La capital de la Isla fue la residencia definitiva de esta “mujer gallega en Cuba”

El Álbum de Galicia actualiza la entrada de Andrea López Chao, maestra vinculada al colegio del Centro Gallego de La Habana

Maestra de profesión, la actividad de Andrea López Chao (Mondoñedo, 1874-La Habana, 1954) estuvo estrechamente vinculada al colegio del Centro Gallego de La Habana, en el que trabajó como docente y donde llegó a ser una de sus más distinguidas profesoras.

El Álbum de Galicia actualiza la entrada de Andrea López Chao, maestra vinculada al colegio del Centro Gallego de La Habana
CCG-Andrea Lopez Chao
Retrato de Andrea López Chao en la revista ‘Eco de Galicia’.

Además, tuvo un destacado papel en el movimiento societario gallego y, en especial, en la defensa a favor de la mejora de la situación de las mujeres emigradas. La aparición de nuevos documentos, como el discurso que pronunció en el I Congreso Nacional de Mujeres, celebrado en La Habana entre el 1 y 6 de abril de 1923, motivaron la revisión y actualización de su entrada en el Álbum de Galicia, la colección digital de biografías que mantiene el Consello da Cultura Galega (CCG). La entrada es autoría de Prudencio Viveiro.

Nacida en Mondoñedo, Andrea López Chao se formó como maestra, labor que ejerció primero en varias escuelas del entorno de su localidad natal y, posteriormente, en la capital de Cuba, destino al que emigró tras enviudar. Allí, ganó por oposición el puesto de directora en el colegio del Centro Gallego de La Habana en 1904. “La actividad de Andrea López debe ser encuadrada dentro de una de las experiencias educativas más importantes de la emigración gallega en Cuba”, subraya Prudencio Viveiro en su entrada del Álbum de Galicia. El colegio, que llevaba el nombre de Concepción Arenal, era una institución reconocida ya no sólo por su amplia oferta docente, sino también por ofrecer servicios sanitarios a los emigrados varones. Las mujeres quedaban excluidas de esta cobertura y, por lo tanto, su único recurso era hacer uso de los hospitales públicos cubanos.

Ante esta situación, en 1917 se creó en La Habana la sociedad Hijas de Galicia, una entidad de carácter proteccionista y asistencial para mujeres y de la que Andrea López Chao llegó a ocupar la vicepresidencia en el año 1919. “Desde este lugar ayudó a mejorar cada vez más la atención sanitaria a las mujeres gallegas en Cuba”, afirma Prudencio Viveiro, quien explica cómo fue la propia López Chao la que propuso que el sanatorio de la sociedad Hijas de Galicia se llamase Concepción Arenal.

En esa línea a favor de la defensa y protección de las mujeres, participó también en el I Congreso Nacional de Mujeres (1923), organizado por la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba. En él, pronunció un discurso en que deja constancia del papel que, bajo su punto de vista, debían desempeñar las mujeres en la sociedad. “La suya es una argumentación conservadora”, apunta Prudencio Viveiro, en la que sostiene que la mujer “debe asumir el rol de educadora de ciudadanos y, para eso, debe contar necesariamente con el apoyo de las instituciones”. El texto íntegro de su intervención fue publicado por ‘Eco de Galicia’ y ‘Galicia’, dos de las revistas promovidas por la colectividad gallega de La Habana, y se anexa como parte de los materiales de su entrada en el Álbum de Galicia.

La capital de la Isla fue la residencia definitiva de esta “mujer gallega en Cuba”, que tuvo como motores vitales “la docencia, la labor societaria, la preocupación por la situación de las mujeres y la implicación activa para su mejora”, concluye Prudencio Viveiro.