Un emprendedor cambio generacional, cargado de experiencia y juventud, en la ACD Tordoia de Ginebra

El 1 de julio de 1983 un grupo de gallegos y gallegas residentes en Ginebra y amantes del balompié principalmente presentaron los estatutos que gestaron la Asociación Tordoya F.C. Una época en la que el censo de gallegos en la zona ascendía a 10.000. Aproximadamente, unos 2.200 de esos gallegos y gallegas se encontraban asociados y repartidos entre las cuatro casas de Galicia existentes en el momento. Las fiestas tradicionales como el Carnaval, la Pascua, las Letras Gallegas, el San Juan, el Magosto e, incluso, el fin de año, han sido referentes para reunir a la colectividad. Con el tiempo, la asociación dispuso de una sede en forma de restaurante donde se trabajó la gastronomía gallega y, poco a poco tomando como referencia a otras asociaciones gallegas en Ginebra, creó en 1989 su propio grupo de música y baile tradicional que aportó un movimiento joven con nuevas inquietudes a la entidad.

Un emprendedor cambio generacional, cargado de experiencia y juventud, en la ACD Tordoia de Ginebra
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Miembros del Fútbol Club de la ACD Tordoia en Ginebra, el pasado año.

En 1995, la entidad presumía de un gran número de socios y se rebautizó como Aires da Nosa Terra de Tordoia. El balompié se desarrolló con normalidad mientras que diferentes gaiteiros pasaron por la asociación para impartir clases de música. En el año 2010, ante la falta de profesorado y durante cinco años, Pepe Constenla, José Antonio Constenla y Katia Novoa tomaron las riendas del grupo aportando un cambio de aires, un repertorio amplio y selecto con calidad en las técnicas de ejecución y acabado. El grupo alcanzó así su mejor momento participando en grandes actividades en colaboración con otras asociaciones como A Nosa Galiza de Ginebra tanto en el país helvético como en la Francia vecina. La asociación Tordoia también estuvo presente en la activación de la Federación de las Sociedades Gallegas en Suiza. En 2016, la demolición del edificio en la que se asentaba la sede de la entidad obligó a sus socios a buscar una nueva localización. Todo esto provocó un parón en la actividad deportiva, un descuido de las funciones por parte de la directiva. Aun así, un grupo de socios y socias decidieron mantener a flote el navío Tordoia y hacer frente a las tempestades. Es así como en 2019 se consigue una nueva directiva. Gente joven y emprendedora, con grandes ideas e iniciativas que se apoyan en la experiencia de los veteranos para mantener el equilibrio y retomar las actividades como el balompié y el grupo folclórico.

Álvaro García Fernández, como presidente; Manuel Piñeiro Maya, como vicepresidente; y la nueva responsable de grupo, Sara Martín, son los nuevos responsables de surcar los mares de la diáspora para llevar a la asociación a buen puerto.

Juventud al frente de la presidencia del ACD Tordoia

Álvaro García Fernández, de 22 años y nacido en Ginebra, es hijo de emigrantes gallegos en Suiza. Su madre, María del Carmen Fernández, natural de San Pedro de Muros, tiene 52 años y llegó a Suiza con 22. Su padre, Celestino García, es natural de Tordoia y desde los 16 años reside en el país helvético. Llegaron muy jóvenes en busca de trabajo y nuevas oportunidades. Su padre fue uno de los socios fundadores de la entidad.

“Prácticamente me crie en el mundo del asociacionismo. Con once años debuté en el equipo de fútbol, donde forjé grandes amistades y recuerdos. No tuve la suerte de formar parte del grupo folclórico en mi adolescencia por falta de tiempo y también de iniciativa, pero es algo que pretendo remediar en esta nueva etapa. Llego con retraso, pero con mucha ilusión y motivación”, contaba.

Este jovencísimo presidente compagina sus estudios universitarios de trabajo social con un trabajo como conserje y ayudando a su madre en su trabajo.

“Me mantengo muy activo y, aunque en ocasiones me siento desbordado, agradezco el apoyo y la ayuda que recibo de la gente que me rodea”, continuó.

