La gira de ‘O charco de Ulises’, obra que trata el fenómeno de la emigración gallega, llega a la provincia de Ourense

La producción del Centro Dramático Galego (CDG), unidad teatral de la Xunta de Galicia, ‘O charco de Ulises’, dirigida por Marián Bañobre y Santiago Cortegoso, llega este fin de semana a la provincia de Ourense, con una función en el Barco de Valdeorras, el sábado, y otra en Celanova, el domingo. Las actuaciones forman parte de la gira que comienza este viernes en Tui y que recorrerá hasta el 12 de diciembre veinte escenarios de Galicia y del norte de Portugal. Ourense y Verín son otras localidades de la provincia en las que también estará el montaje.

‘O charco de Ulises’ continúa su recorrido la semana próxima con dos actuaciones en Portugal, en Viana del Castelo y Barcelos, y otra parada en Ourense, en este caso en la capital de la provincia. Posteriormente, tras visitar el ayuntamiento pontevedrés de Cangas y el coruñés de Oleiros, el montaje volverá a la provincia ourensana con una representación en el Auditorio Municipal de Verín el 17 de noviembre, a las 20:00 horas.

El clásico de Homero en un contexto gallego

‘O charco de Ulises’ sitúa el clásico de Homero en un contexto trasatlántico. La trama del texto, escrito por Cortegoso en 2010 dentro del programa Iberescena y en los talleres de dramaturgia del CDG, discurre en paralelo a la Odisea, generando un diálogo con el mito original para tratar el fenómeno de la emigración gallega con un marcado componente poético. Así, la propuesta cambia Ítaca por Galicia, Troya por Buenos Aires y el Mediterráneo por el Atlántico.

Fran Paredes e Inés Salvado encarnan los papeles de Ulises y Penélope, encabezando un elenco que completan Óscar Allo, Miguel Borines, Mónica Camaño, Rosalía Castro, Raquel Espada, Manuel Millán, Chusa Pérez de Vallejo y Paulo Serantes, además del músico Xosé Lois Romero.

‘O charco de Ulises’ se había estrenado el 14 de enero en el Salón Teatro de Santiago, donde había previsto permanecer durante cuatro semanas de representaciones, que tuvieron que ser suspendidas en su tramo final a causa de la pandemia. Su puesta en escena inauguraba, además, una nueva etapa en la compañía pública, que posponía la distribución de los espectáculos de producción propia para reforzar el papel del CDG como motor escénico gallego a partir de la crisis sanitaria.