“He notado que a los argentinos les sigue gustando lo español, que lo quieren, lo piden”, afirma

Manuel Durán deja la Consejería de Cultura de la Embajada en Argentina

Manuel Durán Giménez-Rico deja la Consejería de Cultura de la Embajada de España en Argentina, para continuar con su carrera diplomática en Beirut, El Líbano. Llegó a la Argentina en 2010, procedente de Israel donde llevaba asuntos consulares, para hacerse cargo del área cultural de la Embajada de España en Buenos Aires.

Manuel Durán deja la Consejería de Cultura de la Embajada en Argentina
Manuel Durán.

Manuel Durán Giménez-Rico deja la Consejería de Cultura de la Embajada de España en Argentina, para continuar con su carrera diplomática en Beirut, El Líbano. Llegó a la Argentina en 2010, procedente de Israel donde llevaba asuntos consulares, para hacerse cargo del área cultural de la Embajada de España en Buenos Aires.

Su llegada coincidió con la presentación, en el Teatro San Martín de Buenos Aires, de ‘La  Vida es Sueño’, en versión y dirección de Calixto Bieito y, luego de tres años al frente de la Consejería de Cultura, su partida prácticamente coincide con la reposición de esta obra cumbre de Pedro Calderón de la Barca, ahora dirigida por Helena Pimentel e interpretada por Blanca Portillo y la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España.

Su labor transcurrió en tiempos de presupuestos abreviados y tensión en las relaciones políticas y económicas entre Argentina y España. Circunstancias que no incidieron en el plano cultural, aseguró. Al contrario, sostuvo, en lo cultural han sido momentos de “ebullición” en los que el afán de colaborar ha sido “el mismo que en los mejores tiempos”. “Yo creo que precisamente cuando en otras esferas no hemos podido avanzar, en lo cultural, sí y más”, sostuvo Manuel Durán, haciendo un balance de su estancia en el país.

Pregunta. ¿Cuál fue su destino anterior?

Respuesta. Llegué desde Israel donde me desempeñé como cónsul general y también llevaba allí el área cultural. Es que allí la Embajada es más pequeña y no tenía Consejería de Cultura. Ese trabajo me dio mucho rodaje.

P. ¿Con qué expectativas llegó a Argentina?

R. Llegué sabiendo que sería un destino muy interesante en lo que respecta a lo cultural, que fue mi ocupación en Argentina. Esta es una ciudad llena de teatros, de cine, de cosas por hacer, así que llegué con expectativas muy altas, que se han cumplido todas.

P. ¿Cuáles han sido los hitos que han marcado, para bien o para mal, su estancia en Argentina?

R. Todos fueron para bien. Recuerdo que mi llegada coincidió con  la presentación de ‘La Vida es Sueño’, dirigida por Calixto Bieito e interpretada por actores argentinos, como Joaquín Furriel, que encarnó un Segismundo estupendo. Fue una iniciativa de mi antecesor, en la que la Consejería contribuyó mucho, que me indicó que aquí se podían hacer cosas espectaculares.

Ahora casi me estoy yendo con otra versión de ‘La Vida es Sueño’, interpretada por Blanca Portillo, que nosotros no hemos traído pero que hemos contribuido en su difusión. Creo que esta segunda presentación es consecuencia de la primera porque el teatro San Martín quedó encantado con la cooperación con la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España que ha repetido con Blanca.

Se han hecho mucho más pero creo que estas dos presentaciones han sido lo más importante en el rubro teatro.

P. El cine español pisa fuerte en Argentina, ¿cuál ha sido la participación de la Consejería cultural en este rubro?

R. Hay en Argentina dos festivales de cine muy amigos de España: el de Pinamar y el de Mar del Plata, que siempre cuentan con nosotros.

En el último de festival de Pinamar, por ejemplo, se exhibió ‘Con una pistola en cada mano’, que presentó el cineasta catalán Cesc Gay, y que luego se distribuyó muy bien en Argentina. He hecho tres Pinamares y los tres con una presencia española espectacular en la que han venido directores como Montxo Armendáriz y estrellas de cine como María León, que hoy está muy de moda en España. Es que la pantalla de Pinamar es casi un festival español.

P. De hecho tienen un espacio exclusivo para el cine español

R. Sí, el festival de Málaga está dedicado a nosotros.

P. ¿Cómo está resultando el festival MadridCine que se presenta en Buenos Aires, cada dos años?

R. MadridCine es un evento que me gusta mucho. Desembarcó aquí en el espacio INCAA (El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y las colas de gente que hay en la entrada de los cines para ver las películas son interminables. Eso no es mérito nuestro, hay que decirlo, sino del público argentino que acude en masa y sale a la calle aunque llueva. En el último festival se presentaron unas diez películas españolas traídas por la comunidad de Madrid, con la colaboración de la Embajada de España y el INCAA, que también pone muchísimo esfuerzo en este proyecto. Es un proyecto de ida y vuelta, ya que se hace primero MadridCine en Buenos Aires y luego se hace en Madrid, Argencine, que toca este año, por cierto. Para mí fue un hito porque nunca había visto colas tan largas para ir a ver cine español, así que muy contento.

