SERAFÍN PELLÓN, PRESIDENTE DE LA PEÑA XUNTANZA AMIGOS DEL CELTA EN CARACAS

“El año que viene esperamos poder repetir la experiencia pero en primera”

El derbi entre el Celta y el Deportivo contó con unos aficionados de excepción que recorrieron miles de kilómetros para ver a su equipo. Se trata de 12 miembros de la Peña Xuntanza Amigos del Celta de Caracas que, según comentó su presidente, Serafín Pellón, se van “muy contentos, a pesar de la derrota”.
“El año que viene esperamos poder repetir la experiencia pero en primera”
 Serafín Pellón, en Vigo.
Serafín Pellón, en Vigo.
El derbi entre el Celta y el Deportivo contó con unos aficionados de excepción que recorrieron miles de kilómetros para ver a su equipo. Se trata de 12 miembros de la Peña Xuntanza Amigos del Celta de Caracas que, según comentó su presidente, Serafín Pellón, se van “muy contentos, a pesar de la derrota”. Además, se muestran esperanzados y convencidos de que el año que vienen podrán repetir la experiencia “pero en primera”.
Serafín Pellón, además de presidir la Peña, es miembro de la Ejecutiva el PSOE en Venezuela y presidente de la Agrupación Galaica de la Hermandad Gallega de Venezuela. Durante 17 años fue miembro del Consejo de Residentes Españoles (CRE) en Venezuela que presidió en el periodo 95-97. También fue consejero general de la Emigración entre el 93 y 97.
Pregunta. ¿Cómo nace la idea de venir a ver un derbi a Vigo?
Respuesta. La idea nace en una de las reuniones de la Peña. Empezamos y empezamos y cuando nos dimos cuenta estábamos montándonos en el avión. En un principio íbamos a venir 30 pero después se fueron cayendo y llegamos 12 personas. La fecha no es muy buena para nosotros pero decidimos que el partido idóneo para venir a ver al Celta era contra el Deportivo.
P. ¿Cómo vivieron el partido?
R. Hasta el final del partido muy bien, pero el final fue desolador.
P. ¿Cuáles son las actividades de la Peña en Caracas?
R. La Peña tiene 38 personas y nos reunimos de vez en cuando pero tenemos problemas para ver los partidos porque los de segunda división no los retransmiten y tenemos que verlos por internet. Allí pasan todos los partidos de primera división pero no los de segunda.
A veces, cuando el horario coincide bien, montamos internet en una tasca y lo vemos juntos.
La experiencia de venir y verlo en el campo fue extraordinaria. Además, ese día había mucho ambiente. No es lo mismo venir un día que está el estadio medio vacío que el otro día con el estadio lleno. La verdad es que no nos queda ningún dolor en haber venido, el problema está en que perdimos. En todo caso, el año que viene esperamos poder repetir la experiencia pero en primera. Además tuvimos un gran recibimiento por parte de las peñas del Celta y por los medios de comunicación de Vigo.
P. Hablando de temas más generales, ¿cómo ve la situación de la colectividad en Venezuela?
R. Allí hay un problema importante y es que la Seguridad Social no funciona. Esto provoca grandes problemas, sobre todo en las personas mayores, que es cuando se tienen más enfermedades y se necesitan hospitalizaciones. Hay un gran número de personas que lo están pasando mal y otras que están en vías de pasarlo mal porque el problema allí es que, de repente, una simple operación puede acabar con todos los ahorros de tu vida. Además, los seguros son demasiado costosos cuando estás en una edad de jubilación. Hay gente que puede pagar un seguro privado pero cuando llega a la edad de jubilación, si dependes sólo de eso, no puedes pagarlo.
Había un número bastante alto que estaba en España Salud que fue creada por el anterior gobierno español y, mal que bien, iba resolviendo ciertas dificultades pero ahora hay un doble problema con esto. Por un lado, salió una ley de seguros que dice que si alguien aporta dinero para un seguro automáticamente la Fundación España Salud se convertiría en una empresa proveedora de seguros más. Esto quiere decir que no se puede cobrar a las personas que, estando fuera de los casos que pagan el Gobierno y las autonomías, quieren pertenecer a España Salud porque puedes entrar en contradicción con la ley venezolana.
