El Centro fue reconocido muy pronto por el éxito de sus fiestas
Durante sus primeros años de vida, el Centro Gallego de Avellaneda fue reconocido, entre otras cosas, por el éxito de las fiestas que con frecuencia celebraba en el Teatro Ribadavia y en el salón de su sede social.
Durante sus primeros años de vida, el Centro Gallego de Avellaneda fue reconocido, entre otras cosas, por el éxito de las fiestas que con frecuencia celebraba en el Teatro Ribadavia y en el salón de su sede social. A ellas concurrían un gran número de vecinos de Barracas y Avellaneda, que constantemente daban muestra de su simpatía para con la institución.
Tal era la repercusión de estos eventos, que varios impresos le dedicaron un espacio en sus publicaciones.
En el Boletín Oficial del Centro se solían reproducir algunas de las crónicas publicadas al respecto. Tal fue el caso, por ejemplo, de las que aparecieron en el número 10 de junio de 1904 en relación con las fiestas celebradas en el Teatro Ribadavia los días 1 y 25 de mayo, como así también del baile social que tuvo lugar el día 7 del mismo mes en los salones de la sede.
Eco en la prensa
En el periódico ‘La Prensa’, de Buenos Aires, del 5 de mayo se recogía el siguiente testimonio sobre uno de los eventos que se programaban:
“No pudo ser más animada y concurrida la fiesta teatral que dio en el Ribadavia. La señora Montenegro cosechó nutridos aplausos en diversas canciones regionales, como así mismo, los jóvenes Riera, Padilla y Olalla, en sus interpretaciones de las obras ‘Las Tentaciones de San Antonio’, ‘La Leyenda del Monje’ y ‘El Guitarrico’.
El sábado dará una velada danzante en sus salones de la calle Mitre y para el 25 anuncia otra función en el Teatro Rivadavia, en honor de las autoridades de aquella localidad”.
En ‘El Orden’, de Avellaneda, se recogía lo siquiente: “El domingo último tuvo lugar, como estaba anunciado, la función de teatro que el laureado Centro Gallego de esta ciudad, celebró en honor de las sociedades españolas de Socorros Mutuos de ambas márgenes del riachuelo y Bomberos Voluntarios de Avellaneda; fue un verdadero acontecimiento social; a las nueve de la noche numerosísimas familias ocupaban por completo las localidades del coliseo, y fue necesario cerrar la boletería...".
