Más de 40 viajes para establecer contacto con la emigración y abrir mercados en el exterior

Viajar al exterior para mantener contacto con las colectividades gallegas emigradas y abrir mercados a las empresas con planes de expansión fueron dos objetivos bien marcados por el Gobierno de la Xunta durante los quince años de Manuel Fraga al frente del mismo. Argentina, Uruguay, Brasil, Cuba, Venezuela o República Dominicana fueron algunos de los enclaves más visitados por el expresidente autonómico en sus años de mandato, debido a la elevada concentración de gallegos y también por la existencia de un grupo de empresarios con los que establecer contacto a la hora de promover la expansión internacional de las empresas gallegas. ‘Galicia en el Mundo’, desde su creación, en marzo de 1993, fue testigo de los contactos del presidente Fraga con la colectividad en el exterior.
‘Galicia en el Mundo’, periódico que vio la luz en marzo de 1993, anunciaba en su número 0 el viaje de Manuel Fraga a Venezuela para establecer contacto con las colectividades de gallegos –más de 100.000 residían por entonces en el país– y celebrar reuniones de carácter institucional con las principales autoridades venezolanas. Un amplio reportaje publicado en el número siguiente daba cuenta de las actividades desplegadas por el presidente gallego durante los nueve días de estancia en el país bolivariano, donde fue recibido con honores de jefe de Estado.
Por aquel entonces, una gran idea planeaba sobre las cabezas de los máximos responsables de la Asociación de Empresarios Gallegos en Venezuela: la creación del Banco Galicia de Venezuela, que se haría realidad en 2000, año en el que Hugo Chávez le concedió por fin la autorización para constituirse como tal. Pero a este primer gran viaje que le llevó por tierras de Venezuela y que fue recogido por ‘Galicia en el Mundo’ hay que sumar otros muchos, tanto por Europa (Francia, Portugal, Polonia, País de Gales, Alemania), como por Asia (Japón e Irán), África (Libia), América (Argentina, Uruguay, México, República Dominicana, Cuba, Chile, Bolivia, Brasil y EE UU) y Oceanía, que le llevó hasta Australia, en el año 1999. El objetivo de estos viajes se centraba tanto en establecer contacto con la colectividad gallega como en impulsar la actividad empresarial.
Chile, Uruguay y Argentina serían los lugares escogidos por Manuel Fraga para viajar por América en 1994. En concreto, en Chile, la agenda estuvo marcada por la actividad institucional desarrollada con motivo de la celebración del acto de transmisión del mando presidencial de Patricio Aylwin al también democristiano Eduardo Frei.
En Uruguay, además de entrevistarse con el presidente de la República en aquel momento, Luis Alberto Lacalle, Fraga también tuvo oportunidad de establecer contacto con la colectividad gallega. Así, visitó el Centro Bergantiños con motivo de su 25º aniversario, el Hogar Español para Ancianos, la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos, el Sanatorio Social de la Casa de Galicia en Montevideo y el Patronato de la Cultura Galega.
Durante su visita al Centro Gallego de Montevideo, Fraga definió esta institución como “el gran exponente de la ‘galeguidade’ en el mundo”.
En Argentina, fue recibido por el presidente Carlos Menem y se reunió con responsables de la Federación de Sociedades Gallegas, con el Consejo de Residentes, con la Federación de Sociedades Españolas y con miembros de las distintas entidades gallegas en Buenos Aires y Mar del Plata.
Fraga aprovechó su estancia para reunirse con el colectivo de empresarios gallegos en el país, a los que recordó que Galicia no es sólo una maravillosa tierra para vivir, sino también para hacer negocios.
Portugal fue otro de los países a los que Manuel Fraga se desplazó en 1994 para asistir a la presentación de la Asociación Gallega de Empresarios en Portugal, creada con 25 integrantes y dirigida por José Aser Castillo, a la sazón, presidente del Centro Gallego de Lisboa.
Ya en 1995, y con motivo de la toma de posesión de Julio María Sanguinetti como presidente de la República, Fraga volvió a viajar a Uruguay, donde firmó un convenio entre el Centro Superior de Hostelería de Galicia y el país sudamericano, especialmente vinculado a la comunidad autónoma debido a la presencia de gallegos emigrados en ese país. Tanto es así que, en su discurso, Sanguinetti aseguró: “La colectividad gallega es parte misma del ser del país”, porque “tenemos vínculos. No hay lugar o territorio de la actividad donde no los tengamos”, dijo, y añadió: El país no se puede concebir sin gallegos. Es gente de trabajo, gente de esfuerzo, gente de familia y creo que el uruguayo es muy de la moralidad gallega”.
Ese mismo año, el presidente Fraga realizó en marzo una gira de diez días por Paraguay y Brasil para impulsar el turismo de la región más allá del continente europeo, y pidió la colaboración de todos los gallegos para construir la Galicia del año 2000. Fraga se reunió en Paraguay con el máximo mandatario del momento en el país centroamericano, Juan Carlos Wasmosy, quien le concedió la Condecoración de la Orden Nacional del Mérito en el grado de Gran Cruz Extraordinaria.
Finalizada la visita a Paraguay, se desplazó a Brasil, donde ya había estado en 1991, para reunirse con Henrique Cardoso y otras autoridades brasileñas, así como con representantes de la colectividad en São Paulo, Río de Janeiro y Bahía.