Desde junio de 2020 este joven emprendedor tomó la responsabilidad de continuar con el legado de la ACD Tordoia que ha marcado su infancia. Un relevo generacional lleno de aire fresco, ilusión, nuevos retos y una nueva vida para una entidad que, como la gran mayoría de las asociaciones asentadas en el exterior han pasado por dificultades o han desaparecido.

“Tenemos la intención de dinamizar la entidad con un nuevo local, crear proyectos y actividades culturales, musicales, literarias, culinarias, tradicionales y asociativas. Tenemos la gran suerte de contar con la ayuda de personas con mucha experiencia que nos orientan y responden a nuestras dudas. Por otro lado, la motivación e ilusión de la juventud nos permite avanzar lentos pero seguros. Espero que las instituciones nos apoyen de la misma forma cuando las necesitemos”, concluyó.

Manuel Piñeiro, el electricista amante del fútbol que emigró a Ginebra en busca de una oportunidad laboral

Manuel Piñeiro, más conocido como Noli, tiene 37 años y es oriundo de Sanxenxo, concretamente de la parroquia de Noalla, lugar famoso por los bancos con vistas a las maravillosas playas como la de A Lanzada. Aunque se considera enamorado de su tierra, lleva 10 años residiendo en Ginebra, a donde llegó en busca de una oportunidad laboral, algo que no era posible en Galicia en ese momento o al menos en el oficio de electricista que desempeñó desde los 19 años en Inelsa, una de las mejores empresas gallegas en ese sector. Tras la llegada de la crisis se refugió un tiempo en el mundo de la hostelería hasta que, cansado de no poder ejercer su oficio y con la ayuda materna residente en Suiza, emprendió rumbo a una nueva aventura en el país de los quesos, los chocolates y los relojes.

“Tuve mucha suerte. Al llegar trabajé en insolación y un año y medio más tarde conseguí trabajo en una pequeña empresa, AP Energy, en la que continúo a día de hoy y cuyos jefes, casualmente, son gallegos”, recordó.

En Suiza retomó el fútbol como actividad, compitiendo como jugador. Después de pasar por varios equipos como el C.D. Cerceda o Irmandade Galega llegó al A.C. Tordoia con el proyecto de hacer un equipo de gallegos para la entidad. Tras dos temporadas, el proyecto no funcionó. Sin embargo, en la segunda etapa de esas temporadas tomó las riendas del equipo juvenil donde conoció a diferentes familias que lo arroparon y acogieron con gran cariño, entre ellos, el presidente Álvaro y su madre Mari que se han convertido en su segunda familia.

“Con el club en una situación complicada y en vistas de que no había un proyecto claro decidí marcharme al C.D. Cerceda y varios jóvenes me acompañaron. Después de dos años, y tras plantearme abandonar el fútbol, me enteré que el Tordoia volvía a montar equipo y que los socios fundadores Urbano, Fuentes y Vázquez como entrenadores estaban al frente. Me involucré. Algunos de los compañeros que se marcharon conmigo también regresaron. Tras la pandemia tomé las riendas y, con mucho tesón, fuimos recuperando jugadores, en su mayoría gallegos, y los resultados comenzaron a verse”, continuó.

En la última asamblea, celebrada hace un año, los socios veteranos que remontaron la entidad trasladaron la necesidad de un relevo generacional. Es así como Álvaro García decide afrontar la responsabilidad y Manuel Piñeiro acompañarlo en esta nueva etapa.

Uno de los que se propuso la nueva directiva fue recuperar la actividad del grupo de música tradicional, para el cual pidieron la ayuda de un experto en el campo y gran conocedor de la materia, Pepe Constenla. Él se comprometió durante un año mientras que la joven integrante del grupo, Sara Martín, se prepara para asumir la responsabilidad del mismo.

“Me metí de cabeza en el grupo también. No tenía idea de tocar, aunque me gusta la música tradicional y comencé con el bombo. Estoy enamorado de mi instrumento, de Pepe, de su magia y de su encanto”, añadió.

Manuel Piñeiro apuesta por esta nueva etapa de la ACD Tordoia. Pretende mejorar el grupo, el equipo de fútbol y realizar nuevas actividades y eventos para los socios y las comunidades de gallegos y gallegas asentadas en Ginebra.