El otro problema de España Salud es que las autonomías aportaban una gran parte, sobre todo los gobiernos de Canarias y Galicia, ya que eran los que tenían más volumen de personas que recibían atención. En este caso, el Gobierno de Canarias sigue aportando dentro de lo que cabe más que ninguno pero con el Gobierno de Galicia hay muchos problemas en ese tema.
P. Con estos problemas, ¿en qué posición se queda la Fundación España Salud?
R. Esto la está dejando en la mengua y, de seguir así, creo que va a tener que dejar de funcionar y eso dejaría a 10.000 personas sin ninguna forma de tratamiento médico porque son gente que no puede pagarlo.
P. ¿Las autoridades ofrecen algún tipo de solución?
R. La gente que dirige la Fundación no tiene ni idea cómo resolver el tema. El consejero laboral se encontraba con las manos atadas y en una visita que tuvimos con el secretario xeral de Emigración, Santiago Camba, nos hizo la promesa de que se va a estudiar cómo se va a resolver pero ese estudio nunca llega y el dinero tampoco. Los aportes por parte de la Xunta de Galicia tanto a esa Fundación como a la Fundación de Españoles Dependientes son casi cero.
La Fundación de Españoles Dependientes también es una institución de gran importancia porque dentro de ella hay gente con enfermedades que están dentro de la dependencia total.
El aporte de la Xunta está en valor cero y eso que la mayoría de los que están allí son gallegos. A veces tenemos la tendencia de medir quiénes son los que más usan unos servicios y eso no es lo importante, sino quién aporta y hay que reconocer que el que más aporta es el Gobierno canario. Si es por la crisis, la crisis ha llegado para todos, así que es una cuestión de voluntad y de querer atender a los ciudadanos de origen.
P. ¿Considera que la profunda crisis económica que está sufriendo España justifica el freno a las ayudas económicas?
R. Cuando estoy aquí muchos parientes y amigos te comentan por qué España tiene que mandar dinero al exterior si ustedes se fueron. Desde ese punto de vista tienen razón, pero si lo ves desde el punto de vista del dinero que España pueda mandar a ciertos españoles que lo necesitan y comparas esa cuantía con la que los españoles de fuera envían a España que, aunque vaya a parar a los bancos, de una forma o otra genera riqueza, España tiene una deuda muy alta que quizá nunca pague.
Los españoles que viven fuera de España aportan mucho, no sólo a través del envío de dinero, sino en la promoción y comercialización de los productos españoles y el turismo. Si sumamos todo esto compensa los envíos de España. Yo comprendo el esfuerzo pero lo que no es comprensible es que España deje de ayudar a un ciudadano porque esté fuera. Además, le sale más barato ayudarle allí que si estuviera en España.
P. En los últimos tiempos la comunidad española en Venezuela ha sufrido diversos episodios de violencia. ¿Cómo se vive esto?
R. Tenemos un problema de seguridad que no sólo atañe a la colectividad española. En estos momentos estamos pasando por una situación muy delicada porque cuando no es un secuestro, es un atraco o un atraco con asesinato. Nuestra colectividad en los últimos tiempos ha sufrido una serie de asesinatos y secuestros en un índice muy alto. Algunos han tratado de llevar esto como un tema de xenofobia hacia el español pero no veo en la gente de Venezuela xenofobia sino un tema de quién tiene el dinero. Ellos van sobre las personas a las que les pueden sacar un rendimiento.
Otra cosa es el problema de las tierras. Aquí se encuadra más el colectivo canario que es el que se ha ido más al campo y al que ahora le han expropiado tierras. Eso es cierto, pero también es cierto que en el tema jurídico de la tenencia de tierras había muchas irregularidades.
