados seis pacientes, más dos pacientitos crónicos, son ocho. Además, tenemos internados un total hay 86 pacientes, de los que 23 son de obras sociales y 63 socios del Centro Gallego. La meta es contar, en un futuro, con un 60% de internaciones por obras sociales y un 40% de socios del Centro Gallego.
P. ¿Se adeudan salarios?
R. A los médicos se les deben los meses de diciembre de 2011 y enero de 2012. Al personal de convenio se le debe un mes y un ítem por lavado y planchado del uniforme de trabajo de este mes que pasó. El problema es que la semana que viene hay que abonar los salarios y probablemente no haya dinero.
P. Doctor Santos, usted es el subdirector médico en ejercicio de la dirección, ¿no le han ofrecido la dirección o no la ha aceptado?
R. Efectivamente, soy el subdirector médico en ejercicio de la dirección y voy a seguir así hasta tanto no se designen las cuatro personas que pedí que me acompañen en la gestión, porque solo no puedo. Son médicos que llevan mucho tiempo trabajando en esta casa y cada uno de ellos es referente en sus respectivos sectores. Son el doctor Felipe Rossi, jefe de Traumatología; el doctor Carlos Giménez, jefe de Cirugía; el doctor Marcos Robles, jefe de Quirófano y el doctor Elio Geamdet, jefe de Nefrología. Ellos tienen visiones distintas a la mía y la idea es formar un equipo de trabajo con personas que tenemos miradas diferentes para ir buscando soluciones a los problemas que se presentan.
En lo personal, sinceramente, lo que me interesa es que esto salga adelante. Si la Junta Directiva considera oportuno designar a otra persona en la dirección, no hay problema. Yo he presentado mi renuncia tres veces a este cargo para volver a mi función anterior. Considero que quien esté en la dirección necesita un voto de confianza y libertad para trabajar y, luego, si no se cumplen las expectativas o si se cometen errores, se tomarán las medidas correspondientes, pero hay que hacer y rápidamente.