Acudieron el embajador en Italia, el director del Cervantes y la esposa del artista

El viceconsejero de Cultura inaugura en el Instituto Cervantes de Roma una exposición de Cristino de Vera

Horacio Umpiérrez, viceconsejero de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, inauguró la primera exposición individual del artista canario Cristino de Vera en Italia, situada en la Sala Dalí del Instituto Cervantes que se encuentra en la Piazza Navona.

El viceconsejero de Cultura inaugura en el Instituto Cervantes de Roma una exposición de Cristino de Vera
Viceconsejero de Cultura en Roma
Viceconsejero de Cultura, Horacio Umpiérrez –a la dcha.–, durante la inauguración de la exposición del artista canario Cristino de Vera en el Cervantes de Roma.

Acudieron además Miguel Fernández-Palacios Martínez, embajador de España en Roma; Óliver González González, director general de la Fundación CajaCanarias; Margarita Ramos Quintana, presidenta de la Fundación CajaCanarias; Ignacio Peyró, director del Instituto Cervantes de Roma; Aurora Ciriza, esposa de Cristino de Vera; Juan Manuel Bonet, comisario de la exposición; y Clara Armas de León, directora de la Fundación Cristino de Vera.

Pensada por Juan Manuel Bonet, la muestra reúne obras desde los inicios de los años 50 hasta los últimos dibujos a tinta china, ofreciendo un recorrido de la trayectoria artística del artista. Esta selección se nutre de las tres colecciones más importantes de Canarias; la de CajaCanarias, la Fundación Cristino de Vera y del Gobierno de Canarias. Fruto de la generosidad del artista hacia las instituciones, la comunidad autónoma de Canarias recibió el legado en tres partes, en 1996, dos óleos y doce dibujos, en 1997, una treintena de obras, entre óleos y dibujos, realizados entre 1957 y 1997, y en 1998 la tercera donación al patrimonio de Canarias en la clausura de la exposición itinerante ‘Legado de Cristino de Vera’, organizada por la propia Viceconsejería de Cultura, que se presentó en las capitales de cada una de las islas del Archipiélago.

Bienal de Venecia

Si es la primera exposición individual de Cristino de Vera en Italia, no es la primera vez que presenta su obra allí. En 1962 expuso como integrante del Pabellón Español de la Bienal de Venecia. En 2021, a través de la muestra colectiva titulada ExiliArte. Memoria de una carpeta dedicada a Rafael Alberti, que se celebró en el Instituto Cervantes de Toulouse, Francia, y en el de Roma, Italia, en la cual participó.

Aparte de numerosas exposiciones individuales y colectivas que el Gobierno de Canarias organizó en sus espacios expositivos, es importante recordar que Cristino formó parte del elenco de artistas en la muestra colectiva ‘Desde el volcán. Artistas Canarios del siglo XX’, celebrada en el Centro Cultural del Banco Interamericano de Washington, Spanish Institute de Nueva York, en San Antonio de Texas; y en el Museo de Arte Contemporáneo Sofia Imber de Caracas, Venezuela, en 1993.

Cristino de Vera es uno de los artistas más importantes y más premiados de la generación de postguerra en España. Como primer reconocimiento, recibe en 1962 el Premio de la Fundación Juan March. En 1998, es galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas, concedido por el Ministerio de Educación y Cultura, y entregado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el 19 de octubre del año siguiente.

En 2005 se le entrega el Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación, en un acto celebrado en el Auditorio de Tenerife, por el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín. En Canarias recibirá en 2019 el Premio Taburiente, concedido por la Fundación Diario de Avisos y en 2021 El Círculo de Bellas Artes de Tenerife le concede el Premio Círculo de Bellas Artes 2020.

Tradición simbolista

Fiel a la tradición simbolista, Cristino de Vera ha mantenido rigurosamente la mayor parte de los preceptos establecidos por una larga lista de artistas entre los cuales destacan Zurbarán, Morandi, Luis Fernández, y Daniel Vázquez Díaz que fue su guía en sus inicios en Madrid, a principios de los 50. De los maestros, Cristino de Vera enfatizó algunos de los principios fundamentales de la pintura y del dibujo, como son la luz, el espacio bidimensional y la figura. En paralelo tomó el plano, el objeto, la composición abierta y el silencio como principales características de su pintura.

Cristino de Vera distingue la espiritualización de la ausencia frente al bullicio retórico como un lugar propio de su pintura. Analiza los espacios vacíos y atrayentes de la expresión como una depuración. Observa lo racional que es la naturaleza dentro de su nueva figuración. En 1960, cuando Cristino inicia su andadura, el paisaje artístico español y mundial esta dominado por los expresionistas abstractos, como sus coetáneos Millares y Chirino. Ellos sostienen una expresión hacia fuera; Cristino de Vera elige una expresión hacia dentro, con recursos mágicos, viscerales, fantásticos, una nueva mística de la pintura.

Tras su primer viaje a Inglaterra, Francia, Bélgica e Italia, gracias a la beca recibida por la Fundación March en 1960, redacta una memoria de viaje. Este texto está recogido en el libro ‘La palabra en el lienzo’, publicado por la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias en 2006. En esas primeras impresiones sobre la ciudad eterna podemos percibir lo que fue el estilo tan particular de Cristino de Vera: “Roma está cargada de duendes, a ciertas horas sus ruinas, sus estatuas y puentes parecen bellas apariciones de luz y forma. […] Todo tiene gran peso y medida… Se siente siempre la plenitud y robustez de los contornos. […] iHe meditado mucho sobre mis sensaciones en Italia… Yo no sé qué hay detrás de la intensidad y melancolía que me produce el silencio de un campo… la contenida perfección de unas formas… La profunda magia que hay desde un árbol a la raya de infinito más próxima a la visión”.