Con motivo del Día Internacional del Migrante, el pasado 18 de diciembre

El CRE de Génova convocó el concurso de microrrelatos ‘Mi maleta de vuelta a Italia’

El CRE de Génova convocó su primer concurso de microrrelatos para celebrar el Día Internacional del Migrante, el 18 de diciembre. La convocatoria invitaba a participar narrando qué se llevan en la maleta de vuelta a Italia los españoles que ahí residen, a qué no pueden renunciar.

El CRE de Génova convocó el concurso de microrrelatos ‘Mi maleta de vuelta a Italia’

El CRE de Génova convocó su primer concurso de microrrelatos para celebrar el Día Internacional del Migrante, el 18 de diciembre. La convocatoria invitaba a participar narrando qué se llevan en la maleta de vuelta a Italia los españoles que ahí residen, a qué no pueden renunciar.

Desde la organización aseguran que ha sido sorprendente la participación y la calidad de muchos de los microrrelatos recibidos, las emociones, sentimientos, gustos, aromas y recuerdos a los que los emigrantes no renuncian, ocupen o no espacio en las maletas y portaequipajes.

Los consejeros del CRE de Génova han elegido los tres siguientes para publicarlos en su web y celebrar así el 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante. Los relatos se publican con el seudónimo escogido por sus autores o autoras.

Rapali

(De la provincia de Barcelona y residente en la provincia de Génova desde hace 23 años)

Dejar tu familia, tu casa, tu país, tu mundo cuando eres joven, guapa y te sientes fuerte, enamorada no parece difícil, sales con tu maleta llena de sueños, esperanza y amor.

Poco a poco, te creas tu nuevo mundo, conoces gente, encuentras trabajo, compras casa, tienes hijos... pero tus raíces están siempre allí. Tu vida está en Génova, pero tu corazón sigue en otro sitio.

A lo mejor es por esta razón que todas las veces de regreso a Italia me lleno la maleta de berberechos, que me saben a mar, a mi mar; de chorizo y morcillas que me recuerdan a mi abuela, me saben a pueblo.

Y, cuando el domingo nos sentamos a la mesa y saboreamos una lata de berberechos y unos trocitos de chorizo, no mucho porque tienen que durar hasta la próxima vez que volvamos a España... Este momento con mi familia, pero solo con una parte de ella, es como si lo compartiera con la otra parte, la que no está, la que nos espera... dentro de unos meses…

Amor Ben

(De la provincia de Sevilla y residente en la provincia de Turín desde hace 20 años).

Lo más difícil cada vez que voy a mi casa en España es el momento en que me preparo para volver a mi casa en Italia e intento traerme todo lo que puedo: los abrazos de mi madre, las sonrisas de mi padre, las horas pasadas jugando a las cartas, el calorcito de Sevilla, que tanto echo de menos llegando a Turín…

Pero cada vez, cuando reabro la maleta, por más que busque y rebusque, nada… todo se ha evaporado. Queda solo lo más material, el chorizo, los libros, la ropa que durante algunos días seguirá oliendo a mi infancia, a mi juventud, a cuando mi corazón no estaba dividido y mi mundo era más pequeño y más fácil de tener todo junto.

Menos mal que, en el fondo, los recuerdos y las emociones viajan sin maleta porque no tendría dinero suficiente para pagar el exceso de equipaje…

La chiquita piconera

(De la provincia de Córdoba y residente en la provincia de La Spezia desde hace 20 años)

Para no sufrir el mal del emigrante español que vuelve a Italia no olvides meter en tu maleta estas preciosas y pequeñas cosas:

Ruido de bar (no importa la hora del día o de la noche), perfume 4 estaciones (azahar, albero, brasero y lluvia de otoño), luz de colores para colgar en tu ventana (oro de sol sin nubes, plata de mar de olivos y granate de tu sangre cuando paseas por tu pueblo blanco), sabor de comida en familia, cerveza con amigas y chocolate con churros con tu novio y mejor que termines ya, porque a este punto queda poco espacio en tu maleta. Eso sí, mete besos de desconocidos en las mejillas.

En España abre bien tus cincos sentidos para que tus cosas cojan todas y bien en la maleta.

En Italia no te olvides de hacerte querer como te quiere una española, con los cinco sentidos.