Asegura que la baja participación en las elecciones al CRE es por desconocimiento

Isabel Proaño, presidenta del CRE de Bélgica, considera una “prioridad absoluta” la mejora de los servicios consulares

Isabel Proaño es la nueva presidenta del Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Bélgica, un organismo que, según ella misma define, es “muy diverso, multigeneracional y representa lo que es la comunidad española en Bélgica”.

Isabel Proaño, presidenta del CRE de Bélgica, considera una “prioridad absoluta” la mejora de los servicios consulares
CRE de Bélgica
Isabel Proaño y el cónsul Ignacio Escobar ––5ª y 6º por la izda.–, durante una visita del CRE al consulado.

Isabel Proaño es la nueva presidenta del Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Bélgica, un organismo que, según ella misma define, es “muy diverso, multigeneracional y representa lo que es la comunidad española en Bélgica”.

Esta santanderina, que lleva en Bélgica desde 2006 cuando fue al país con una beca Erasmus, explica que, tanto ella como la mayoría de miembros del CRE, es la primera vez que participan en este organismo. “Durante los últimos mandatos tuvimos a gente que hizo mucho por mejorar la vida de los españoles aquí. Nosotros llegamos con la ambición de seguir construyendo, continuar con esa labor que hicieron tan buena, y dejar la impronta de toda esta juventud que hay que el Consejo y la diversidad que existe en las diferentes regiones que representamos”.

“Por el momento, –explica– estamos en el proceso de presentarnos y explicar nuestro proyecto, pero queremos implantar otra manera de trabajar con las instituciones y ver como colaboramos. La acogida difiere según la administración, pero nosotros estamos aquí para trabajar de manera voluntaria y veremos cómo avanzamos”.

Isabel Proaño asegura que, aunque tienen “muchos frentes abiertos”, una de las primeras cosas que hay que hacer es reconectar a la población con la administración española porque la pandemia generó mucho aislamiento. “Durante este periodo, el consulado abrió un twitter como mejor canal de comunicación con la ciudadanía, pero qué tipo de ciudadanía”, se pregunta Proaño, “porque no todo el mundo tiene twitter ni todo el mundo lo prefiere para conocer los procedimientos que hay que seguir con la administración pública”.

La nueva presidenta del CRE, que también conoce la primera emigración “porque tengo familiares –tíos y primos– que se instalaron aquí a finales de los 70”, explica que lo que le ha movido a liderar el CRE “es que hay 72.000 españoles registrados y que algunos estén perdidos o desamparados por la falta de información cuando llegan o cuando tiene que hacer un trámite”.

A pesar de ser un territorio pequeño, la colectividad española en Bélgica está muy fragmentada y cuenta con “muchas capas y estratos”, asegura Proaño, quien explica que además de los españoles que se fueron en los 60 y durante la crisis económica de 2008, en Bélgica también están los españoles que trabajan en las instituciones europeas y en los organismos en torno a ellas. “Todo esto, sin olvidar la gran oferta educativa superior que hay en las universidades belgas y desde donde nos han dicho de manera no oficial que se reciben unos 3.000 erasmus al año”, asegura la presidenta del CRE.

Respecto a la emigración más nueva, Proaño tiene la sensación de que “está muy poco metida en las asociaciones y, aunque todavía no tenemos la fotografía de que ha pasado en la pandemia con el tejido asociativo español en Bélgica, intuimos que ha habido muchas que, no es que hayan desaparecido, pero han dejado de trabajar”.

“Los jóvenes parece que van más por libre” porque se relacionan más a través de las redes sociales o con gente de su ámbito laboral o de estudios, “aunque sigue habiendo muchas peñas de futbol”, asegura la presidenta del CRE, quien explica que quieren “contactar y reactivar, si fuese posible, las diferentes asociaciones e intentar reconstruir el tejido que se ha parado durante el confinamiento, ya que en el CRE tenemos muchos consejeros vinculados a las asociaciones. El asociacionismo es el ADN del CRE de Bélgica”.

Mejora servicios consulares

“A pesar de que somos conscientes de las dificultades que tienen, para nosotros es una prioridad absoluta mejorar los servicios consulares”, asegura Proaño, quien recuerda que antes la demarcación consular de Bélgica contaba con tres oficinas.

“En 2015, había 65.000 residentes, y en 2020, 71.000. Esto supone un incremento muy importante sin aumentar el personal, que resulta escaso para gestionar un volumen de trabajo y demandas en continuo ascenso y que termina reflejándose en el trato que el ciudadano recibe en el consulado”, explica la presidenta del CRE.

Proaño cuenta que, durante una visita al consulado, les explicaron que se destruían muchos pasaportes caducados porque la gente que no iba a recogerlos. “Desconocemos la razones para que esto pase, así que estamos trabajando con el consulado para entender y dar solución al problema”, asegura. 

