EL DIRECTIVO SE DESPLAZÓ A MÉXICO, VENEZUELA Y EE.UU. PARA CONOCER SU DISPOSICIÓN A COLABORAR

Castellano busca entre los empresarios del exterior inversores para NCG Banco

El empresario y presidente de Novacaixagalicia, José María Castellano, busca entre la emigración gallega inversores para el nuevo banco de la entidad que, si se cumplen los plazos, empezará a operar en la primera semana de septiembre. Según fuentes de Novacaixagalicia, Castellano se encuentra en plena ronda de contactos con empresarios gallegos, no sólo de España sino de fuera de nuestras fronteras, para convencerles de que inviertan en el banco y se ha desplazado a México, Venezuela o Estados Unidos para para conocer su disposición a colaborar.
Castellano busca entre los empresarios del exterior inversores para NCG Banco
 José María Castellano –dcha.–, con el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo y Julio Fernández Gayoso (c).
José María Castellano –dcha.–, con el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo y Julio Fernández Gayoso (c).

El empresario y presidente de Novacaixagalicia, José María Castellano, busca entre la emigración gallega inversores para el nuevo banco de la entidad que, si se cumplen los plazos, empezará a operar en la primera semana de septiembre. Según  fuentes de Novacaixagalicia, Castellano se encuentra en plena ronda de contactos con empresarios gallegos, no sólo de España sino de fuera de nuestras fronteras, para convencerles de que inviertan en el banco y se ha desplazado a México, Venezuela o Estados Unidos para para conocer su disposición a colaborar.

 

El 1 de septiembre, José María Castellano se situará al frente de NCG Banco como presidente ejecutivo y su misión se centra ahora en recabar capital entre los empresarios gallegos en el exterior, algunos de ellos, dueños de potentadas empresas en países como Brasil, Venezuela, Argentina, México o Estados Unidos, entre otros. El 30 de septiembre se cumple el plazo para que las cajas de ahorros que no alcanzan el nuevo mínimo de solvencia completen su recapitalización, por lo que la búsqueda de inversores se encuentra en su recta final. Fuentes de la entidad se muestran optimistas por el interés que la iniciativa ha despertado no sólo entre los inversores gallegos sino entre los fondos de inversión extranjeros.
La nueva caja gallega necesita 2.622 millones de euros para cumplir con el mínimo de solvencia aprobado por el Gobierno, por lo que se da prácticamente por descontado que la entidad deberá complementar el capital captado de los inversores privados, extranjeros y españoles, con las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). De hecho, la intención inicial de Castellano era captar al menos 500 millones de euros de los inversores privados, aunque la cifra podría incrementarse con el objetivo de reducir lo máximo posible la dependencia al Banco de España. Además, se complementará con la reducción de costes y la venta de participadas.
El objetivo principal es lograr que la caja gallega mantenga al menos el 50% del nuevo banco, que contará con un activo de 68.338 millones de euros y un volumen de capital que alcanzará los 1.084 millones. Si el porcentaje desciende por debajo de ese nivel, Novacaixagalicia se vería obligada a convertirse en fundación.
A la espera de que se cree el nuevo banco, lo que ya se ha cerrado es el recorte de la plantilla después de que a finales de julio, cuatro sindicatos de Novacaixagalicia, (Comfia, UGT; CSICA y Asca), que engloban el 87,9% de la representación sindical en la caja, pactasen con los representantes de los trabajadores un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para un máximo de 350 empleados mediante la baja incentivada. Esta vía de despidos ha supuesto una decepción para una parte de la plantilla, que aspiraba a una ampliación de las prejubilaciones aprobadas en el proceso de reestructuración.
Los representantes de los trabajadores no han logrado una ampliación del ERE acordado durante el programa anterior, uno de los principales escollos del proceso de negociación.
Cerca de 320 trabajadores con más de 55 años, que se quedaron a las puertas de acogerse al antiguo plan de prejubilaciones que se limitó a 1.230 personas, estarían dispuestos a prescindir de sus puestos de trabajo si les ofrecieran el antiguo plan de prejubilaciones, con las mismas condiciones.