Es el título de la nueva entrega del especial ‘Historias de ida e volta’

‘O galeguismo en América’ explica la importancia de los primeros centros para preservar la identidad cultural gallega

“Una de las características de la colectividad emigrante gallega fue la creación de un imaginario colectivo y de una identidad propia y definida”, comienza el nuevo especial de ‘Historias de ida e volta’. Titulado ‘O galeguismo en América’, en él se explica la importancia que tuvieron los primeros centros gallegos y las asociaciones microterritoriales creadas al otro lado del mar para preservar la identidad cultural gallega, pero también para dar impulso a los símbolos nacionales de Galicia.

‘O galeguismo en América’ explica la importancia de los primeros centros para preservar la identidad cultural gallega
CCG-Hijos de Silleda
Socios y socias de Hijos de Silleda en un mitin galleguista, en Buenos Aires, en 1930.

“De América llega dinero para la publicación de libros y folletos y para la organización de mítines a favor de una nacionalidad propia, pero sobre todo para la constitución de asociaciones con un marcado carácter galleguista”, continúa el especial.

En 1916, la fundación en la ciudad de A Coruña de la primera ‘Irmandade da fala’ tuvo una importante repercusión en América. De hecho, un año después se creó en Cuba la ‘Irmandade da fala de La Habana’, alrededor de la que se congregó “una nueva generación de activistas políticos e intelectuales que serán el foco de inspiración del futuro político de la colectividad emigrada”, subraya la entrega. Figuras como Eduardo Blanco-Amor, Ramiro Isla Couto, Ramón Suárez Picallo, Antón Alonso Ríos, Pedro Campos Couceiro o Lino Pérez integraron ese núcleo galleguista. Con el fin de difundir sus ideales, algunos de estos intelectuales participaron en diferentes publicaciones étnicas. En la entrega número 33 de ‘Historias de ida e volta’ se incluyen, entre otras, imágenes de las cabeceras ‘Acción Gallega’ (1920-1925), ‘El Despertar Gallego’ (1922-1930) o ‘Céltiga’ (1924-1932), editadas en Buenos Aires; la portada del número 1 del periódico ‘La Tierra Gallega’ (1894) y la revista ‘Nós’ (1921), publicadas en La Habana, y de los periódicos galleguistas difundidos en Montevideo ‘Arazúa’ (1929) y ‘O Irmandino’ (1934-1936). Asimismo, se incorpora también una imagen de A Nosa Terra. Idearium da Hirmandade da Fala en Galicia e nas Colonias Gallegas d’América e Portugal. Editada en A Coruña bajo la dirección de Antón Villar Ponte y Víctor Casas, la cabecera sobresale por ser el primer portavoz que se publicó íntegramente en gallego.

El especial subraya también la importancia que tuvo para la difusión política del ideario galleguista la creación de la Irmandade Nacionalista Galega (1923), de la Federación de Sociedades Gallegas Agrarias y Culturales (FSGAyC) (1921) y, posteriormente, de la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA). Esta última institución, alrededor de la que se unificaron varias vertientes ideológicas nacionalistas y de izquierdas, recibió numerosos apoyos desde Argentina. De hecho, en la entrega se menciona la importancia que tuvo la ORGA bonaerense en la realización de campañas de propaganda a favor de la República y del Estatuto de autonomía de Galicia. “La participación de los emigrantes tuvo su principal logro en el envío de una delegación para participar en la campaña electoral a las Cortes constituyentes, que alcanzó un gran éxito que se vio reflejado en la elección de Suárez Picallo como diputado”, se explica. Su credencial como miembro de las primeras Cortes de la II República (1931) se encuentra entre los materiales que incluye la entrega, en la que también se puede ver una fotografía del mitin realizado en 1935 en la sede de la Federación de Sociedades Gallegas a favor del Partido Galeguista, así como una muestra de un cartel propagandístico a favor del Estatuto de autonomía de Galicia.

Por último, es preciso destacar la participación activa que tuvieron los gallegos

emigrados a América para contribuir al progreso de sus lugares de origen. Fue el caso, por ejemplo, de la Residencia de Estudiantes de Santiago de Compostela, creada en 1928 gracias al apoyo económico de los centros gallegos de Madrid y América y de los fondos recaudados a través de distintos actos benéficos. La colectividad gallega del otro lado del mar, en especial la residente en Cuba y en la Argentina, tuvo también un papel crucial en el desarrollo de las instituciones culturales creadas en Galicia. “Una de las iniciativas más importantes fue la creación de la Asociación Iniciadora y Protectora de la Academia Gallega, la cual aprobó su reglamento en La Habana el 15 de junio de 1905”, indica el especial. En la fundación de esta sociedad, génesis de la futura Real Academia Galega (1906), participó el emigrante ferrolano José María Benito Fontenla Leal, cuyo retrato forma parte también de los materiales de la nueva entrega de ‘Historias de ida e volta’.

El proyecto ‘Historias de ida e volta’

El Consello da Cultura Galega, en colaboración con la Secretaría Xeral de Emigración, mantiene el especial ‘Historias de ida e volta’ para dar a conocer aquellos materiales que documentan el fenómeno migratorio. En más de veinte entregas se documentaron los procesos de salida y llegada, la vida social y cultural, etc., para, de este modo, explicar todo el ciclo migratorio a partir de los materiales que custodia el Arquivo da Emigración Galega.