P. ¿Cómo ve los problemas que están teniendo los consulados honorarios para atender a los españoles?
R. Si hacemos un poco de historia desde el Gobierno de Aznar los españoles de Venezuela estábamos exigiendo un consulado adicional para la zona central de Venezuela que tiene un volumen de ciudadanos españoles alto y que descongestionaría el Consulado General de Caracas. El expresidente Aznar nos prometió el consulado. Se fue Aznar y el consulado no estaba. Entró Zapatero y nos prometió el consulado, de hecho lo aprobó en Consejo de Ministros pero nunca se realizó. Entonces, el consulado ha ido funcionando con consulados honorarios en las ciudades más importantes, pero en estos casos el trabajo lo tiene que hacer una secretaria y hay consulados como el de Valencia que atiende a unas 100 personas diarias. Este personal administrativo es contratado de manera temporal y año a año hay presupuesto del Estado para pagar a esos trabajadores. Esto supone que todos los años hay que explicarle al Ministerio de Hacienda que se necesita ese dinero para pagar ese personal imprescindible para que los consulados honorarios funcionen. Este año estamos en lo mismo pero el ministro anterior ya lo conocía de otros años, pero éste creo que no se ha dado por enterado y cabe la posibilidad de que estos consulados se queden sin personal y, consecuentemente, se quede sin asistencia toda la población española que vive en el interior y que asciende a más de 35.000 personas.
El cierre de los consulados generaría un problema económico, además de los problemas que puedan tener las personas de cierta edad con dificultad para desplazarse. También hay que tener en cuenta que en un solo viaje puede que no resuelvas el problema. Esto se agrava si hablamos de ciudades lejanas de Caracas como Maracaibo y Puerto La Cruz en las que no puedes regresar en el mismo día. Pienso que no es tan difícil. Aquí hay más de 10 policías nacionales que están para temas de seguridad y lo veo exagerado porque la atención al público es lo prioritario. Con el sueldo de policía se podían pagar diez secretarias.
Otro de los problemas es que el Consulado General de Caracas se vería desbordado. En este caso, el cónsul Aníbal Jiménez ha tratado de comunicarse con las autoridades españolas para explicarles todo esto y ha hecho un gran esfuerzo para que los viceconsulados funcionen pero se ve con las manos atadas.
P. ¿Qué opinión le merece la reciente reforma electoral?
R. En Venezuela fue una catástrofe pero eso se veía venir. Cuando salió la ley del voto exterior con la llegada de la democracia a España fui uno de los primeros que voté y después siempre voté. Había veces que el voto llegaba a última hora por el tema del correo pero yo siempre voté menos en estas elecciones porque nunca me llegó el voto. Ni a mí ni a nadie que yo conozca y por eso la participación fue bajísima.
La teoría que yo siempre esgrimí fue que el día que nos saquen el voto se van a olvidar de nosotros y, poco a poco, nos van a ir sacando los derechos adquiridos. Nos han sacado el principal que es el derecho al voto y, a partir de ahí, nos borran del mapa.
P. Tras los resultados parece que los partidos están estudiando volver a cambiar la ley ¿lo cree posible?
R. Tengo muchas dudas de que haya la voluntad política de que el voto vuelva a ser de oficio. Además, ahora basándose en la crisis económica, será más difícil. Esto fue pensado así porque si no tenemos voto no tienen deberes con nosotros.
Yo soy muy pesimista. Lo que más me duele que es que el Gobierno anterior puso en marcha el Estatuto de la Ciudadanía en el Exterior que nos otorgaba muchos derechos y de golpe y porrazo, van y nos quitan el derecho principal. ¿Para qué queremos los otros derechos si no podemos votar? España pasó de ser un país que atendía a todos sus ciudadanos a ser el país que desprecia a sus ciudadanos.
P. ¿Qué opina respecto a la supresión el voto en las municipales?
R. Yo soy un defensor del derecho al voto en las municipales. Si tengo una propiedad y pago unos impuestos, tengo unos intereses que defender. En todo caso, veo bien que sea rogado porque si en este momento hay españoles que lo son porque adquirieron la nacionalidad por herencia y no están vinculados al ayuntamiento está bien que no voten pero si yo tengo interés en participar porque me lo van a negar.