El Instituto Cervantes de Hamburgo homenajea al profesor José María Navarro

El conocido hispanista José María Navarro de Adriaensens, profesor emérito de la Universidad de Bremen, cumplió ochenta años, hace escasos días, en Hamburgo. Con este motivo, la dirección del Instituto Cervantes de esta ciudad y su familia ofrecieron una velada en su honor, a la que asistieron, además de su esposa y sus cuatro hijos con sus familias, sus amigos más cercanos, antiguos alumnos y colegas de la universidad. El pianista Rainer Schnelle y su trío ofrecieron a los invitados un concierto de jazz. Helena Cortés, directora del Cervantes de Bremen y Hamburgo, reconoció la labor de Navarro.
Helena Cortés pronunció unas palabras resaltando su trabajo como investigador y como docente. “Gracias por ser maestro de tantas generaciones”, dijo, agradeciéndole también “su inmenso apoyo” y protagonismo en la creación del Instituto Cervantes en Bremen, así como en la posterior colaboración de éste con la universidad bremense y en el establecimiento, más tarde, de un segundo Instituto en Hamburgo. Quiso darle las gracias también en nombre propio, por la buena acogida que le dispensara a su llegada a Bremen, en noviembre de 2005, por su asesoramiento como experto conocedor del panorama cultural hispano en esta parte de Alemania, y por la amistad compartida. Lamentó que la institución cervantina, todavía joven, no tuviera una insignia, una placa, un diploma que poder ofrecerle en ese día, pero, en el plano personal, le entregó un pequeño obsequio de valor simbólico para ambos.
Uno de los ex alumnos de Navarro, Martin Franzbach, hasta hace poco profesor de Historia e Hispanística en la Universidad de Bremen, recordó la trayectoria común, no falto de humor, desde el momento en que había conocido al profesor español, primero como estudiante y como colega después.
Graciela Vázquez, docente de Filología Románica en la Universidad Libre de Berlín, llegó desde la capital alemana para felicitar a su profesor, colega y amigo. En sus palabras, recordó el grato tiempo de estudio y trabajo en la Facultad en Bremen, resaltando especialmente que, gracias a él, había conseguido su primer empleo en Alemania, dejando atrás Buenos Aires, una ciudad entonces oprimida por la dictadura.
En nombre de la familia habló su hija, la actriz Isabel Navarro, quien recordó que a pesar del intensivo trabajo, su padre siempre había tenido tiempo para sus hijos, para contestar a sus preguntas y aconsejarles. Subrayó también que en la familia se vivía el hispanismo y que el refrán “en casa de herrero cuchillo de palo” no se cumplía en su caso.
El profesor, orador brillante en otras ocasiones, pronunció unas breves palabras de agradecimiento, al final de las cuales añadió, visiblemente emocionado: “Si digo que todo lo que dijisteis de mí es verdad, parecería arrogante, así que os diré, sencillamente, gracias”.
Madrileño y hanseático
José María Navarro llegó en Hamburgo con 26 años. Madrileño de nacimiento, estudió Germánicas en la Universidad de Salamanca y, recién licenciado, viajó a esta ciudad para pasar unas vacaciones y practicar el alemán. Nada más llegar se le ofreció la posibilidad de trabajar en una Escuela de Economía, que se encontraba entonces en el mismo edificio en el que está ubicado actualmente el Instituto Cervantes. “Aquí di mi primera clase de español en Alemania”, comentó el homenajeado. Apenas dos años más tarde le ofrecieron un lectorado de Español en la Universidad de Hamburgo, puesto que mantuvo durante 18 años. En ese tiempo se doctoró y, en 1975, consiguió una cátedra de Lingüística en la Facultad de Románicas en la Universidad de Bremen. La cercanía de ambas ciudades le permitió mantener su residencia principal en Hamburgo, donde vive desde hace cincuenta y cuatro años.
Además de dedicarse a la docencia y a la investigación, Navarro promovió, junto a otros padres españoles, la creación de las primeras clases complementarias para los hijos de los numerosos emigrantes que por aquel entonces llegaban a Hamburgo y que, por un lado, necesitaban apoyo para aprender el alemán e integrarse en la escuela y, por otro, para mantener y ampliar los conocimientos de la lengua materna.
Promovió también la enseñanza del español y el catalán entre la población alemana, contribuyendo al conocimiento de escritores de una y otra lengua en este país, a través de numerosas presentaciones, lecturas y críticas de sus obras, no sólo en el ámbito universitario. Durante muchos años, no hubo apenas un evento cultural español o latinoamericano en el norte de Alemania en el que no fuera solicitado como elocuente orador y erudito literario.
Navarro, que es autor de numerosas publicaciones de investigación lingüística, a lo largo de su actividad como docente mantuvo un intenso intercambio con universidades españolas y latinoamericanas, en las que ofreció seminarios y conferencias en diferentes contextos y ocasiones.
Portador de varios títulos honoríficos –Comendador de la Orden de Isabel la Católica y Comendador de la Orden del Mérito Civil de España y Orden Andrés Bello-Primera Clase de Venezuela–, el ya octogenario sigue ofreciendo conferencias y trabajando en la investigación, la traducción y la crítica literaria.