José María Fragoso Fernández

José María Fragoso Fernández
Llegó a la Argentina el 14 de marzo de 1958, con 12 años, junto a su hermana. En la capital argentina los esperaba su padre, que había emigrado al país una década antes. “Acá yo volví a conocer a mi padre porque él emigró cuando yo tenía un año y mi hermana tres”, señaló José.
“En Buenos Aires –recordó–, nos fuimos relacionando con gente de Vedra. En ese momento la Sociedad de Vedra era mucho más chica que ahora y no teníamos casa propia, pero nos reuníamos en una oficina que nos prestaba González Mogo y luego en la quesería de Iglesias Lobato”.
José María Fragoso compartió su experiencia en el conjunto con ‘Galicia en el Mundo’:
“En 1961 formamos el coro de Vedra con el que cantábamos canciones típicas gallegas. Recuerdo que, en ese momento, fue González Caneda quien nos hizo algunos arreglos musicales a las melodías que cantábamos y cuyas letras siempre se referían a Vedra o a sus aldeas, como una que decía: ‘de todas partes viñemos por calles e carreteras’.
Al principio era solo canto pero, con la incorporación de un gaitero, empezamos a bailar. En un comienzo fuimos dos o tres parejas pero progresivamente se fueron sumando más y el conjunto fue creciendo de a poquito. Hubo momentos en los que llegamos a ser casi 100 personas. En 1974 se compró un terreno que tenía una serie de departamentos. El típico pasillo largo con departamentos que a medida que se fueron vaciando los ocupamos para ensayar y reunirnos. De a poco también se fueron haciendo las reformas edilicias para poder darles más comodidad a los socios. Antes de tener una sede propia, los vedreses en Buenos Aires nos reuníamos en torno de la celebración de la fiesta patronal de la Virgen de los Dolores, el primer domingo de septiembre. Como no teníamos casa, nos reuníamos, a lo sumo, dos o tres meses antes para organizar la fiesta y ensayar. Para nosotros era una alegría porque estábamos todo el año pensando en esa fiesta en la que nos reuníamos y lo pasábamos de maravilla.
Cuando se compró la casa empezamos a venir todos los viernes. La sentimos nuestra segunda casa, y así comenzamos a reunirnos todo el año.
En este momento, la agrupación tiene cerca de 50 integrantes. Y, aunque en otros tiempos supo ser más numerosa, la asociación siempre contó con una cantidad importante de chicos. Tenemos el privilegio, gracias a Dios, de que los chicos aquí se sientan cómodos”.

Formar una familia
José María Fragoso llegó a la Argentina con 12 años y tres años más tarde se incorporó al conjunto folclórico de la Asociación Parroquial de Vedra. Allí conoció a Dora Pegito. Ella tenía 10 años y el 15. Cuando Dora cumplió los 19 y José 24 se pusieron de novios y más tarde se casaron. Tuvieron tres hijos: Carina, Sergio y Viviana, que fueron creciendo en la asociación, contó José, lo mismo que están comenzando a suceder ahora sus nietos. “Me emociona contar esto porque es la vida entera que ha pasado por aquí. No tengo otra fortuna económica, pero tengo la fortuna de tener una familia hermosa que es para mí lo más preciado”.
Después de cinco décadas de permanencia en la agrupación folclórica de la institución, José María cuenta que “mis hijos se integraron al conjunto, hicieron sus amigos y fueron creciendo ahí y a mí no me quedó otra que continuar; y al final ya pasaron 50 años por esta asociación”. “Lo lindo –dice su esposa, la presidenta de la asociación, Dora Pegito– es que lo tomamos como nuestra segunda casa y a veces ni cuenta te das del trabajo que la estás haciendo. Para nosotros no es una obligación y si bien es un costo también movilizarse, conseguir la ropa, comprar los instrumentos, también es parte de tu vida, lo vas haciendo porque te gusta, y de esa forma ya pasaron 50 años, casi sin darnos ni cuenta”.