P. En artes visuales, ¿qué muestras marcaron hitos?

R. La llegada del Greco aquí para mí fue un hito, ya que aunque no fue una iniciativa de la Embajada ayudamos muchísimo para traerla, conseguimos sponsors, arreglamos con Iberia para el traslado de las obras, etc.

Luego hubo exposiciones muy importantes en diversos museos como el Larreta, donde presentamos la muestra de los trajes de Evita, que fue estupenda.

Otro hito para mí en exposiciones, que si impulsamos nosotros, fue una exposición dedicada a Miguel de Molina, en el Centro Cultural Recoleta, que fue preciosa; que también llevamos a La Plata y Córdoba.

P. La Consejería de Cultura, además, organiza en su salón propio de calle Paraná, muestras, conferencias y presentaciones.

R. Sí porque, aparte de lo que hemos hecho mi equipo y yo, también hemos trabajado en complementariedad con el CCEBA que dirige Ricardo Ramón.

P. ¿Qué vivencias, a nivel personal, le ha dejado su estancia en Argentina?

R. Amigos que dejo detrás. Esta es una ciudad perfecta para venir con inquietudes culturales. Perfecta porque no hay un solo día que no haya algo interesantísimo para ver o hacer, y lo he aprovechado. He conocido muchísima gente de la que he aprendido mucho porque Argentina, en gestión cultural, es estupenda. La gente aquí sabe lo que hace, sabe lo que quiere. El empresario teatral sabe perfectamente qué es lo que quiere traer. El organizador de cine no tiene que descubrir el cine de España porque ya lo conoce. Es una maravilla trabajar con gente tan preparada en lo suyo, aquí no tienes que empezar de cero como me ha pasado en otros países en los que no hay tanta proximidad cultural y empiezas desde cero. Están acostumbrados a recibir productos culturales españoles de calidad y no los conformas con nada mediocre. Quereis ‘La vida es sueño’ de Calixto Bieito o de Blanca Portillo, no cualquier cosita que venga de allí. Es una maravilla porque trabajas con unos niveles de excelencia brutales.

P. ¿En Argentina le ha tocado trabajar con menos presupuesto?

R. El presupuesto ha bajado mucho, eso se sabe, pero nos ha venido muy bien porque  hemos empezado a agudizar el ingenio y a buscar patrocinadores de empresas españolas y argentinas, que también nos apoyan. Es una nueva forma de hacer la gestión cultural, en la que si antes el dinero venía de la administración pública ahora tendrá que venir del ámbito privado.

Por otro lado, nos ha ayudado a buscar fórmulas nuevas como por ejemplo contactar con los centros regionales, algunos con instalaciones increíbles, con unos teatros que no das crédito y muy poco utilizados. Así que hemos comenzado a establecer una colaboración entre la Embajada, el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) y los centros regionales de la colectividad, para reactivarlos y convertirlos en sedes culturales de España, y nos está yendo muy bien. Ya hemos hecho algunos conciertos de música joven, con lleno total. Más que conciertos, son fiestas porque luego la gente se queda a tomar algo y bailar. Entonces de repente el centro que no estaba acostumbrado a ver gente joven ahora está lleno de jóvenes. Yo me voy de aquí pero ojalá que eso continúe para que las asociaciones se vuelvan a llenar de jóvenes, de los hijos de los que emigraron a este país.

P. Le ha tocado un momento en el que las relaciones políticas entre España y Argentina  no son las mejores, ¿cómo lo ha vivido?

R. Yo he tenido la enorme suerte de que al llevar la parte cultural no me ha afectado porque la cultura va por otro lado.

Aunque haya problemas entre los gobiernos argentino y español por lo que ocurrió con Repsol y porque claramente es un momento en el que las relaciones bilaterales van a las bajas, en la parte cultural no lo hemos notado nada, pero cero, porque el afán de colaborar con nosotros ha sido el mismo que en los mejores tiempos.

A la gente de la cultura le da igual lo que pase en las relaciones diplomáticas entre los países, y por decirlo de alguna manera no lo he notado, lo cual es una enorme suerte. También he notado que a los argentinos les sigue gustando lo español, que lo quieren, lo piden, no hay ningún tipo de animadversión hacia lo español y eso también lo quería señalar porque mucha gente me dice pues ha llegado en un momento como feo para estar trabajando en la Embajada, pero yo digo feo para el que lleve otros temas pero para los que llevamos los temas culturales, como Ricardo Ramón y yo, es un momento de ebullición total porque los teatros siguen llenos. En Argentina se llena todo, en España ahora no se llena nada porque hay una tristeza y la gente no está yendo ni a los teatros  ni a los cines. Entonces para nada me parece un momento feo, todo lo contrario. Yo creo que precisamente cuando en otras esferas no hemos podido avanzar, en lo cultural sí y más, quizás se haya puesto más énfasis en lo cultural porque en lo comercial y lo político había problemas, entonces donde refuerzas allá donde puedes, en lo cultural.

P. ¿Proyectos, de aquí en más?

R. Ahora me voy al Líbano, a Beirut, donde voy a estar tres años. Es un cambio que pedí yo. Un cambio radical pasar de América a Oriente Medio, pero es lo que me divierte de esta carrera. Es imposible aburrirse cuando uno pasa de América al otro extremo del planeta.