Proaño deja claro que el problema no es el trato personal, “la gente suele ser encantadora”, sino que para poder iniciar un trámite hay que hacerlo por carta postal o mediante cita previa cogida por una aplicación ‘on-line’. “Entre los más perjudicados –asegura– son los mayores porque se les exige estar digitalizados, se les exige pedir citas por correo, imprimir formularios en casa,… son demasiados obstáculos para poder ejercer derechos básicos”. “Para muchos ciudadanos el consulado hoy en día es como una trinchera que opera con filtros que ciertos ciudadanos no pueden franquear sin ayuda, discriminando profundamente”, asegura la presidenta del CRE. 

Desde el Consejo se ha propuesto que el consulado abra fuera del horario de oficina belga, ya que el actual horario es de 8,30 a 15,00 de lunes a viernes y no es compatibles con el horario de mucha gente y que se instaure la atención telefónica para que la gente vaya sobreseguro. En el último Pleno del CRE se pidió que se mejorara la atención de las personas prioritarias que llegan con cita previa, “porque nos habían llegado quejas de gente que estaba con bebés o personas ancianas que tienen que esperar la cola fuera y no se les permitía entrar”.

Ampliación de las ALCE

Anualmente nacen 1.000 niños españoles en Bélgica que mayoritariamente son escolarizados en el sistema del país, con lo cual las Aulas de Lengua y Cultura Española (ALCE) despiertan un gran interés en la colectividad que quiere que sus hijos conozcan el idioma de sus progenitores. “Tenemos mucha suerte de residir en Bélgica y poder contar con un programa tan positivo para transmitir la lengua y cultura, y accesible, como las ALCE”, asegura Proaño.

Desde el CRE están ayudando a uno de los pueblos de habla flamenca que está cerca de Bruselas, Tervuren, a crear un ALCE. “Las familias, sin conocerse, se han movilizado para hacer un listado de 40 niños que están interesados en estas clases”, asegura Proaño quien explica que “ahora el CRE está haciendo de puente con la Consejería de Educación para que finalmente se abra una clase con dos aulas y esperamos que se pueda poner en marcha a finales de año”.

Supresión voto rogado                                                                                  

La supresión del voto rogado es una demanda generalizada de la colectividad española, “porque afecta a tu derecho a la participación en la vida política”, asegura Proaño quien explica que “desde el CRE de Bélgica compartimos este sentimiento de desigualdad y de poner palos en las ruedas a nuestro derecho de participar en la vida política y por eso, trabajamos para que se derogue el voto rogado a la mayor brevedad”. La presidenta del Consejo de Bélgica asegura que son consciente de que el cambio en la legislación “está en comisión parlamentaria y sabemos que le falta muy poquito pero a ese poquito queremos darle el empujón que se merece porque para nosotros lo más fundamental, a nivel de derecho civil, es la supresión del voto rogado y si se puede ir más allá, la supresión del voto rogado también en los CRE”.

Participación en las elecciones al CRE

La participación en las últimas elecciones al CRE en Bélgica se situó en el 0,19%, una cifra que Proaño considera “vergonzosa”, pero “no vergonzosa desde el punto de vista del ciudadano, sino vergonzosa por cómo la administración ha tratado y trata a los Consejos de Residentes en el Exterior”.

Proaño considera que hubo “muy poca información sobre los CRE, solo en el tablón de anuncios ‘on-line’ de la página del consulado”. “La baja participación –asegura– es por el desconocimiento de este órgano que hace de cauce entre la ciudadanía y el consulado, el resto de consejerías y el resto de representaciones, que aquí en Bélgica son muchísimas”.

La presidenta recuerda que en la época de los 80 y 90 la participación en las elecciones al CRE se situaban en torno a 3.000 personas que iban hasta el consulado o a las oficinas consulares, ya que había más que ahora donde solo funciona la oficina general que se encuentra en Bruselas. “Había también esa cercanía de que la administración estaba donde estaba la ciudadanía”, asegura la presidenta del CRE que explica que “evidentemente la mayoría de los españoles residentes lo hacen en Bruselas, pero no hay que olvidarse de los 30.000 que viven en provincia".

“También ha habido muchas dificultades para poder ejercer el voto”, recuerda Proaño quien explica que la comisión electoral tuvo que pedir que se abriese la posibilidad de votar por correo, algo que está previsto en la normativa, pero “una vez más, ese voto por correo se tuvo que rogar y no se tuvo en cuenta el tema del covid y que en Bélgica provocó que el correo tuviese retrasos de hasta dos semanas”. “En realidad hubo muchos palos en las ruedas que dificultaron el derecho al voto”, asegura la nueva presidenta del CRE, quien también se lamenta que “el consulado general de Bélgica no esté muy avanzando a nivel informático, que no haya información que se envíe al Censo Electoral de Residentes y no haya información sobre las listas que se presentan, salvo algo muy escondido dentro de la web en un tablón de anuncios que la gente normalmente no mira”.

Proaño asegura que le “encantaría” que el consulado enviase un correo electrónico con la información pero entre que es un consulado sobrecargado, su falta de digitalización y la Ley de Protección de Datos, lo ve “difícil”.