Cree que se retirará en Galicia, aunque no dejará de visitar Suiza

Pilar García, presidenta del Centro Español Monthey: “De Suiza me enamoró lo que no me gustaba de Galicia”

Pilar García Castro es la presidenta del Centro Español Monthey y confiesa que “de Suiza me enamoró lo que no me gustaba de Galicia”. Nació en la parroquia gallega de Ardemil (Ordes) hace 56 años y durante 16 vivió en la aldea de Moscoso de Abajo en el seno de una familia de labradores.

Pilar García, presidenta del Centro Español Monthey: “De Suiza me enamoró lo que no me gustaba de Galicia”
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Pilar García, junto a su marido y sus hijos, cuando estos eran pequeños.

Tras finalizar la escuela obligatoria y tener claro que no quería seguir estudiando, aprovechó la oportunidad para viajar a Suiza y pasar unas vacaciones con su hermana y su cuñado que, por aquel entonces, vivían en Col de Mosses (Vaud) y trabajaban en el hotel Du Chaussy. La joven gallega no desaprovechó la ocasión para abrirse camino laboralmente en el mismo hotel que su hermana, pero, al ser menor de edad, no podían hacerle un permiso de trabajo. Sin embargo, el jefe del hotel habló con el departamento de Extranjería para que pudiese permanecer unos meses más en Suiza. Se mudó a Lausanne para cuidar de la sobrina de su cuñado.

Los meses pasaron y cumplió 18 años. Fue entonces cuando el patrón del hotel Du Chaussy le preparó un contrato de trabajo estable que le permitió residir en Suiza. No fue una decisión fácil, no porque la experiencia en el país fuese mala sino porque en Galicia dejaba a su familia y a sus amigos. Salvo la lejanía de sus seres queridos, no cambiaría nada de lo vivido en la confederación helvética.

Aunque el francés en la escuela no se le daba muy bien, en Suiza fue todo lo contrario. Leía muchos periódicos y revistas, su hermana le ayudaba con la traducción y la gramática la aprendió haciendo los deberes con sus hijos. Se casó joven con Miguel. Su marido nació en Uruguay, pero cuando tenía seis años sus padres, Maximino y María, regresaron a Galicia para montar un ultramarinos en Tui. Fue en el parador del lugar donde comenzó su aprendizaje de cocinero, aunque no lo finalizó. Trabajó de camarero un tiempo y en 1979 emigró a Suiza. Allí estuvo de cocinero en Torgon y Morgins, trabajó en la construcción, en la fábrica Ultra Precision y, desde hace 19 años, trabaja en el hospital Malevoz. Tienen dos hijos, Melissa y Julián, que, aunque se sienten españoles y les gusta Galicia, también son suizos y están totalmente integrados en el sistema.

Vio a su marido por primera vez en el restaurante del hotel, pero no fue hasta la celebración de la cena-baile de 1987 en el Centro Español de Monthey que tuvieron contacto. Le pidió para bailar, a lo cual él contestó que no le gustaba pero que la invitaba a tomar algo si estaba de acuerdo. Meses más tarde serían marido y mujer.

Pilar comenzó a trabajar en la empresa Ultra Precision, Lemco Precision en la actualidad, especializada en piezas de precisión para aviación civil, relojes y coches en agosto de 1989. Se pasó 8 años en el control de producción de las máquinas, 21 como responsable de la materia prima, el tratamiento térmico y de superficie y, desde 2018, está en el departamento de logística siguiendo las piezas para que puedan ser enviadas a los clientes en las fechas concertadas.

Esta gallega con el corazón partido entre dos tierras no cambiaría nada en su vida. Su familia es su mayor tesoro y el hogar que ha creado en su casa de Chöex, su mejor inversión. Desconoce qué le depara el futuro, pero cree que se retirarán en Galicia para poder vivir holgadamente con su pensión, aunque no dejarán de visitar Suiza. Recuerda el aviso del fallecimiento de su padre con gran tristeza y la distancia con sus orígenes como la parte negativa de su vida. A Pilar no le gustaba nada el campo, ni las vacas ni el caldo cuando vivía en la aldea de Moscoso. Hoy, sin embargo, le encanta ver las vacas con los cencerros por el prado y cuando llega a Galicia le pide el cocido a su madre.