El voto del CERA se inclinó del lado conservador desde 2001 y solo en 2009 ganaron los socialistas

El PPdeG aspira a mantener la hegemonía del sufragio exterior en los primeros comicios gallegos sin voto rogado

Los gallegos del exterior votan por primera vez el 18 de febrero en clave autonómica tras la derogación del voto rogado (junio de 2022), lo que debería tener consecuencias en la participación, que se espera se eleve por encima de lo registrado en las tres últimas convocatorias.

El PPdeG aspira a mantener la hegemonía del sufragio exterior en los primeros comicios gallegos sin voto rogado
Recuento voto exterior
Recuento del voto exterior en el año 2020.

En este contexto, el PP de Galicia aspira a mantener la hegemonía del voto de los gallegos que residen en el extranjero, tal y como reflejan los datos desde la cita electoral celebrada 2001. Los conservadores se impusieron ese año y también en 2005, 2012, 2016 y 2020 en las cuatro provincias, incluso desde la implantación del voto rogado (2011) y, en algunos casos, duplicaron los votos de su principal rival, el PSdeG-PSOE.

Solo en la convocatoria electoral de 2009 (la que aupó a Alberto Núñez Feijóo a la Presidencia), con los socialistas y el BNG en el Gobierno de la Xunta, el PP perdió respaldo por parte de los electores del CERA (Censo de Electores Residentes Ausentes) y cayó al segundo lugar. Ese año se emitieron algo más de 76.000 sufragios desde el exterior (el 22,6% de los 335.453 con derecho al voto), de los cuales, 40.712 (el 53,6%) fueron para el PSdeG, mientras que el PP obtuvo 28.483 (37,5%) y el BNG, 2.898 (el 3,8% de este sufragio). Los socialistas se impusieron entonces en las cuatro provincias y con ventajas dignas de ser reseñadas. Por A Coruña obtuvieron 14.817 votos, sacando al PP una ventaja de más de 4.700 sufragios, por encima de la que dejó el resultado en Lugo y Pontevedra, donde rondó los tres mil. Los liderados entonces por Emilio Pérez Touriño obtuvieron por estas dos provincias 6.093 y 11.823 votos de la diáspora frente a los 3.199 y 8.704, respectivamente, del partido de Feijóo. En Ourense se estrechó todavía más la ventaja, con 7.979 votos para el partido socialista, frente a los 6.465 que recibió el PP.

En la posterior cita con las urnas (2012), que tuvo lugar una vez implantado ya el voto rogado (este sistema se aprobó con la intención de evitar fraudes respecto al sufragio del CERA), las aguas volvieron a su cauce y, con Núñez Feijóo en el Gobierno autonómico, el PP, como había ocurrido en 2001 y 2005, se situó de nuevo como el partido preferido por los que residen fuera. En esta ocasión, con 6.374 sufragios a su favor, ganó en votos al PSdeG, que obtuvo 3.870.  El tercer lugar fue para Anova (el partido de Beiras), con 617 respaldos, y en cuarto lugar se situó el BNG, con un poco menos de apoyos (603).

En A Coruña, los populares recibieron el respaldo de 2.226 votantes, frente a los 1.505 del PSdeG, mientras que en Pontevedra alcanzaron los 2.146 por 1.087 de los socialistas. En Ourense y Lugo también mantuvieron la hegemonía, con 1.202 y 800 sufragios, respectivamente, por 636 y 642 de su principal rival.

Condicionados los votantes del CERA por el requisito aprobado un año antes, las elecciones de 2012 registraron entonces 12.954 votos de los residentes ausentes (63.000 papeletas menos que cuatro años antes). Con un censo que se elevó a 397.382 inscritos, la participación fue solo del 3,2% y estuvo 19 puntos porcentuales por debajo de los alcanzados cuatro años antes).

La tónica se mantuvo en 2016, tanto a nivel de participación como en la preferencia de los votantes. Así, los liderados también por Alberto Núñez Feijóo en esa ocasión conservaron el primer lugar en número de votos en el cómputo global y lograron una ventaja más que significativa respecto a los socialistas (5.258 frente a 1.836). Por lo que respecta a las provincias, en A Coruña obtuvieron 1.888 sufragios frente a los 674 del PSdeG; en Pontevedra, 1.725 (530); en Ourense, 1050 (344) y en Lugo, 595 (288). En Marea, con 1.734 sufragios, ‘robó’ al BNG (468) el tercer puesto en el global de esta cita con las urnas, en la que, con un censo del CERA mayor que en 2012 (446.270 inscritos), votaron tan solo 10.777 personas. Ello supuso un 2,4% del potencial de estos votantes y 0,8 puntos por debajo de las cifras obtenidas en 2012.

Las elecciones de 2020, marcadas por el confinamiento

La cita electoral de 2020, que tuvo lugar durante el confinamiento por coronavirus, dejó cifras de participación considerablemente inferiores a las de 2016 y 2012. Con 5.404 votos emitidos y una participación del 1,2% del CERA, el PP se situó igualmente como el partido más votado en esta ocasión. Consiguió 2.188 sufragios en total y duplicó en cifras al BNG (1.064), que se situó en segundo lugar ese año. Asimismo, superó con creces al PSdeG, que obtuvo el respaldo de 982 residentes en el extranjero. En las últimas autonómicas gallegas, el PP logró por A Coruña 799 sufragios (428 el BNG y 353 los socialistas), por Pontevedra 746 (414 y 340), por Lugo 141 (83 y 92) y por Ourense 502 (139 y 197). Los votantes del exterior situaron al BNG por encima del PSOE en las provincias de A Coruña y Pontevedra, con 75 y 74 votos más, respectivamente.

Respaldo del voto del CERA al PP en 2001 y 2005

Hasta la llegada al poder de los socialistas y nacionalistas gallegos, en 2005, el PP de Galicia había vencido en el voto exterior al PSdeG. En los comicios de 2001, con 45.991 votos obtenidos en el conjunto de la comunidad autónoma, frente a los 14.184 de los socialistas, le sacó a estos una ventaja de más de 30.000 sufragios, y por encima de 40.000 al BNG, que obtuvo 4.223. En 2005, la ventaja se estrechó y los votos a favor del PP fueron 52.364; el PSdeG obtuvo 45.432 y el BNG, 4.933.

Con un total de 68.537 votos emitidos y sobre un censo de 210.893 inscritos, la participación en 2001 fue del 32,5%, mientras que en 2005, con 105.852 sufragios y un censo de 305.017 personas, se elevó al 34,7%.

Atendiendo a las cifras, la participación descendió de modo significativo desde la entrada en vigor del voto rogado. El dato de 2005 (34,7%), contrasta con el de 2016 (2,4%) y mucho más si se compara con el año del confinamiento, que fue del 1,2%.

Teniendo en cuenta el grado de implicación de la Galicia territorial con la de la diáspora y el alto número de inscritos en el CERA por esta comunidad autónoma (más de 476.000), los comicios del 18-F se afrontan con la incógnita de conocer los datos de participación, una vez que el voto rogado ha sido por fin abolido.