La sala Antonio Soto del MEGA homenajea a los sindicalistas gallegos

“Viajé con una maleta que traje en mano porque no la quise soltar, me parecía que si la ponía en la carga podía ocurrir algo”, relató en Buenos Aires Isabel, la hija de Antonio Soto Canalejo. “Pesaba un poco –continuó– pero para que me dejaran llevarla conmigo dije en la aerolínea que llevaba unos documentos importantísimos”. Es que Isabel trajo desde Punta Arenas (Chile), donde vive, toda la documentación que perteneció a su padre: actas de nacimiento de él y de su abuela; certificados de buena conducta, cédulas de identidad, fotos del Centro Gallego de Punta Arenas, entre otras cosas.
Toda esta documentación forma parte desde el pasado martes, 6 de diciembre, de la colección permanente del Museo de la Emigración Gallega (MEGA). No fue fácil desprenderse de todo ese material –reconoció Isabel– porque forma parte de su historia personal y de sus afectos más profundos pero, como aseguró en el MEGA durante la inauguración de la sala que lleva el nombre de su padre, “la historia del gallego Soto trasciende a la familia y estoy convencida de que el Museo de la Federación de Sociedades Gallegas es el mejor lugar para depositarla”.
La idea de dedicar una sala a rescatar el aporte de los gallegos al movimiento obrero argentino, a través de la figura de uno de sus personajes más emblemáticos como fue “el gallego Soto”, no es nueva. Hace alrededor de tres años que el presidente de la Federación, Francisco Lores, viene impulsándola pero no les ha resultado sencillo porque es muy poco lo que se sabe al respecto. Lo más conocido, explicó en esta dirección el subdirector del MEGA, Miguel Chilotegui, es la trayectoria de Antonio Soto en lo que se conoce como la Patagonia Rebelde.
A través de paneles y vitrinas se hace un repaso, desde comienzos del siglo XX hasta los años 70, para dar cuenta de las luchas gremiales de más de media docena de sindicalistas gallegos reivindicando derechos cívicos básicos. “Más allá de lo político y lo social, el reclamo era por la dignidad humana: tener un trabajo digno y condiciones laborales humanas”, puntualizó Chilotegui.
La historia que ofrece el MEGA, ahondó, es una versión diferente de la que tiene el pueblo sobre el gallego Soto. “Acá se recoge su vida en Chile, cuando se escapa de Argentina perseguido y se radica, finalmente, en Punta Arenas donde se casa y tiene una hija: Isabel. Allí también funda el Centro Gallego, el Centro Republicano Español y una filial de la Cruz Roja.
La sala está casi terminada, sólo falta colocar un sillón en el centro y terminar de montar el sistema audiovisual. En este sentido, el presidente de la Federación y del MEGA, Francisco Lores, preciso que ésta será el nexo entre el museo y la comunidad. “Cualquier actividad que desarrolle el Museo va a ser a través de la sala Soto como estrategia por la importancia que tiene el nombre y la importancia que le damos a difundir lo que fue”, indicó el dirigente gallego.
Por último, Lores recordó durante su intervención que el hecho de que Antonio Soto esté en la Federación “es un deber porque fue un hombre que se jugó la vida luchando por sus semejantes”. “Y la Federación –finalizó– se formó luchando por la clase obrera y por la República, en contra del franquismo”.