Homenaje a la mujer gallega y la emigración
En el marco de los actos organizados por la comunidad gallega de Buenos Aires para la celebración del mes de Galicia y el Año Xacobeo, se presentó en el Centro Galicia de Buenos Aires el espectáculo artístico musical ‘La mujer gallega y la emigración’. La obra, que invita a reflexionar sobre el papel de la mujer en las migraciones gallegas, tanto dentro de Galicia como en los lugares de acogida, conjugó sobre el escenario del Teatro Valle Inclán, imágenes; poemas de Ramón Cabanillas, Alfonso Castelao y Rosalía de Castro y el canto y la música que llegaron de la mano de Laureano López Lois y del grupo de cantareiras de la asociación.
Laureano López Lois, acompañado en el teclado por Claudio Waisgluss y en la guitarra por Gustavo Zurbano, le puso voz a temas propios como ‘Mar y Luz’ y a la poesía de Rosalía como ‘Adios ríos, adiós fontes’. Las cantareiras del centro interpretaron alalas y muñeiras tradicionales, mientras que las integrantes del grupo de teatro interpretaron poemas y leyeron una selección de textos para rendir un homenaje a la mujer gallega.
En este sentido, el espectáculo, que se presentó el sábado pasado en conmemoración, también, de la celebración del 31º aniversario de la creación del Centro Galicia y del año internacional de la mujer, quiso hacer un reconocimiento “debido y demorado”, señalaron, al papel que jugó la mujer en las migraciones gallegas. “Su rol –señalaron– merece un tipo de investigación que aún está por realizarse”. Habría que estudiar, entre otras cosas –continúa proponiendo la obra–, la vida de aquellas mujeres que tuvieron que permanecer en Galicia y ejercer como responsables del hogar y de las funciones derivadas como la educación de sus hijos y la organización de las actividades domésticas y extra domésticas, sobre todo en el medio rural, el más afectado por la emigración.
Las que quedaron –subrayan los textos de la obra– debieron realizar actividades fuera del rol tradicional, como los trabajos en las obras públicas, las carreteras o el transporte.
Sobre una pantalla gigante, una selección de fotografías de Manuel Ferrol recordaban, en esta línea, no sólo las imágenes de dolor, de despedida, de tantas mujeres, sino también el trabajo de las cargadoras de baúles en el puerto de A Coruña.
Por otra parte, recordaron, la mujer en el exterior, además de asumir las tradicionales obligaciones del ámbito familiar, tuvo que enfrentar también las diferencias de las nuevas sociedades en las que se insertó. El papel jugado fuera de Galicia aunque tuvo algunas características comunes fue distinto en América, Europa e, incluso, en el interior de la propia península. Estos problemas que también padecieron los hombres gallegos, se acentuaron en las mujeres debido a la organización patriarcal de la familia gallega.
Laureano López Lois, acompañado en el teclado por Claudio Waisgluss y en la guitarra por Gustavo Zurbano, le puso voz a temas propios como ‘Mar y Luz’ y a la poesía de Rosalía como ‘Adios ríos, adiós fontes’. Las cantareiras del centro interpretaron alalas y muñeiras tradicionales, mientras que las integrantes del grupo de teatro interpretaron poemas y leyeron una selección de textos para rendir un homenaje a la mujer gallega.
En este sentido, el espectáculo, que se presentó el sábado pasado en conmemoración, también, de la celebración del 31º aniversario de la creación del Centro Galicia y del año internacional de la mujer, quiso hacer un reconocimiento “debido y demorado”, señalaron, al papel que jugó la mujer en las migraciones gallegas. “Su rol –señalaron– merece un tipo de investigación que aún está por realizarse”. Habría que estudiar, entre otras cosas –continúa proponiendo la obra–, la vida de aquellas mujeres que tuvieron que permanecer en Galicia y ejercer como responsables del hogar y de las funciones derivadas como la educación de sus hijos y la organización de las actividades domésticas y extra domésticas, sobre todo en el medio rural, el más afectado por la emigración.
Las que quedaron –subrayan los textos de la obra– debieron realizar actividades fuera del rol tradicional, como los trabajos en las obras públicas, las carreteras o el transporte.
Sobre una pantalla gigante, una selección de fotografías de Manuel Ferrol recordaban, en esta línea, no sólo las imágenes de dolor, de despedida, de tantas mujeres, sino también el trabajo de las cargadoras de baúles en el puerto de A Coruña.
Por otra parte, recordaron, la mujer en el exterior, además de asumir las tradicionales obligaciones del ámbito familiar, tuvo que enfrentar también las diferencias de las nuevas sociedades en las que se insertó. El papel jugado fuera de Galicia aunque tuvo algunas características comunes fue distinto en América, Europa e, incluso, en el interior de la propia península. Estos problemas que también padecieron los hombres gallegos, se acentuaron en las mujeres debido a la organización patriarcal de la familia gallega.