Xosé Lois ‘Lucio’, un maestro innovador que encandila con sus métodos

El 19 de septiembre de 2021 y, con la ayuda de Pepe Constenla, arrancaron los ensayos del grupo de música con gran ilusión y motivación, aunque, cómo no, con dificultades y carencias también. Reintegrar a antiguos miembros que lo habían dejado o que en la actualidad forman parte de otras asociaciones es muy difícil.

“Es como el cuento de las gallinas que se dejan a dormir afuera. Siempre faltará alguna por la mañana”, comentó Pepe Constenla con humor.

Lucio tiene 51 años y trabaja como monitor en un centro de personas con enfermedades mentales. Los prepara para obtener autonomía laboral. Por otro lado, se dedica a una de sus grandes pasiones, la música tradicional. Persona de gran creatividad complementa todas estas actividades de forma didáctica y motivadora con la pintura, el dibujo y la enseñanza. Trabaja, principalmente con niños, en colegios y asociaciones, pero también con personas mayores que acuden a la música tradicional para relacionarse, socializar y retener memoria. Sus métodos creativos e innovadores encandilan y embrujan a los estudiantes y participantes. Nada es imposible con Lucio. Es uno de los integrantes y fundadores de la plataforma embaixada.gal y es a través de la participación de la misma en Santiago de Compostela que Pepe Constenla y Lucio toman contacto. Nace así esta iniciativa, el impulso que el grupo de música de ACD Tordoia necesitaba para fortalecer el vínculo entre sus integrantes y subsanar las carencias musicales, principalmente, en la percusión.

“Como maestro es didáctico, sabe llevar a la gente de todas las edades. Nos atrapó a todos y con sus métodos despertó nuestra curiosidad por la percusión. Sabe transmitir la pasión que él siente por la música tradicional. Es una persona sencilla y humilde con la que puedes hablar de todo. Como con Pepe. Será cosa de músicos”, comentó el vicepresidente de la entidad.

Lucio, que además es uno de los fundadores de Pésdebarro y Os Demos da Petaca, ha vivido esta experiencia llena de anécdotas, rodeado de cariño y arropado por unos desconocidos que al instante se convirtieron en una familia. Además, se ha topado con detalles varios que lo han sorprendido gratamente.

“Lo primero que me sorprendió al llegar fue la ausencia total de mascarillas. Por otro lado, cuando me vinieron a recoger el presidente Álvaro y el vicepresidente Noli pensé que olé con el valor de coger la maleta tan joven, pero después de un rato de conversación comprobé que ese joven presidente había nacido y se había criado en Ginebra. Del mismo modo me sorprendió encontrarme con un joven hablando gallego con un acento tan marcado y pasando del francés al gallego sin pasar por el castellano con tal facilidad. Me encantó. Ver a gente tan joven tomar las riendas de una asociación sociocultural en el exterior tiene un gran mérito y me dio mucha envidia. Impresionante. Otra cosa que me traigo en el baúl de los recuerdos es que es muy difícil hablar francés en una ciudad así. Solo he hablado francés en el bus con una senegalesa, en los demás lugares siempre he encontrado portugueses, españoles y gallegos”, relató Lucio.

Este artista multidisciplinar tuvo la oportunidad de estar con la emigración de Alemania, de Portugal y de Bélgica, pero incomparable con su paso por Ginebra. La experiencia con el grupo Aires de Tordoia fue impresionante. Todo el material que llevaba preparado para impartir las clases no le sirvió. Tuvo que reinventarse, pero alcanzó resultados muy satisfactorios. La ACD Tordoia trabaja con gran entusiasmo para mantener el arraigo con Galicia. Un trabajo duro y altruista muy grato para ellos porque lo viven y disfrutan. Un grupo de gente joven con ganas de enganchar tradición en el exterior y hacer las cosas bien. Por otro lado, están preparando todo el papeleo necesario para obtener la categoría de centro colaborador dentro del marco de la nueva ‘Lei de Galeguidade’ de la Xunta de Galicia.